Álvaro García, presidente del Banco República
En los últimos 15 años, el BROU vivió una transformación tecnológica y cultural en diversas áreas: digitalización, ciberseguridad, uso de datos, sostenibilidad e inclusión financiera. Frente al ecosistema fintech y nuevos desafíos, apuesta por productos innovadores y un plan 2030 con foco en las mipymes.
¿Qué cambios fundamentales ha vivido el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) en los últimos 15 años?
En los últimos 15 años, el BROU ha atravesado una transformación profunda en múltiples dimensiones, adaptándose a un entorno cada vez más desafiante.
Uno de los hitos más relevantes fue el cambio del sistema del core bancario, que permitió sentar las bases tecnológicas para una mayor eficiencia operativa y una mejora sustancial en los servicios ofrecidos.
En paralelo, el BROU experimentó una transformación integral del negocio, impulsada principalmente por la digitalización. El crecimiento exponencial de la transaccionalidad digital y las nuevas demandas de los clientes —orientadas a la rapidez, la virtualidad y la disponibilidad de servicios en línea— motivaron una modernización constante de los canales y procesos. Este cambio incluyó también una fuerte apuesta por la ciberseguridad y la protección de datos, en línea con estándares internacionales y con el objetivo de brindar una experiencia segura y confiable.
El banco también debió enfrentar la aparición de nuevos competidores, tanto en el sistema financiero tradicional como desde el ámbito tecnológico, lo que lo llevó a reforzar su propuesta de valor.
En este contexto, se incorporó la sostenibilidad como eje estratégico, con la adopción del modelo de finanzas sostenibles, así como el uso creciente de herramientas de ciencia de datos para la toma de decisiones y la personalización de productos y servicios.
En materia de sostenibilidad, el BROU avanzó con una gobernanza clara: se creó un Comité de Sostenibilidad, se diseñó una política institucional específica y se definió una estrategia que integra criterios ambientales, sociales y de gobernanza en la operativa del banco.
A nivel normativo, la implementación de la Ley de Inclusión Financiera marcó un antes y un después en la forma en que los servicios financieros llegan a la ciudadanía, impulsando una mayor bancarización y el acceso a productos a través de medios electrónicos.
En cuanto a la gestión interna, el banco vive un recambio generacional que renueva los equipos con nuevas capacidades, favoreciendo la transformación cultural y organizacional.
Finalmente, en el plano institucional, el BROU consolidó su rol de conglomerado financiero público, a través de la creación de República Microfinanzas y la reconversión estratégica de República Afisa, ampliando así su alcance y diversificando su oferta de servicios.
¿Qué retos ha enfrentado la banca tradicional y cómo cree que el BROU ha respondido?
La banca tradicional ha enfrentado múltiples desafíos en los últimos años, impulsados por un entorno de acelerada transformación tecnológica, cambios regulatorios, nuevas exigencias de los clientes y una creciente competencia en el ecosistema financiero. En este contexto, el BROU ha respondido con una estrategia integral y sostenida de transformación.
Uno de los principales retos ha sido la transformación del negocio, con foco en la digitalización. El BROU dio pasos tempranos en esta dirección, incorporando tecnología de punta y desarrollando canales digitales robustos, como e-BROU y AppBROU. Esto permitió ampliar continuamente las funcionalidades disponibles, modernizar el modelo de atención al público y mejorar los tiempos de respuesta, incluso en procesos clave como el otorgamiento de créditos.
La automatización de procesos ha sido otro pilar central, no solo para ganar eficiencia y liberar tiempo operativo, sino también para mejorar la experiencia del cliente y facilitar la escalabilidad de los servicios. Esto fue acompañado por un fortalecimiento del área de Tecnologías de la Información.
En paralelo, el banco ha hecho una apuesta fuerte por la ciberseguridad, desarrollando controles avanzados para proteger la información y difundiendo activamente campañas de concientización. Se han incorporado mecanismos continuos de refuerzo de la seguridad, en línea con las mejores prácticas internacionales.
El desarrollo de capacidades analíticas también ha sido clave para adaptarse a las nuevas dinámicas. En este sentido, se creó el área de Analítica de Datos, que permite extraer valor de la información y tomar decisiones más informadas y ágiles.
A nivel regulatorio, el banco ha sabido adaptarse a nuevos marcos normativos, como los asociados al mercado de pagos y la multiadquirencia, así como a un mayor nivel de exigencia en materia de cumplimiento.
