Gabriel Frugoni, presidente del Banco Hipotecario del Uruguay
El BHU mantiene su posición como líder del mercado hipotecario, con más del 30% de participación y una cartera sólida en UI, con muy baja morosidad. En la actualidad enfoca su gestión en la eficiencia, la atención al cliente y los avances tecnológicos. Los desafíos a futuro son consolidar el crecimiento, ampliar la automatización y desarrollar el nuevo plan de negocios.
¿Cuáles han sido los mayores cambios del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU) en los últimos 15 años?
El BHU es una institución financiera pública especializada en el crédito hipotecario.
Hasta el año 1996 el BHU mantuvo el monopolio de préstamos hipotecarios, pasando a competir desde ese entonces con los bancos privados.
La crisis del 2002 afectó a todo el sistema financiero y en particular al BHU, provocando la suspensión de su actividad principal, el otorgamiento de préstamos para vivienda.
Un nuevo marco legal aprobado en el transcurso del período de gobierno 2005-2009 (Ley 18.125 del 27 de abril de 2007) modificó los cometidos del BHU y creó la Agencia Nacional de Vivienda (ANV). Se dispuso la capitalización del BHU y su reestructura para posicionarlo como institución financiera y dotarlo de condiciones económicas, operativas y regulatorias adecuadas para reingresar al mercado hipotecario, desarrollando créditos accesibles a la población con capacidad de repago, pero históricamente no atendida por el resto de la banca.
Así se conforma el Sistema Público de Vivienda integrado, entre otros, por el Ministerio de Vivienda, la ANV y el BHU.
El BHU se configura así en una empresa pública comercial del sector financiero que a nivel institucional pretendió constituirse según políticas de gobierno en un agente facilitador de vivienda dentro del sistema público.
Muchos han sido los logros en ese proceso, desde su reingreso al mercado de créditos hipotecarios, hasta constituirse en el líder de este, pero aún siguen vigentes ciertos desafíos que le imponen la realidad económica y social y la búsqueda de su misión y visión.
Si bien han existido algunos cambios en la Carta Orgánica en los últimos 10 años, no se han planteado cambios sustanciales sobre el rol del BHU.
Durante el período 2011-2016 el BHU se posiciona con marcada claridad como líder del mercado de créditos hipotecarios en base a una exitosa reestructura y un modelo de negocio que procura la agilidad en el otorgamiento de créditos.
Asimismo, se genera en ese período por parte del BHU un producto refacción sin garantía hipotecaria que eleva las cifras de colocación.
De esta forma, el BHU llega en el período 2014-2016 a promedios de 60% del mercado.
Sin embargo, con la Ley 19.210 del 29/4/2014 (Ley de Inclusión Financiera) se introducen cambios sustanciales que potencian la bancarización de la economía e introducen nuevas reglas de negocio a nivel bancario que fueron aprovechadas de forma gradual por la banca privada en el siguiente período. Por Carta Orgánica, el banco está imposibilitado de utilizar gran parte de los productos que son fomentados a través de dicha ley (cuentas de sueldos, tarjeta de crédito/débito, entre otros), lo que otorga una ventaja competitiva a favor de la banca privada, por el acceso a información que dichos productos otorgan a los bancos.
Ya durante el período 2017-2020 se da una reducción de la colocación de créditos hipotecarios por parte del BHU en detrimento de la banca privada.
Con un crecimiento en la última década de 72 veces en el volumen de operaciones con tarjeta de débito y de 3,5 veces de tarjeta de crédito, sumado a la incorporación de nuevas tecnologías (análisis de datos, banca digital, score de tarjetas de crédito), la banca privada consolida su aprendizaje en cuanto a la concesión del crédito hipotecario ajustando su estructura de financiamiento.
Adicionalmente, la pandemia afectó significativamente a todo el mercado y en especial al BHU.
