¿Qué se espera para la economía uruguaya?

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Crecimiento moderado, empleo estable e inflación bajo control. Las proyecciones muestran un 2025 sin grandes sobresaltos, pero el contexto global y regional exige estar atentos a los riesgos.

Por Sofía Tuyaré (*)

En un contexto global cada vez más incierto, y con una región marcada por la desaceleración de algunas economías —como la de Brasil—, Uruguay mantiene un rumbo de crecimiento moderado y cierta estabilidad en sus principales variables macroeconómicas.

El Banco Central del Uruguay (BCU) publicó recientemente su Encuesta de Expectativas Económicas correspondiente a junio de 2025, que releva mensualmente las proyecciones de consultoras, analistas y bancos sobre la evolución del Producto Interno Bruto (PIB), el empleo, la inflación, el tipo de cambio, entre otros indicadores clave.

Los datos reflejan una visión cuidadosa por parte del mercado, con proyecciones que muestran estabilidad en el corto plazo y cautela frente a un entorno externo desafiante.

PIB y empleo

El PIB se expandió un 3,1% en 2024 y, según la mediana de las respuestas relevadas por el BCU, la economía uruguaya crecería 2,5% en 2025, en línea con el ritmo observado en los últimos trimestres. Para el segundo trimestre del año, los analistas proyectan una expansión interanual del 2%, lo que sugiere que el nivel de actividad mantendría su dinamismo, aunque con una leve desaceleración tras el 3,4% registrado en el primer trimestre.

En el mismo sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe de abril de 2025 de “Perspectivas de la economía mundial”, proyecta un crecimiento del 2,8% para este año y del 2,6% para el próximo para la economía uruguaya.

En cuanto al empleo, las expectativas son más discretas. Se espera que la tasa de desempleo promedie 8% este año, y 8,2% en los próximos dos años, lo que indica que no se prevén grandes cambios en el mediano plazo. Actualmente, la tasa de desocupación se sitúa en 8%, según el último informe disponible del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a abril.

Por su parte, la tasa de empleo se ubicaría en torno al 59,5%, de acuerdo con la mediana de los analistas encuestados. Esta cifra es consistente con los últimos datos oficiales, lo que sugiere cierta estabilidad en el mercado laboral, aunque sin señales de que se prevé mejora en la generación de puestos de trabajo.

En síntesis, la economía uruguaya mantiene el crecimiento, pero sin traducirse en una mejora del mercado laboral.

Tasa de desempleo en Uruguay

Fuente: elaboración propia en base a datos del INE

Inflación y dólar

La inflación continúa dentro del rango objetivo del BCU, aunque cerca de su techo. Hasta ahora -aún no se conocen los datos correspondientes a junio-, se observa una relativa contención de los precios, aunque persiste la vigilancia sobre factores como el dólar, los combustibles, la evolución salarial y otros rubros que podrían generar presiones inflacionarias.

En mayo, la inflación interanual se ubicó en 5%, y con ello se completaron 24 meses consecutivos dentro del rango meta de 3% a 6% establecido por la autoridad monetaria. Según la Encuesta de Expectativas de Inflación de junio, la mediana de los consultados prevé que el incremento de precios será de 5% en 2025 y 5,3% en 2026.

La Encuesta de Expectativas Empresariales publicada por el INE es levemente más conservadora: en mayo, la mediana de la inflación esperada por los empresarios se ubicó en 6% para el año.

En materia cambiaria, la mediana de los analistas encuestados por el BCU proyecta que el tipo de cambio cierre 2025 en $ 42,40, lo que implica una suba moderada respecto a los niveles actuales.

Inflación, últimos 12 meses

Fuente: elaboración propia en base a datos del INE

Moderación

Las expectativas reflejan una economía que seguiría creciendo de manera sostenida, aunque con un desempeño modesto. En el mercado laboral se prevé estabilidad, pero persisten desafíos estructurales vinculados a la transformación tecnológica, los cambios en la demanda de habilidades y las dificultades específicas que enfrentan ciertos sectores.

La inflación se mantiene dentro del objetivo hasta el momento, aunque bajo atención por los posibles factores que podrían alterar su rumbo. En cuanto al tipo de cambio, no se esperan sobresaltos en el corto plazo, aunque el contexto internacional impone un alto grado de incertidumbre.

Si bien los analistas no prevén desequilibrios importantes, los desafíos que enfrenta la actividad económica no son menores. El escenario mundial —y particularmente la región— se presenta más desafiante: crecimiento global más sobrio, tensiones geopolíticas, el avance de políticas más proteccionistas en Estados Unidos y un panorama fiscal local aún restringido.

En ese contexto, la evolución de las variables clave —como la inflación, el tipo de cambio y el empleo— será determinante para saber si este escenario moderadamente optimista logra sostenerse en lo que resta del año.

(*) Economista, integrante del departamento de Consultoría de CARLE & ANDRIOLI, firma miembro independiente de GGI Global Alliance