Desestatización y concentración de ingresos: los resultados de esta Rendición de Cuentas

Por Daniel Olesker (*) | @DanielOlesker

En esta nota analizaré la Rendición de Cuentas 2022 desde la perspectiva del gasto social, analizando los gastos de 2020 a 2022, los aumentos propuestos para 2024, el rol del Fondo Covid y las perspectivas económicas, laborales y sociales para el final de los cinco años, según lo que expresa la propia exposición de motivos del proyecto.

Los datos de la Rendición de Cuentas

Nuestro análisis se centrará en los incisos sociales (ANEP, Udelar, ASSE, INAU, Inisa, Fondo Nacional de Vivienda, UTEC) y el Poder Judicial.

Tres análisis: a) la comparación 2022/2019; b) la pérdida acumulada en los tres años; y c) la relación entre gasto y PBI.

El análisis de los datos presentados en el Tomo 1 de la Rendición de Cuentas nos muestra que en la mayor parte de los incisos sociales (dejamos vivienda para un análisis que la separe de ambiente), salvo Mides y UTEC, el gasto es aún menor que en 2019. Los más bajos son Poder Judicial, Udelar e Inisa, donde el gasto de 2022 es el 94, 86 y 82% respectivamente respecto a 2019.

Por otra parte, tomando los ocho incisos sociales en conjunto, la cifra es inferior a 2019 en casi 2%. 

Respecto a la pérdida acumulada, es decir, lo que se gastó de menos en 2020, 21 y 22, comparando con 2019, hay pérdida en todos (salvo UTEC) y el mayor monto es en la ANEP, cuya pérdida es 222 millones de US$. Es claro que la educación ha sido una variable de ajuste, y si sumamos a la Udelar, entre los dos organismos la pérdida acumulada es de US$ 303 millones.

En los ocho incisos sociales el total en los tres años significa una pérdida de US$ 555 millones.

El gasto social está sin recuperarse respecto a 2019 y su pérdida acumulada es de US$ 555 millones.

Una segunda perspectiva la da el cuadro que presento donde analiza la parte de los incisos en el PBI.

Como se ve, todos los incisos (salvo UTEC y Mides que empata) pierden participación en el PBI.

Vivienda, ANEP, Udelar y Poder Judicial son los más castigados en relación al PBI.

En síntesis, para el gasto social hay menos gasto que en 2019, una pérdida acumulada de US$ 555 millones y menor participación en el PBI.

Vivienda: un caso emblemático de esta Rendición de Cuentas

Separando vivienda de ambiente (ya que en 2020 y 2021 estaban en el mismo ministerio), pasamos a ver la inversión en vivienda.

La inversión en vivienda ha disminuido a menos del 97% respecto al año 2019. Con reducciones muy importantes en programas como el Plan de Mejoramiento de Barrios (30%), el Plan Juntos (22,5%) y Mevir (22,9%). O sea, pocas viviendas nuevas.

Es de hacer notar que en el Plan Avanzar, que está incluyendo nuevas soluciones habitacionales, se invertirán US$ 240 millones. En el año 2022 se invirtieron tan solo US$ 11 millones.

En el caso de la vivienda, los recortes y la no ejecución tienen un efecto hacia el futuro, ya que, al no desarrollar proyectos, no escriturar proyectos aprobados, todo ello tiene impacto sobre el déficit habitacional que seguro va a crecer en 2024 respecto a 2019.

¿Qué aumentos propone la Rendición de Cuentas?

Analizaré los aumentos propuestos para los ocho incisos sociales.

Tenemos que sumar asignaciones que, para 2024, vienen de adjudicaciones anteriores, y las de esta Rendición, que son solo los $ 800 millones para salud mental.

Las partidas ya votadas y las de esta Rendición para estos ocho incisos sociales suman en el orden de US$ 170 millones, siendo ASSE la que tiene mayor participación con cerca del 40% de esa cifra, y le sigue ANEP con un 30% y tercero el Mides con un 15%.

Luego de un duro ajuste en 2020, 2021 y 2022, se prevé la recuperación de gastos hacia 2024. El monto claramente no es relevante respecto al ahorro generado en los primeros tres años y ya analizado.

Es un resultado absolutamente desestatizador en la política social, primero, porque lo perdido en el camino y que ya vimos que fue del orden de US$ 555 millones no se recupera más, y segundo porque se da mientras la economía crece ya desde 2021, tema sobre el que volveremos al final.

El Fondo Covid

En estos tres años el Estado ha realizado gastos en las áreas social, laboral y sanitaria a través del Fondo Covid.

Ha significado 1,34, 1,77 y 0,6% del PBI de ese año, en 2020, 21 y 22 respectivamente. El primer año el grueso del gasto fue a temas laborales, en particular, el seguro de paro especial. El segundo y tercer año el mayor peso del gasto estuvo en los temas sanitarios, y el gasto social siempre representó una menor porción del gasto. Esto nos confirma lo que ya habíamos dicho. El “gasto covid” no llega ningún año al 2% del PBI, y nos ubica en los países que hicieron la menor inversión social en la pandemia tanto en el mundo como en América Latina.

Un resumen: desestatización y concentración

El gasto social

En la mayor parte de los casos, los incisos sociales (con excepción del Mides, que crece sobre 2019) llegarán en el mejor de los casos a lo que tenían en 2019.

Esto es un resultado absolutamente desestatizador. Pues lo que importa es la relación entre el gasto social y el PBI. Aun con estos aumentos que describimos más arriba, todos los incisos (a excepción del Mides) van a quedar por debajo de la participación en el PBI que tenían en 2019.

Hice este cálculo: con el valor estimado del PBI en 2024, ¿cuánto más se debería invertir en los incisos sociales para mantener la parte del PBI de 2019? Aquí el resultado: US$ 554 millones, casi un punto del PBI, es necesario sumar a los aumentos ya previstos, solo para mantener la participación del gasto social en el PBI. Solo para empatar.

La concentración de la riqueza

En la exposición de motivos se dice que el PBI va a crecer 8,7%, que el empleo crecerá 4,3 y del salario nada dice, pero el gobierno ha comprometido que el crecimiento será 0.

Entonces, la masa salarial (el ingreso de la clase trabajadora) crecerá 4,3 (0 más 4,3) y el PBI 8,7. Como muestra la gráfica, eso es concentración de riqueza y transferencia de dinero del trabajo al capital. Recordemos que en los primeros tres años dicha transferencia (según un estudio de Fernando Isabella) fue ya de mil millones de dólares.

En síntesis, como afirmé en el título, menos Estado y más concentración de la riqueza.

(*) Exsenador y presidente de Asuntos Sociales del Frente Amplio.