A partir del 2020 se endurecen aún más los criterios presupuestales resintiéndose la capacidad operativa del BHU, a la vez que se trabaja sin rubro para publicidad durante dos años (ejercicios 2019 y 2020). El BHU llega a registrar mínimos históricos de colocación con participaciones históricas mínimas de mercado del 14,86% en abril de 2020 y 16,96% en setiembre de 2020 cerrando un share promedio del 25% del mercado para este período.
En el ejercicio 2023 el presupuesto de publicidad creció y luego de tres años se logra la contratación de una agencia de publicidad.
Se produce de forma gradual una recuperación de la cuota de mercado en pro del aseguramiento de la posición de liderazgo a los efectos del cumplimiento de la visión del BHU, con el desafío de maximizar la eficiencia de los recursos humanos ante un escenario de poco apalancamiento tecnológico. En ese sentido, se rediseñaron los puestos de trabajo del área comercial para lograr con menos recursos poder atender la demanda, se capacitó al personal con el objetivo de lograr la polifuncionalidad en las tareas, a la vez que se utilizó como apoyo a la gestión operativa de casa central la red física del BHU.
Sin embargo, se debieron afrontar situaciones asociadas a decisiones externas al banco que afectaron la capacidad patrimonial y el funcionamiento de la institución. En diciembre del año 2023 se aprobó la Ley 20.237 que estableció diversas normas para deudores en Unidades Reajustables del BHU y la ANV, a partir de la constitución de un fideicomiso financiero cuyo objeto fue reestructurar y administrar los créditos documentados mediante préstamos hipotecarios o promesas de compraventa constituidas en UR cuyo acreedor sea el BHU.
La fortaleza institucional y patrimonial de la institución pudo sobrellevar este impacto que implicó una pérdida del entorno de los US$ 200 millones entre capital y flujo futuro de ingresos.
¿Cómo describiría la realidad actual del banco?
En el último bienio el BHU ha retomado la senda de crecimiento que lo vuelve a colocar como el líder del mercado de créditos hipotecarios, ocupando más del 30% de los créditos otorgados en todo el sistema.
Ha consolidado una cartera de créditos en UI (Unidades Indexadas) con una muy baja morosidad, menor a la banca privada, asociada a un funcionamiento eficiente de sus recursos, que le facilita la sostenibilidad en el mediano y largo plazo.
Sostiene indicadores económicos y financieros dentro de los niveles adecuados para su funcionamiento, cumpliendo con los requerimientos legales establecidos por el Banco Central del Uruguay.
El foco al cliente es el aspecto central de su gestión, buscando permanentemente las mejoras tecnológicas y de procesos que posibiliten facilitar el acceso al crédito y al ahorro.
En ese sentido, se han profundizado las inversiones en tecnologías que permiten la mejor gestión interna de los procesos y el acceso a la información por parte de los clientes.
¿Qué efectos cree que podría tener la irrupción tecnológica, marcada por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) en la gestión del banco?
Todas las instituciones públicas deben entender que el desarrollo de tecnología asociada a la IA va a afectar las operaciones en el futuro. El BHU no debería ser la excepción.
Por ese motivo, para el plan de negocios del quinquenio la institución ha proyectado una importante inversión en nuevas tecnologías para el negocio que lo posicionen en la vanguardia de las circunstancias actuales, sin descuidar un aspecto trascendente para la institución como es la seguridad en la información.
¿Cuáles son los mayores desafíos de gestión hacia el segundo semestre?
El BHU se encuentra elaborando el Plan de Negocios 2025-2029 que será aprobado en los próximos meses, donde se establecen los aspectos estratégicos para el quinquenio.
Para este año 2025 se espera consolidar el incremento en las colocaciones de créditos en UI, sostener los niveles de rentabilidad adecuados, sostener los actuales niveles de morosidad, continuar siendo el líder del mercado de créditos hipotecarios, diseñar nuevos modelos de atención que permitan alcanzar una mayor profundización en la atención del banco en todo el territorio nacional, e incrementar los niveles actuales de automatización de los procesos. En definitiva, sostener las bases para el desarrollo del próximo plan de negocios.