Entre baile y excesos, la otra cara de la Nostalgia

La Noche de la Nostalgia, cada 24 de agosto, es una de las fiestas más esperadas por los uruguayos. Miles de personas en todo el país salen a bailar música de décadas pasadas, en cientos de fiestas que van desde reuniones familiares hasta grandes eventos en salones y discotecas. Solo en Montevideo se organizan más de 100 fiestas para revivir los “old hits” y al ser la víspera de un feriado nacional, la celebración se extiende hasta altas horas. Es una noche de alegría y recuerdos, pero también de excesos. Junto con la diversión, cada año se observa un aumento de consultas médicas y emergencias vinculadas a este festejo.

La Dra. Ana Mieres, directora técnica de UCM Falck, comenta que durante la Noche de la Nostalgia los servicios de emergencia móvil trabajan con un nivel de alerta superior. “Es una de las noches donde nos preparamos para respuesta a siniestros de tránsito, intoxicaciones por consumo de alcohol y drogas y eventos coronarios, es decir infartos, ya que es el día donde los mayores de 50 eligen salir a disfrutar de bailar”, señala. Según Mieres, las consultas más frecuentes en la madrugada del 25 de agosto se relacionan con intoxicaciones por consumo de alcohol y en menor frecuencia drogas, caídas con traumatismos de diversa índole y gravedad y siniestros de tránsito sobre todo en la madrugada del 25 de agosto. No es de extrañar: la combinación de alcohol, baile y trasnoche puede jugarle una mala pasada a más de uno. Autoridades nacionales también redoblan la prevención esa noche; por ejemplo, en 2024 la Unidad de Seguridad Vial reportó 16 siniestros de tránsito con lesionados en todo el país (14 leves, 1 grave y 1 fatal) a pesar de miles de controles de alcohol y THC a conductores. Esto muestra que, además de los accidentes de tránsito, dentro de las fiestas mismas ocurren múltiples emergencias médicas que conviene prevenir.

Emergencias más frecuentes

Los equipos médicos de emergencia lo saben bien: hay ciertos patrones que se repiten cada 24 de agosto. A lo largo de los años, la experiencia demuestra que la alegría de la Noche de la Nostalgia viene acompañada de una seguidilla de consultas bastante predecibles.

La más frecuente, sin dudas, es la intoxicación por alcohol. Es la causa número uno de llamados esa noche. Muchos celebran con tragos de más y terminan descomponiéndose antes de que suene el último hit de los ’80. Vómitos, mareos, confusión e incluso pérdida de conocimiento obligan a pedir asistencia médica. “Atendemos numerosos casos de personas que hasta pierden la conciencia por exceso de alcohol; algunas deben ser hidratadas y otros requieren traslado a sanatorios para tratamiento de complicaciones”, explica Mieres. Aunque la mayoría se recupera sin mayores consecuencias, la escena no deja de empañar una noche que era para festejar.

Otra postal repetida es la de las caídas. Entre el entusiasmo del baile, los zapatos poco amigables y algún trago de más, no son pocos los que terminan en el suelo. Torceduras, cortes por vidrios rotos, golpes en la cabeza. Nada que uno planee al salir de casa, pero sí lesiones típicas de la fecha. “Recibimos llamados por gente que se cayó bailando o tropezó con escalones en locales oscuros”, comenta Mieres. A veces alcanza con una curación en el lugar; otras, el traslado es necesario por una fractura o un traumatismo facial.

También están las descompensaciones más generales: presión que se dispara o se desploma, personas que se desmayan en medio del salón, cuadros de ansiedad o pánico disparados por la aglomeración o el cansancio. Y no siempre se trata de gente mayor. Incluso personas jóvenes pueden verse afectadas si llevan al límite su cuerpo con alcohol, consumo de drogas, comidas pesadas y pocas horas de sueño. Los síntomas suelen ser difusos: palpitaciones, mareo, sensación de falta de aire. “En muchos casos no pasa a mayores, pero el susto que se llevan los que están cerca es real, y algunas veces terminamos los médicos interviniendo para descartar algo grave”, cuenta la médica.