Además, se diseñaron nuevos productos y servicios, como los dirigidos al segmento de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que responden a demandas específicas de sectores estratégicos de la economía.
Por último, el BROU reconoció que estos cambios requerían nuevas habilidades. Por eso se promovieron programas de capacitación, estrategias de gestión del cambio y se fomentó el trabajo colaborativo entre áreas, fortaleciendo una cultura organizacional más abierta y adaptativa.
¿Cuáles han sido los mayores efectos de la tecnología y la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la gestión de las finanzas?
La irrupción de la tecnología y de la IA ha generado un cambio estructural en la gestión de las finanzas, tanto a nivel global como dentro del BROU, abriendo oportunidades significativas, pero también imponiendo nuevos desafíos.
Entre las principales oportunidades, se destaca el desarrollo de productos y servicios cada vez más innovadores, así como nuevas formas de relacionamiento con los clientes, donde la experiencia del usuario se vuelve más fluida, rápida y personalizada. El uso de IA y herramientas analíticas permite potenciar la capacidad de análisis de datos, posibilitando una segmentación más precisa y el diseño de una oferta comercial adaptada a las características y necesidades de cada cliente.
Estos avances también han contribuido a la disminución del costo de las transacciones y a una mayor eficiencia operativa, al automatizar procesos administrativos o repetitivos, liberando tiempo para tareas de mayor valor agregado. Asimismo, han favorecido la inclusión financiera mediante el desarrollo de canales digitales accesibles como las billeteras electrónicas y la banca móvil.
La tecnología también ha mejorado el manejo del riesgo financiero, a través de análisis predictivos que permiten anticiparse a eventos y tomar decisiones más informadas.
Sin embargo, estos cambios traen aparejados importantes desafíos. La velocidad del desarrollo tecnológico exige a las instituciones financieras una adecuación constante de sus infraestructuras, capacidades y procesos. La seguridad de la información y la protección de datos personales se vuelven aspectos críticos, dado el aumento de amenazas cibernéticas que acompañan la digitalización.
También se hace necesario contar con nuevos perfiles de formación y competencias en el personal, lo que requiere programas de capacitación continua y una fuerte inversión en gestión del cambio. Por último, la aparición de nuevas tecnologías va acompañada de nuevas regulaciones, que exigen una respuesta ágil y coordinada por parte de las instituciones financieras para garantizar cumplimiento y sostenibilidad en el tiempo.
¿Hacia dónde cree que va la banca dadas las nuevas tendencias como las fintech?
La banca se encuentra en un proceso de evolución constante, impulsado por el avance de las nuevas tecnologías y, especialmente, por el desarrollo del ecosistema fintech. En Uruguay, actualmente existen alrededor de 60 fintech, lo que evidencia un crecimiento significativo y un alto potencial para la generación de soluciones financieras innovadoras.
Frente a esta realidad, la banca tradicional no solo se ve interpelada, sino también desafiada a redefinir su rol. Están emergiendo diversos modelos de relacionamiento entre bancos y fintech, que van desde la competencia directa, hasta esquemas de colaboración o incluso incorporación de capacidades tecnológicas a través de alianzas estratégicas.
El BROU firmó en 2022 un acuerdo con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Este convenio busca identificar y apoyar proyectos que incorporen nuevas tecnologías y tendencias de digitalización en los servicios financieros.
¿Qué objetivos se ha planteado para el segundo semestre?
Para el segundo semestre tendremos el lanzamiento de varios productos innovadores, en la línea de las respuestas anteriores, que iremos anunciando paulatinamente.
Elaboraremos el plan 2030 con objetivos concretos hacia el banco que queremos tener para el fin de este período de gobierno, incluyendo los énfasis establecidos en nuestro discurso de asunción: mayor digitalización de productos y servicios, avanzar fuerte en el objetivo de ser el banco de las mipymes en Uruguay, lograr sinergias y resultados en educación financiera, y ciberseguridad y prevención del fraude a nuestros clientes, entre otros.
Continuaremos recorriendo el país visitando todas las sucursales del banco y clientes en todos los departamentos.
Y seguiremos procesando la renovación generacional del banco, de manera tal de llegar a 2030 con un nuevo Banco República, con su cultura histórica de servicio y apoyo a la producción adaptada a este mundo cambiante y desafiante, para seguir cumpliendo a cabalidad su doble rol de banco comercial y banco de desarrollo.