Baja “acelerada” de la inflación tiene “efectos colaterales” en la competitividad y el apartado fiscal

Moya discrepó con De Haedo en sus críticas al BCU

Foto: BCU

Declaraciones de Javier de Haedo que apuntan a que el Banco Central del Uruguay (BCU) se “pasó de rosca” en la baja de la inflación, despertaron interrogantes y discusiones en el ámbito público. Ante esto, CRÓNICAS consultó a los economistas Pablo Moya, Martín Vallcorba y Adrián Fernández, quienes tienen diferentes posturas respecto a los postulados de De Haedo.

La semana pasada, el director del Observatorio de Coyuntura Económica de la Universidad Católica, Javier de Haedo, declaró enfáticamente en entrevista con Radio El Espectador que el BCU se “pasó de rosca” en la baja de la inflación y que “no hay equipo económico” en el gobierno.

Las declaraciones tuvieron inmediatas repercusiones a través de diversos medios digitales e impresos, despertando la polémica respecto al manejo de la política monetaria y de la toma de decisiones por parte del gobierno en materia económica (ver recuadro). Ante esta situación, CRÓNICAS consultó a tres expertos para que -desde su perspectiva- puedan evaluar qué tanta razón le asiste a De Haedo. 

¿Se “pasó de rosca”?

Al entender de Pablo Moya, un nivel de inflación “consistente” puede estar cercano al 6%, y si bien el objetivo que se había planteado el BCU rondaba entre 3% y 6%, el economista cree que un nivel del 5%, “para lo que es el mundo y el país, es lo acorde”.

“En ese sentido, la inflación hoy está unas décimas por debajo, pero eso no convalida a decir que el BCU se pasó de rosca o se le fue la mano con esta baja. Tampoco las políticas son 100% lineales y creo que el manejo de la tasa de interés ha sido sumamente consistente con el objetivo”, destacó Moya. Asimismo, agregó que los aumentos en la tasa de interés y la baja del valor del dólar confluyeron para una inflación que “está dentro del rango meta” y que “no significaría una barrera al crecimiento”.

Pero no todas las visiones confrontan con la de Javier de Haedo. Martín Vallcorba cree que los guarismos actuales son un “resultado inesperado”, dado que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no esperaba esta evolución si se tienen en cuenta los números que presentó en la Rendición de Cuentas, ya que mostraban una baja “más suavizada” de la inflación.

“Cuando se hace una mirada más global que no se centra exclusivamente en la evolución de los precios, considero que la evaluación tiene que incorporar otros elementos y en el balance me parece que efectivamente, como señala De Haedo, se pasaron un poco de rosca”, puntualizó Vallcorba.

Efectos colaterales de la baja

Según explicó el economista y coordinador del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), Adrián Fernández, el BCU tiene un “error de diagnóstico”, debido a que la política monetaria implementada “apunta al aumento de tasas de interés para contraer el crédito”, lo que tiene un impacto principalmente en los bienes no transables, al tratar de reducir las sinergias inflacionarias y la retroalimentación de la inflación.

En estos momentos hay un nivel “nulo” de inflación transable, pero todavía una inflación muy alta en el apartado no transable y, como el Índice de Precios al Consumo (IPC) es el promedio de las dos, se ubica “dentro del rango”, tal como explicó Fernández.

“En este sentido coincido con De Haedo en el hecho de que el BCU llevó adelante demasiado agresivamente la política monetaria y debería haberlo revisado antes, al darse cuenta de que no estaba funcionando para los bienes y servicios no transables”, remarcó.

Para adjuntar a esta discusión, Vallcorba enfatizó en las consecuencias que la baja inflación tiene en la competitividad y en aspectos fiscales, que llevan a concluir que efectivamente fue una caída “demasiado acelerada” y que la política monetaria que implementó el BCU contribuyó “de manera decidida” a la caída del tipo de cambio.

“Una caída tan acentuada en la inflación impacta negativamente en el resultado fiscal que estamos observando ahora y va a tener un impacto negativo importante en el resultado fiscal del año próximo, porque en particular en las pasividades vamos a tener un aumento considerable y eso en términos reales, con este descenso de la inflación, va a significar un aumento real del gasto en pasividades muy grande, con su impacto por el lado fiscal”, remató Vallcorba.


Sobre la falta de un equipo económico en el gobierno

Además de apuntar a la baja de la inflación y las decisiones del BCU, De Haedo también desató la polémica al declarar que el gobierno no cuenta con un equipo económico como tal y que el BCU “está en una actitud independiente que hace lo que se le canta”.

Consultado sobre este aspecto, Pablo Moya destacó que “gustará o no la política económica, pero el equipo económico ha hecho muy bien su función, ha cumplido los cometidos que el presidente le ha encomendado y como tal ha actuado”.

En línea con ello, agregó que “tal vez no exista un equipo económico como era antes, donde actuaba en función similar a la de un primer ministro” y que el país se encuentra en un período de “estabilidad” que no requiere que se “expliquen continuamente” las medidas.

Valcorba, por su parte, valoró que parecería haber “una compartimentación muy grande en las decisiones, que es a lo que apuntaba De Haedo, en el sentido de que no parecería haber una lógica de equipo a la hora de tomar decisiones, sino que cada uno actúa en su ámbito específico de competencia muy restringido, sin tener una coordinación global de los impactos generales que cada una de esas medidas tiene”.