Balance de un matrimonio joven, en explícitas escenas de la vida conyugal

Himeneo >> ATRACCIÓN FATAL

Por A. Sanjurjo Toucon

Nadie se salva solo (Nessuno si salva da solo ) Italia 2015. Dir.; Sergio Castellito. Con: Riccardo Scamarcio, Jasmine Trinca, Ana Galiena.

El hombre y la mujer se hallan en un restaurante. Irrumpen con una conversación trivial, la que se va agriando rápidamente. Cada palabra es más fuerte que la anterior y poco a poco descubrimos el proceso de deterioro de la pareja, sus roles en la familia y relación con sus hijos, y el invariable reproche frente a nuevos amores reales o imaginarios de cada uno. Familiares y amigos actúan a modo de complemento y a la vez en contraste de su relación. Los flashbacks referidos al pasado, se convierten en columna vertebral de un film que corría el riesgo de ser solamente –y no es poco- una aproximación a las complejas y a veces, como ocurre aquí, torturadas relaciones de una pareja no ajena a la autodestrucción.

El libreto de Margaret Mazzantini, esposa del director, se mueve sobre carriles ampliamente conocidos en lo que hace a estas conductas. La realización no aporta elementos dramáticos y/o formales destacables por su originalidad, alcanzándose un estimable nivel en todos los rubros. La solidez del asunto, proviene, o así parece, de una vasta experiencia de los participantes: el realizador Sergio Castellito tiene en su haber setenta y ocho trabajos como actor y siete en la dirección –solamente se exhibieron cuatro en nuestro país y en su mayoría funciones aisladas-, la guionista Mazzantini fue actriz en veinte películas y guionista en siete, y la principal actriz Jasmine Trinca, puede parecer nueva por comparación con sus colegas, poseyendo veinticuatro trabajos actorales en una carrera aún breve. En papeles menores, asumidos quizás por amistad, hallamos a Angela Molina (137 films) y Ana Galiena (97 films).

El rigor y la aspereza, rasgos fundamentales del film, llegan, en algunas escenas a la dureza de “Quien le teme a Virginia Wolf”, o Ingmar Bergman especialmente en sus retratos conyugales.

Un tema ya visto, con el atractivo de los rubros señalados.

El Rey Arturo: La leyenda de la espada. (King Arthur: Legend of the Sword). EE.UU. 2017 Dir.: Guy Ritchie. Con: Charlie Hunnam, Astrid Bergés, Jude Law.

El británíco Guy Ritchie (1968) es uno de esos realizadores iniciados con promisorios títulos, que luego se desbarrancan. “Juegos, trampas y dos armas humeantes” (1998) y “Cerdos y diamantes” (EE.UU. 2000) fueron dos violentas y acertadas peripecias no ajenas al humor, donde se percibe la estética del video clip, frecuentado con anterioridad por el cineísta.

Ritchie se aparta de esa línea y parece no saber hacia dónde dirigirse.

El personaje del Rey Arturo posee características suficientes para burlarse de muchas otras cosas que fueron ignoradas. Baste con dar un vistazo a las múltiples investigaciones acerca del personaje, solazándose con el ahínco con que se ha buscado su génesis. Siendo esa, probablemente, la que ofrece sobrados antecedentes de gran potencial.

A cambio hay una aparatosa puesta en escena, con monstruos pedidos en préstamo a los grandes films del género.

Culminada la proyección, surge la interrogante acerca de quién ocupa el sitial