Diego Ramírez, brand manager de Santa Rosa

Un fanático de la Fórmula 1, con una pasión por los autos, es el brand manager de Santa Rosa. Como pez en el agua. Hace ya un año y ocho meses que Diego Ramírez ocupa ese rol en la empresa, enfocado específicamente en Deepal, Mitsubishi y Changan, y llegó al puesto luego de que decidiera cambiar un poco su vida y salir de la vorágine de Buenos Aires, lugar donde tenía su rutina un tiempo atrás.

En Santa Rosa tiene un equipo de trabajo “increíble”, según define, en el que comparte con buenas personas y excelentes profesionales. “Eso es lo más importante en un ambiente de trabajo, más en una empresa tan grande como Santa Rosa”, narra.

Diego es una persona a la que le encanta la creatividad y los desafíos, dos aspectos que suelen conjugarse e ir de la mano. A su vez, le interesa seguir conociendo y adentrándose en el mercado automotriz, más aún en la actualidad, donde han surgido las nuevas energías y tendencias, que han marcado la pauta a la hora de pensar la industria. En ese contexto, entiende que los desafíos son constantes y que el surgimiento de marcas nuevas que han llegado a Santa Rosa y al país es algo que lo motiva todos los días a levantarse con más ganas de concretar sus objetivos.

Sin embargo, de niño no se imaginaba que este sería el desenlace de su vida profesional. De chico quería ser abogado. Su primer trabajo fue a los 17 años, prestando servicio en un cajero, a través de un convenio que tenía el liceo al que concurrió, que le permitía trabajar cuatro horas por fuera del horario lectivo. 

Con el paso del tiempo y con una carrera consolidada, al momento de pasar raya, los aprendizajes que más destaca son la comunicación, el compromiso, la empatía y el trabajo en equipo. Sin lugar a duda, esos han sido valores que han calado hondo en Diego, quien siempre tuvo buenos líderes, que le inculcaron el trabajar entre pares, el ser ordenado y responsable.

El ejecutivo disfruta de todos los días de la semana y no es capaz de elegir uno en particular, porque cada uno de ellos tiene “un condimento diferente”, aunque su momento preferido de la jornada es la noche. Su libro favorito es “Ser feliz era esto”, de Eduardo Sacheri y la película que más le gusta es “Mi pobre angelito. En cuanto a la música, disfruta mucho el indie argentino, particularmente El Kuelgue y es un apasionado por los autos. 

De aquí a 10 años, Diego aspira a seguir creciendo en lo laboral y disfrutando junto a su familia, que está compuesta por sus dos padres, sus tres hermanas y su hija, en su casa de la playa.