“Hay que apostar fuerte a la lechería, tenemos condiciones de competitividad muy buenas”

Juan Vago, presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale)

Entrevistado por CRÓNICAS, Juan Vago, máxima autoridad de Inale, desarrolló diversos aspectos de la actualidad del sector en Uruguay. En cuanto a los precios, resaltó que después de seis años malos, en 2020 y 2021 mejoró la situación. Catalogó al escenario actual como “relativamente bueno”, pero, sobre todo, “bastante alentador pensando hacia el futuro”. Destacó además que en lácteos se exportan por año casi US$ 1.000 millones, siendo sus principales mercados Brasil, Argelia y China.

Por Matías Kapek | @matias_kb

El titular de la institución se mostró optimista con el momento de la lechería en Uruguay. Según comentó, la coyuntura mundial dio lugar a la falta de oferta como consecuencia, entre otras cosas, de los altos costos, la pandemia y la guerra en Ucrania. Dentro de este escenario, por más que China haya bajado su demanda, se logró mantener los precios de las exportaciones locales.

La lechería exporta en promedio por año casi US$ 1.000 millones, ocupando tan solo el 5% del área física de producción del país. Sumado a esto, la máxima autoridad de Inale señaló que el sector “genera mucho empleo, derrama mucho valor en las comunidades y multiplica mucho lo invertido”.

Escenario mundial favorable 

En este momento los principales destinos de las exportaciones son Brasil, Argelia y China. Si bien el país asiático lideraba el consumo, tanto la situación de pandemia como la extensión de las medidas sanitarias por ahora lo han mantenido relegado. 

Más allá de eso, Uruguay cuenta en esta área productiva con una importante diversificación de mercados. El entrevistado declaró que, tras su reciente presencia en Marruecos junto a una misión oficial, ve con muy buenos ojos la llegada a África y Oriente Medio. 

Afirmó que en esa parte del mundo en la actualidad hay una “demanda importante de lácteos”, impulsada por varias razones. La primera de ellas tiene que ver con que dentro de su alimentación hay un alto consumo de estos productos, cuestión que queda en evidencia con la relación comercial establecida en este sentido con Argelia.

Por otra parte, son países que se encuentran fuertemente abocados al desafío de la seguridad alimentaria, cuestión que no pueden enfrentar con su propia lechería que, según destacó el directivo, es “más bien de subsistencia”. Adicionalmente, aseveró que allí tuvo lugar una importante seca, circunstancia que también se vivió en Europa, su principal proveedor de lácteos. Europa, por este factor y la guerra en Ucrania, decidió subir los precios. Más allá de estas cuestiones coyunturales, hay factores que son más bien irreversibles que parecen cerrar casi de forma definitiva las exportaciones lácteas de este continente. Estas están vinculadas a un estado de “hipersensibilidad ambiental”, que lo lleva camino a “achicar la producción de varios rubros, entre ellos, la leche”, señaló. 

Para Vago, la suma de estos mercados, con Europa apostando al achique, da lugar a expectativas muy buenas para el rubro en el país. “El escenario de mediano y largo plazo debería ser positivo y mantener precios razonables”, destacó. 

Dentro de este contexto, más lo que respecta al crecimiento demográfico global, es que la máxima autoridad de Inale considera que “todo amerita apostar fuerte a la lechería como país, tenemos condiciones de competitividad muy buenas”.

El objetivo de una producción sostenible

Vago enfatizó en que, así como hay países que están enfocados en la seguridad alimentaria, hay otros que son “mercados de élite que requieren certificados ambientales”. En este sentido, resaltó que el país “está distinguido” a raíz de cuestiones como el trabajo en la construcción del indicador de la huella ambiental.

Están ocupados en su desarrollo tanto integrantes del Inale como del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Instituto Nacional de Carnes (INAC). También participan miembros de los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Medio Ambiente. 

El responsable de Inale afirmó que los datos que en el futuro se puedan obtener como producto de la construcción de este indicador “van a avalar que podemos producir más contaminando menos”.

Evaluó así la construcción de la huella ambiental como un valor agregado para la producción láctea del país y una posible llave de acceso a nuevos mercados. “Esto nos puede brindar mejores precios o mercados de mayor valor”, concluyó.


Situación de la cadena productiva

En lo que respecta al sector primario, el ejecutivo subrayó que se ha frenado relativamente el cierre de tambos. Para esta parte de la cadena productiva Inale tiene planificado un proyecto de red tecnológica, con el objetivo de aumentar la productividad.

También se está trabajando junto al Banco República en un fideicomiso, para a través de inversores comprar tierras y a su vez arrendarlas a lecheros en un lapso de 15 años. Dado el escenario favorable, el objetivo para esta parte de la producción, según destacó el jerarca, es “poder tener al menos entre un 50 y 100% más de leche en 15 años”. 

En el sector industrial, sin embargo, aparece la existencia de algún problema estructural. Por el lado de la leche en polvo se presenta una realidad alentadora, contando con una importante presencia en las exportaciones. “En la parte de leche en polvo estamos muy bien porque tecnológicamente tenemos herramientas de última generación”, resaltó. 

Las debilidades están en el sector quesero. El presidente de Inale se refirió concretamente a que esta parte de la industria se encuentra “relegada”, esto a raíz de que la actual tecnología “es vieja y de alto costo”. Es por eso que puntualizó en la necesidad de inversión a mediano plazo.

Vago consideró que, al igual que la lechería en general, el sector quesero tiene “buenas perspectivas hacia adelante y puede ser mucho más importante mejorando procesos y calidades y buscando más rentabilidad”.

Explicó que para esto se está pensando en un fondo reembolsable de US$ 10 millones. Este buscará atender a tres o cuatro plantas queseras que pasan por una situación grave. Más allá del dinero se procurará que puedan tener “un plan de negocio y una reestructura para cerrar las líneas más ineficientes”.