La Noche de la Nostalgia tiene mucho para disfrutar. Pero también exige, como toda celebración intensa, un mínimo de atención. Y no es por aguafiestas, es por sentido común.

Como se ve, la mayoría de estos incidentes están vinculados a excesos evitables. La Dra. Mieres resume: “La Nostalgia es para disfrutar, pero cada año vemos que disfrutar responsablemente hace la diferencia entre un lindo recuerdo y una noche arruinada por una visita al médico y hasta amanecer un 25 de agosto internado en un hospital”.

Recomendaciones para celebrar con responsabilidad

Para minimizar riesgos sin dejar de divertirse, es importante tomar algunas precauciones básicas. La Dra. Ana Mieres de UCM Falck y las autoridades sanitarias recomiendan a quienes festejen la Noche de la Nostalgia que tengan en cuenta estos consejos:

Moderá el consumo de alcohol: Disfrutá de la noche brindando, pero con moderación. Evitá las bebidas de alto grado de contenido alcohólico en poco tiempo y no mezcles demasiados tipos de alcohol. Alterná las bebidas alcohólicas con agua o refrescos para mantenerte hidratado y así prevenir la deshidratación y la resaca del día siguiente. Si sentís náuseas o mareos, dejá de beber de inmediato.

No bebas con el estómago vacío: Consumir alcohol habiendo comido poco es receta segura para una intoxicación rápida. Cenar algo sustancioso antes de salir y picar alguna comida durante la fiesta ayuda a ralentizar la absorción de alcohol. Alimentos salados también invitan a beber agua, lo cual es beneficioso. Un estómago con comida amortiguará los efectos del alcohol y te mantendrá en pie por más tiempo.

Cuidado con el baile y el calzado: La Nostalgia nos invita a sacar nuestros mejores pasos, pero bailá con prudencia. Usá calzado cómodo y adecuado; si vas a estar muchas horas de pie, quizá no es el mejor momento para estrenar tacones altísimos o zapatos resbalosos. Prestá atención al entorno: suelos mojados, cables de equipos de sonido o escalones pueden provocar caídas. Bailá y recorré el local con precaución, especialmente si está muy oscuro o lleno de gente.

Designá un conductor sobrio o usá transporte público: Si consumiste alcohol, no manejes. Este es un punto innegociable para cuidar tu vida y la de terceros. Planificá cómo volverás a casa antes de salir: coordiná un conductor designado que no beba, llamá un taxi o utilizá aplicaciones de transporte. Las rutas estarán llenas de controles policiales (y con razón); evitarás multas, accidentes o algo peor si simplemente te abstienes de conducir después de tomar.

Cuidate entre amigos: Si salís en grupo, estén atentos unos a otros. No dejen solos a los amigos que se muestren muy afectados por el alcohol; acompáñenlos, ofrézcanles agua y vigilen que no pierdan el conocimiento. En caso de que alguien del grupo se sienta mal (mareado, excesivamente somnoliento, con dolor en el pecho u otro síntoma preocupante), no duden en buscar ayuda médica. Es mejor prevenir que lamentar, más vale una revisión a tiempo que ignorar una señal de alarma.

Conocé tus límites y escuchá a tu cuerpo: Todos queremos pasarla genial, pero cada persona tiene un límite distinto. No te sientas obligado a seguir el ritmo de consumo o baile de los demás si ya no te sentís bien. Si notas que te está costando coordinar al caminar, que la cabeza “te da vueltas” o que el corazón te late muy rápido, tomáte un descanso en un lugar tranquilo. Hacé una pausa, tomá aire fresco y un vaso de agua. A veces 15 minutos de descanso pueden salvar el resto de tu noche.

Siguiendo estos consejos simples, es muy probable que tus únicos “percances” el 24 de agosto sean perder la noción del tiempo de tanto bailar o quedarte afónico de cantar clásicos. La clave es disfrutar con responsabilidad, para que la Nostalgia deje solo buenos recuerdos al día siguiente.