El Movimiento Mayo Amarillo comienza en Brasil en 2013, con el objetivo de hacer un llamado de atención a la sociedad sobre la siniestralidad vial, que año a año deja un alto número de fallecidos y lesionados. A nuestro país llega impulsado por el área de la salud, y en 2016 Uruguay se suma formalmente al movimiento. La Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) ha encabezado desde entonces ese evento anual, que nuclea durante un mes múltiples instituciones y actividades. Desde el comienzo, la Academia ha tenido allí una participación activa, con notas de prensa, conferencias y otros aportes.
Por Augusto Müller (*)
Al inicio de la nueva gestión de la Unasev, el 10 de abril se presentaron las cifras de siniestralidad del período 2024. Según el Informe elaborado por el Sistema de Información Nacional de Tránsito (Sinatran), se dieron en el lapso enero 2024-enero 2025, 21597 siniestros (un aumento del 4,9% en comparación con 2023), un total de 27300 personas resultaron lesionadas, 3840 gravemente, y 434 fallecieron como consecuencia de siniestros de tránsito (un 2,8% más que en 2023). Los motociclistas fallecidos en 2024 son 213, un 7,6% más que en 2023.
Independientemente de oscilaciones poco marcadas en las cifras registradas de año a año, al menos en los últimos cuatro, persisten altas y los factores de riesgo se mantienen. El patrón de riesgo predominante es el hombre joven en motocicleta. A esto se agregan ciertos días y horas (desde las 20 horas del viernes a las 8 horas del lunes), la ingesta de alcohol y el no uso de las medidas de protección.
¿Qué nos falta, entonces, en siniestralidad vial, para abatir estos guarismos?, preguntábamos en una ponencia.
Por un lado, hay una baja percepción de los riesgos, que genera conductas imprudentes, irresponsables y temerarias. Pero también existe una baja percepción del “otro”, como persona vulnerable expuesta a los efectos de estas acciones. Con fines de conocimiento, información, difusión y planificación estratégica sería útil contar con más datos y pericias, por ejemplo, de alcoholemias y drogas en fallecidos, de fallecidos sin cinturón y eyectados del vehículo, de niños lesionados sin sistema de protección, de celulares de conductores en uso y velocidades al momento del siniestro.
A la medicina le competen dos acciones en este ámbito. Una es la prevención primaria; ayudar a adquirir conductas protectoras frente a la siniestralidad a través de la acción educativa. Durante la última gestión se ha trabajado fuertemente en relación a la libreta de conducir para choferes profesionales insulinodependientes y a la rotulación de fármacos que afectan la capacidad de conducir. La otra es la acción asistencial oportuna, curativa o reductora del daño -dos tercios de los que fallecen lo hacen en el lugar del siniestro-. Actuar eficazmente en esta dimensión requiere capacitación y logística.
ANM y Unasev: un vínculo trascendente
Según su ley de creación (14260) y su estatuto, la Academia Nacional de Medicina (ANM) es una institución honoraria de exclusivo carácter científico, entre cuyos objetivos básicos figura “dar opinión a los grandes problemas médicos y asesorar a las instituciones públicas y privadas en todo lo referente a la medicina o ciencias afines” (estatuto, Art. 2, Núm. 2.3.)
El reglamento interno de la institución agrega detalles, señalando entre sus cometidos, “organizar por sí misma, o con la participación de otras instituciones públicas o privadas relacionadas con los cometidos de la Academia, actividades de alto impacto social (jornadas, publicaciones, etc.) sobre temas de la Medicina o disciplinas afines cuyo interés lo justifique” (Art. 1, Inc. C, Cometidos, Lit. e).
La Unasev, por su lado, tiene entre sus cometidos sustantivos la seguridad de los usuarios de las vías de tránsito y expresa que “procura contribuir a generar un cambio de la cultura vial del país y responsabilidad social, acerca del rol de las instituciones sociales públicas y/o privadas en el tema.
Busca la promoción de conductas en el tránsito basadas en los valores de preservación de la vida y la convivencia social…”.
¡Vaya si son compatibles estos objetivos y propósitos! El impacto social y sobre la salud son evidentes en la misión y visión de ambas instituciones. La participación integradora con otras entidades y la mutua colaboración en busca de objetivos compartibles están firmemente impresas en esos principios. El primer Decenio de Acción para la Seguridad Vial, de 2011 a 2020, proclamado por la Asamblea General de la ONU en marzo de 2010, brindó el marco de referencia para el desarrollo del vínculo.
En el escenario de la relación con la Unasev surge en la ANM un Grupo de Trabajo para la organización de las Jornadas de Siniestralidad Vial que se llevaron a cabo el 22 y 23 de agosto de 2013. Fueron declaradas de Interés Nacional por los Ministerios de Salud Pública, de Transporte y Obras Públicas, y de Turismo, y contaron con el auspicio de la Intendencia de Montevideo, la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), ASSE, SMU y Federación Médica del Interior (FEMI). Sus objetivos fueron convocar y reunir a especialistas de las diferentes áreas que integran este tema, avanzar en su conocimiento y lograr que esta situación sea motivo de preocupación preferencial de las autoridades y de la población. Estuvieron a cargo de la organización, por parte de la ANM, el académico Asdrúbal Silveri (coordinador), el Dr. Augusto Müller (cocoordinador, y en ese momento reciente exprofesor director del Departamento de Emergencia del Hospital de Clínicas), y los académicos Guido Berro, Gloria Ruocco y Juan C. Bagattini. Desde la Unasev fue responsable el Dr. Gerardo Barrios, y participaron además Jorge Tomasi por el Automóvil Club, y Carlos Cal por la Fundación Unitran. Del evento surgen numerosos diagnósticos, conclusiones y recomendaciones que se elevaron a las autoridades responsables, y el 4 de abril de 2014 se expusieron públicamente en la Torre Ejecutiva. El Grupo de Trabajo en Siniestralidad Vial sigue en funciones hasta el presente.
(*) Miembro titular de la Academia Nacional de Medicina