La importancia de reducir la jornada laboral

Por María Eugenia Roselló (*) | @marurosello

Para poder entrar en contexto, debemos saber por qué es necesario tener una limitación de la jornada laboral y para esto nos debemos remontar a algunos años atrás.

La limitación de la jornada laboral es una cuestión de orden público y de salubridad, favoreciendo la buena salud de los trabajadores, y también es una manera de organizar la vida, para poder compatibilizar la familia y el trabajo. 

Fue José Batlle y Ordóñez quien impulsó la solución del modelo urbano de país. 

Durante su primera presidencia (1903-1907) presentó algunos proyectos de ley; estas iniciativas anticiparon las transformaciones que se producirían más adelante. La segunda presidencia de Batlle y Ordóñez (1911-1915), se caracterizó por el empuje reformista que imprimió el Estado en diversos planos: en lo social, en lo económico, en lo político y en lo educativo.

En ese entonces la clase obrera empezaba a organizarse para poder reclamar mejores condiciones laborales, entre las que se incluía la reducción de la jornada laboral y mejoras en los salarios.

Las jornadas de trabajo por ese entonces rondaban las 12-14 horas diarias, excepto los tranviarios, cuya jornada era de 15/16 horas diarias. Fue entonces y a raíz de los reclamos de los trabajadores organizados que se llevó adelante una gran huelga respaldada por distintos grupos de trabajadores. José Batlle y Ordóñez, que ya contaba con la experiencia europea y tenía una visión vanguardista acerca de los derechos laborales, percibió el alcance de los conflictos y decidió atender el reclamo con legislación donde se incorporaban dichos planteos. El primer proyecto sobre la reducción del horario de trabajo fue presentado en 1905 por los legisladores Luis Alberto de Herrera y Carlos Roxlo, en el que se establecía la jornada de nueve horas. En 1906 y 1911 Batlle y Ordóñez envió dos nuevos proyectos, en los que se establecía la jornada de ocho horas para todas las actividades, se prohibía el trabajo a los menores de 13 años y se implantaba un día de descanso cada seis.

Uruguay ha sido un avanzado en materia de derechos laborales, tal es así que hemos estado ubicados en los primeros lugares en comparación a otros países, donde los trabajadores no eran escuchados como sí lo fueron en nuestro país.

En la sociedad actual, donde el trabajo parece ocupar gran parte de nuestras vidas, es fundamental reflexionar sobre la importancia de reducir la jornada laboral.

En Uruguay trabajamos un promedio de 44-48 horas semanales (ocho horas diarias), variando según cada sector.

La pandemia ha generado grandes cambios en todos los espacios de la vida cotidiana, y el ámbito laboral no fue ajeno a esto. Hemos sido testigos de un cambio de paradigma en las relaciones laborales, lo cual nos ha permitido impulsar el teletrabajo, que posibilita la compatibilización de la vida ajustándose a las necesidades de cada trabajador, introduciendo el concepto de la flexibilización de la jornada laboral.

¿Estamos preparados para reducir la jornada laboral?

Numerosos estudios demuestran que trabajar menos horas tiene beneficios tanto para los trabajadores como para las empresas. En primer lugar, una jornada laboral más corta permite a las personas tener más tiempo libre para dedicarlo a actividades personales, como pasar tiempo con la familia, practicar deporte o simplemente descansar. Esto contribuye a mejorar su calidad de vida y bienestar emocional.

Además, una jornada laboral reducida puede aumentar la productividad y eficiencia de los trabajadores. Al tener menos horas de trabajo, las personas se sienten más motivadas y concentradas durante su tiempo en el trabajo, lo que se traduce en una mayor calidad en sus tareas y resultados. Asimismo, al tener más tiempo libre, los trabajadores pueden dedicarlo a descansar y recargar energías, lo que repercute en un mejor desempeño laboral.

Por otro lado, reducir la jornada laboral también tiene beneficios para las empresas. Al contar con empleados más motivados y productivos, se incrementa la satisfacción del cliente y se mejora la productividad y por ende la reputación de la empresa. Además, una menor cantidad de horas trabajadas puede contribuir a disminuir el estrés y el agotamiento entre los empleados, lo que se traduce en una menor tasa de ausentismo y una mayor retención del talento.

A su vez, salir a una hora razonable de trabajar permite a la persona desconectarse por unas horas de las preocupaciones laborales.

Es importante tener en cuenta que, para implementar una reducción de la jornada laboral de manera efectiva, es fundamental establecer un equilibrio entre las necesidades de los trabajadores y las metas de la empresa. Esto implica una planificación adecuada, distribución equitativa de las tareas y una comunicación clara entre todos los miembros del equipo de trabajo.

Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT), basándose en la experiencia mundial, se aconseja un enfoque gradual para reducir las horas de trabajo.

La recomendación de la OIT sobre la reducción de las horas de trabajo estableció el estándar de la semana de 40 horas, cuyo principio se establece en el Convenio de las 40 horas de 1935 (CO47) como un estándar social que puede alcanzarse por etapas si así se requiere.

En suma, reducir la jornada laboral no solo beneficia a los trabajadores, sino también a las empresas. Proporciona más tiempo libre, mejora la calidad de vida, aumenta la productividad y contribuye a un ambiente laboral más saludable.

Para poder llevar adelante tan importante cambio es necesario un proceso de diálogo social, esto es de vital importancia para determinar el enfoque más factible para reducir las horas de trabajo en nuestro país tomando en cuenta cada sector. En términos generales y según la preponderancia de la evidencia que nos muestra la OIT, se sugiere que la reducción de las horas de trabajo generalmente resulta en mayores niveles de empleo y mayor productividad laboral. 

Es hora de replantearnos cómo organizamos nuestro tiempo y valorar el equilibrio entre trabajo y vida personal.

(*) Diputada del Partido Colorado-Ciudadanos.