La economía uruguaya reflejará el efecto de la sequía en el segundo trimestre y mostraría “un repunte en el tercero, a partir de la reversión de ese shock y la puesta en marcha de la segunda planta de UPM”. A nivel internacional, se advierte que la desaceleración de China y la guerra en Ucrania son “elementos a continuar monitoreando”, y en la región se observan “condiciones más favorables en el mediano plazo” para Brasil, pero Argentina “enfrenta un escenario de incertidumbre en el mercado cambiario tras las elecciones primarias”.
El Banco Central del Uruguay (BCU) dio a conocer los detalles del análisis del contexto económico global, regional y local que realizó durante la última reunión del Copom, celebrada el pasado 15 de agosto, instancia en la que definió una reducción de la tasa de interés de 75 puntos básicos (pb) para llevarla al 10%.
De acuerdo a la minuta del encuentro, a nivel global se observa un escenario pautado por la desaceleración de la actividad en el segundo trimestre, debido al menor crecimiento de China, compensado por datos positivos en las principales economías del mundo. En materia inflacionaria se destaca la reducción de la inflación, favorecida por menores costos de abastecimiento y la estabilidad en los precios de los commodities. Sin embargo, sostiene que la convergencia de la inflación al objetivo “se volvió más lenta” debido a un ligero repunte en los precios de las materias primas y la indexación parcial de los salarios. Por último, advierte que una desaceleración adicional de China, o una profundización de la guerra entre Ucrania y Rusia, constituyen “elementos a continuar monitoreando”.
En cuanto a la política de tasas de la Fed, se estima que definirá una nueva suba de 25 pb antes de fin de año, y que posteriormente la mantendría “en niveles elevados durante un período prolongado”.
En el plano regional, en Brasil se observa un menor dinamismo de la actividad, pero se destaca la presencia de “condiciones más favorables en el mediano plazo”. Al otro lado, para Argentina se espera un menor crecimiento de la economía y un contexto financiero que sigue siendo delicado. Asimismo, se advierte por “un escenario de incertidumbre en el mercado cambiario tras las elecciones primarias”.
Sigue bajando
En este escenario, para la economía uruguaya se espera que la actividad refleje el efecto de la sequía en el segundo trimestre, para luego mostrar “un repunte en el tercero, a partir de la reversión de ese shock y la puesta en marcha de la segunda planta de UPM”. Se detalla que el crecimiento de la demanda interna se ha visto compensado por una caída de la demanda externa, mientras que por el lado de la oferta, los sectores productores de bienes (en especial de origen agropecuario) registraron caídas, que se compensan con la expansión de los sectores productores de servicios.
En cuanto al mercado de trabajo, exhibe “señales positivas”, y tanto la actividad como el empleo registraron incrementos en el segundo trimestre del año.
Respecto a la inflación, se destacó el nuevo descenso en el año móvil cerrado a julio, continuando en el rango meta y ubicándose en 4,79%, lo que constituye “su nivel más bajo de los últimos 17 años”. En la misma línea, la inflación subyacente se redujo de 5,15% a 3,99%.
En cuanto a las expectativas, se menciona que el promedio de indicadores para la inflación a 24 meses se mantuvo estable en 7,1%, aunque se destaca “la reducción lenta pero continua” de las expectativas de los analistas, así como la caída en la media de la encuesta de expectativas de los empresarios (aunque la mediana sigue estable).
En ese sentido, la minuta señala que “el Copom espera que en los próximos meses continúe la reducción de la inflación interanual y el descenso de las expectativas”, y mantiene la proyección de inflación para el horizonte de la política monetaria (24 meses) dentro del rango objetivo.
Por ello fue que el Directorio del BCU decidió “por unanimidad” la reducción de la tasa de política monetaria en 75 pb, fijándola en 10%, un “nivel que se considera consistente con la fase contractiva de la política monetaria y con el rango objetivo establecido para el horizonte a 24 meses”.
A futuro, y tal cual había evidenciado en el comunicado publicado luego de la reunión, la minuta no adelanta el rumbo de la tasa de interés, afirmando que los futuros movimientos de la misma estarán “condicionados por la evolución de la inflación y, principalmente, de sus expectativas en el horizonte de política monetaria”.