Dentro de la Gestión de Riesgos hoy en día es casi imprescindible el uso de una herramienta que nos permita identificar, cuantificar y valorar los riesgos a los que tenemos que hacer frente, así como trazar un mapa que nos guíe en una ruta de éxito para nuestra empresa.
Por esto, a nivel global es muy aceptada la práctica de elaborar matrices de riesgos que nos permitan la identificación y valoración de estas, considerando también el impacto que podrían generar la ocurrencia de tales o cuales variables.
Pero, aunque su elaboración precisa de conocimientos técnicos y de una metodología adecuada, no debemos considerar que deba ser demasiado complicada, sino más bien su naturaleza misma es la simplicidad.
Para la elaboración de una Matriz de Riesgos podemos considerar tres pasos que a continuación desarrollaremos:
- Identificación de riesgos
En esta etapa debemos listar todos los eventos de riesgo posibles que puedan ocurrir y afectar las actividades normales de nuestra empresa o proyecto. Algunos ejemplos de estos eventos de riesgo podrían ser:
- El incumplimiento del marco legal regulatorio.
- El paro de labores por falta de suministros.
- La falta de mano de obra calificada.
- Fraude interno.
- Alto nivel de competencia en el mercado.
- Delitos informáticos, ataques de hackers y virus.
- Daños a la reputación de la empresa.
- Alta rotación del talento humano.
- Responsabilidad civil por daños a terceros.
- Accidentes laborales.
- Siniestros o catástrofes naturales, etc.
- Enfermedades
- Evaluación de probabilidad e impacto
Luego de tener bien definidos todos los eventos probables de riesgos a los que puede estar sujeta nuestra empresa, debemos continuar asignando dos valores a cada uno, por ejemplo, del (1 al 5) y de (A hasta E), como sigue:
Esto lo haremos tanto para su probabilidad (En donde 1 es improbable, 2 posible, 3 ocasional, 4 probable y 5 frecuente), tal como mostramos a continuación.
Así como para su impacto que este implicaría (En donde A sería insignificante, B menor, C moderado, D peligroso, y E catastrófico) de la siguiente manera:
Por ejemplo, si tomamos el riesgo de falta de mano de obra calificada haremos dos preguntas:
¿Qué tan probable es que esto suceda?, y asignamos un número 3, pues consideramos que es “ocasional”.
¿Qué tanto nos impactaría en caso de suceder?, y por ejemplo definimos un C, ya que su efecto de llegar a suceder sería “moderado”. Por lo que este riesgo tendría una ponderación de “3D”
- Elaboración de la matriz de riesgos
Para finalizar nuestra Matriz de Riesgos no nos queda más que graficar todos los eventos de riesgos ya debidamente valorados y ubicados de acuerdo con sus ponderaciones de impacto y ocurrencia de forma que los de mayor puntaje serían los más críticos y, por tanto, los que necesitan una acción inmediata; los de la franja media podrían ser considerados en un plan a mediano plazo; y sobre los de riesgo más bajo deberíamos mantener una vigilancia prudencial.
La utilidad de la Matriz de Riesgos, su versatilidad, tamaño y complejidad pueden ser muy diversas. Sin embargo, todos los expertos afirman que se ha constituido en una herramienta útil y dinámica que facilita la identificación, así como el control y análisis de los riesgos a los que podemos estar expuestos.