La realidad a la que estábamos acostumbrados ha dado un giro de 360° grados. La emergencia mundial generada por el covid-19 ha marcado un punto de inflexión y un desafío para la humanidad. La manera de educarse, de trabajar, de entretenerse, y, sobre todo, de comunicarse, ha cambiado. En tal sentido, una de las alteraciones más grandes que se ha observado es la forma en que se hacen negocios. Ahora, estar conectados cobra más relevancia que nunca; entonces, avanzar hacia la digitalización es imperante.
La globalización y los avances vertiginosos de la tecnología han provocado que los mercados se comporten, cada vez, de una manera diferente. Con la aparición de internet muchas de las formas tradicionales de negociación, compra y venta se han transformado.
La situación actual producto del covid-19 está forzando a muchas empresas a repensar sus modelos de negocio. La nueva realidad está obligando a realizar compras habituales a través de transacciones electrónicas, por lo que para las mipymes algunos de los mecanismos tradicionales de mercado podrían no ser suficientes para enfrentarla debido a que la digitalización se ha vuelto un requisito obligatorio a nivel empresarial.
Los negocios tradicionales enfrentan nuevos retos para comercializar su producción, por lo que, sin duda, aquellos que son capaces de afrontar desafíos generando cambios y avanzando hacia lo digital pueden adaptarse al escenario comercial del e-commerce. Este método de compraventa por internet permite a los gerentes entrar en la nueva era del comercio para que puedan cruzar fronteras, mejorando y agilizando sus procesos y, en efecto, crecer en el mercado. Todo esto es parte de la innovación de las empresas. Schumpeter (1934) apostaba por la innovación como un proceso de ejecutar nuevas combinaciones. Cuando se establecen nuevas combinaciones se generan nuevas formas de cubrir la demanda existente o crear nuevos productos, a menudo generando la obsolescencia de las tecnologías, productos y procesos actuales. A esto Schumpeter lo consideró un proceso de destrucción creativa. Para sobrevivir en el actual contexto de impactos causados por la pandemia, muchas empresas tienen que recurrir al uso intensivo de herramientas digitales para implementar el teletrabajo, realizar compras y ventas online, así como gestionar procesos de producción de forma remota.
La transformación digital, que antes parecía un extra para aumentar la productividad y las ganancias, hoy se ha vuelto un requisito para que las empresas sobrevivan; en particular las mipymes que comienzan a transitar por la ruta de la transformación digital. Estas necesitan dotarse muy rápidamente de una serie de elementos. Aquellas que comiencen a utilizar las plataformas digitales y tengan estrategias que las acompañen son las que pueden tener más facilidad para reorientar sus empresas y mantenerse en el mercado. Es de vital importancia que las mipymes uruguayas se adapten al e-commerce, visto hoy como la nueva metodología para comercializar sus productos, en el momento en que nos encontramos y en un futuro cercano.
La pandemia superó uno de los retos dentro del comercio en Uruguay: la digitalización en los negocios. Las mipymes lograron sacar esa capacidad de adaptación, y ahora muchas utilizan el e-commerce para no perder su mercado. Aún así, la consolidación de los comercios electrónicos señala un camino medianamente explorado en Uruguay y que se espera en el mediano plazo aumente. Para alcanzar el éxito, los negocios deben de enmarcarse en la versatilidad empresarial para responder a la exigencia de cambios que dependen mucho de algunos factores importantes, como la disponibilidad de herramientas tecnológicas, la sinergia desarrollada en los equipos de trabajo y la discusión al cambio en su cultura organizacional.
Fuente: Mag. Lic. Oscar Butto – CEDU