BCE mantuvo tasas, mientras la Fed enfrenta el dilema de una inflación que sube y un desempleo que crece

Los mercados dan por descontado un recorte de tasas por parte del banco central estadounidense

Sin generar ningún tipo de sorpresa, el Banco Central Europeo (BCE) cumplió con las expectativas del mercado y dejó incambiado el “precio del dinero”, entendiendo que la inflación se mantiene cerca del objetivo y que la economía evidencia signos de resistencia. Por su parte, en EEUU se vuelve a generar tensión, en la semana previa a la reunión que celebrará la Fed, puesto que los últimos datos muestran una combinación de precios al alza y un mercado laboral que da señales de debilidad. Aun así, el mercado ya da por descontado un recorte de tasas y, más aún, “comienza a descontar un ciclo de bajas más agresivo hacia fin de año”, explicó Felipe Barragán de Pepperstone.

El BCE mantuvo ayer jueves sus tasas de interés en la primera reunión de política monetaria tras el acuerdo comercial entre la UE y EEUU. La entidad dejó en 2% la tasa de facilidad de depósito, que es el tipo de interés que reciben los bancos cuando depositan dinero en el BCE a un día y la principal herramienta del BCE para influir en la política monetaria. Además, mantuvo la tasa de referencia para sus operaciones principales de financiación en el 2,15%, y la de facilidad marginal de crédito en el 2,4%.

La tasa de referencia se ha mantenido en el 2%, su nivel más bajo en más de dos años, desde junio, cuando el BCE lo redujo en 25 puntos básicos. En total, el BCE recortó ocho veces la tasa de interés desde junio de 2024, cuando comenzó a bajar desde su máximo histórico del 4%.

“Estamos en un buen momento porque la inflación está en el 2%. Pero no nos centramos en los datos. Nos fijamos en todo tipo de datos”, afirmó la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la conferencia de prensa luego de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.

“Nuestro objetivo es la inflación a medio plazo, que está en el 2%. Así que digo que estamos en un buen lugar porque nuestras proyecciones apuntan a que la inflación se estabilizará en el objetivo a medio plazo”, agregó.

No obstante, las perspectivas económicas de la zona euro auguran importantes desafíos. La agitación política en Francia podría ahogar las inversiones debido a la incertidumbre que envuelve a la segunda mayor economía de la UE. Además, el acuerdo con EEUU genera mayor claridad, pero aún se deben evaluar los impactos que tendrá sobre el sector real.

El BCE también revisó su cuadro de previsiones macroeconómicas para los próximos años. Mientras que en junio la entidad proyectaba un crecimiento de 0,9% para 2025, de 1,1% para 2026 y de 1,3% para 2027, ahora mejoró la estimación de crecimiento para este año en tres décimas, hasta el 1,2%, pero recorta en una décima la del año que viene, hasta el 1%. Asimismo, mantiene en el 1,3% la previsión para el año 2027.

Esto demuestra que el banco central no está demasiado preocupado por el impacto de los aranceles que ha impuesto EEUU a la zona euro, y a otras partes del mundo, ni tampoco por la crisis política de Francia. “El aumento de los aranceles, un euro más fuerte, y una mayor competencia en la zona euro, pueden ser vientos de frente para la economía europea, pero deberían moderarse el año que viene”, destacó Lagarde.

Además, la presidenta dejó en claro que pueden cambiar de punto de vista si los datos macroeconómicos así lo requieren, e insistió en su definición “reunión a reunión”. “Les recuerdo que yo soy una lechuza, no soy ni un halcón, ni una paloma”, agregó.

El dilema de la Fed

Por su parte, al otro lado del Atlántico, el panorama económico en EEUU vuelve a generar tensión, en la semana previa a la reunión que celebrará la Fed. La combinación de precios al alza y un mercado laboral que da señales de debilidad pone al banco central frente a un importante dilema. No obstante, la mayoría de los analistas coinciden en que la institución liderada por Jerome Powell tendrá poco margen para eludir una decisión que ya parece inevitable: bajar las tasas de interés.

El índice de precios al consumidor mostró en agosto un aumento mensual del 0,4%, el más alto desde enero, lo que elevó la inflación anual al 2,9%. Al excluir alimentos y energía, la inflación subyacente subió un 0,3% mensual y 3,1% en el último año. Felipe Barragán, estratega de investigación de mercados de Pepperstone, aseguró que si bien la inflación “no dio sorpresas”, de todas formas “dejó señales que los mercados no pueden ignorar”. “La Fed aún no ha ganado la batalla, dado que la inflación aún se encuentra por encima del objetivo de 2%”, sostuvo Barragán.

Por su parte, el Departamento de Trabajo informó de 263.000 nuevas solicitudes de subsidio por desempleo en la primera semana de setiembre, muy por encima de las 235.000 esperadas y el nivel más alto desde 2021. Aunque las solicitudes continuas se mantuvieron en 1,94 millones, el dato refleja un enfriamiento en la contratación.

De todas formas, el mercado está dando por descontado un recorte de tasas en la próxima reunión del 17 de setiembre, e incluso creció la expectativa de un recorte de medio punto en lugar de un cuarto de punto.

“La combinación de inflación estable pero todavía elevada y empleo más débil es el cóctel perfecto para que la Fed recorte en setiembre. El mercado ya lo da por hecho y, más aún, comienza a descontar un ciclo de bajas más agresivo hacia fin de año”, explicó Barragán en su nota de análisis. “Los próximos días estarán marcados por un mercado que ya compró el “recorte de setiembre” (…). De cara a la próxima semana, la reunión de la Fed sin duda será clave para determinar la dirección de los mercados”, agregó.