Digitalización, innovación y sostenibilidad son los ejes principales para potenciar el negocio de BBVA 

Según Carlos Torres Vila, presidente de BBVA

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, de paso por Uruguay, mantuvo un encuentro con prensa especializada, donde estuvo presente CRÓNICAS. El ejecutivo se refirió al contexto económico mundial, realizó una puesta a punto de la organización en los distintos países donde opera y se refirió a los pilares en los que se sustenta el banco en un mundo cada vez más digitalizado y donde el concepto de sustentabilidad cobra relevancia en los negocios. 

Por Oscar Cestau | @OCestau

Tras realizar un repaso de la relevancia de BBVA ya no solo en España, sino también en México, un pilar del grupo, en Turquía, a través de Garanti BBVA, con un 60% de participación, y en países de Sudamérica, como Perú, Colombia, Venezuela, Argentina y Uruguay, Torres Vila remarcó que su visita a esta parte del mundo es una forma de demostrar el compromiso del banco con el país, además de ver la operación en el terreno mismo y estar con el equipo.

Posteriormente, realizó una puesta a punto a nivel macro, aludiendo al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, a la situación de China con su política de “covid cero” y la inflación, que ya tiene características globales, haciendo hincapié en cómo estos acontecimientos impactan a nivel económico.   

El ejecutivo recordó que tras las fuertes caídas de 2020 por la pandemia del covid-19, se empezaban a ver tasas de crecimiento muy relevantes en el mundo, pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia, a la que definió como “una gran tragedia humana”, tuvo un impacto económico inmediato.

Así, se produjo una reducción importante de las perspectivas de crecimiento debido al aumento del coste de la energía y de los commodities, lo que genera inflación, y con ello, la respuesta necesaria de los bancos centrales para contener la escalada inflacionaria. Con este escenario como marco, Torres hizo énfasis en que se están viendo subidas de tipo de interés muy claras en Estados Unidos, y que después del verano llegarán a Europa.

Todo esto, indicó, resta de manera importante al crecimiento de 2022. “Sí esperábamos que el crecimiento mundial estuviera cercano a 4,5%, ahora la expectativa está en 4%, con un sesgo negativo para este año; y un 3,6% el año que viene”, subrayó.

El máximo ejecutivo del grupo BBVA dijo que a mediano y largo plazo la invasión tendrá un efecto muy importante en la relación entre bloques y en la dependencia de algunos países en cuestiones estratégicas, como la energía, y por tanto habrá una búsqueda de mayor independencia en esa línea. Puso el ejemplo de Alemania, que tiene una gran dependencia del gas ruso, y a futuro deberá buscar alternativas.

“Creo que en el mundo se dará una división en bloques y una búsqueda de la independencia en todo lo estratégico, ya sea materias primas, alimentación, tecnología, software, datos, y todo tendrá su afectación en un menor crecimiento mundial debido a menos comercio y más fricción al mismo”, puntualizó Torres Vila.

El ejecutivo hizo alusión también a la incertidumbre que genera China con su renovado confinamiento y su política de “covid cero”, lo que pone más dudas sobre la economía.

Más tecnología

Al describir las tecnologías que se verán reforzadas, puso como ejemplos la digitalización, la innovación y la inteligencia artificial.

Otro campo de innovación en el que se proyecta un gran desarrollo es el relacionado al movimiento a la nube. “Esto ya está maduro comercialmente, pero le quedan muchos años para seguir creciendo y seguirá teniendo cada vez mayor peso en la economía”, explicó.

Más allá en el tiempo ve el desarrollo de la computación cuántica y otros campos de innovación muy potentes en el mundo de la salud y de las ciencias de la vida.

“Si bien tenemos una situación macro volátil, incierta, marcada por el covid-19, la guerra y los demás bloques de comercio, hay una cosa que permanece, y es la innovación acelerada que afecta a todos los sectores de actividad y que es de largo recorrido. Dentro de una década se verá que el mundo habrá cambiado mucho. Esto tiene repercusiones estratégicas importantes, y cualquier empresa debe pensar en la afectación de los clientes. Nuestro propósito, por tanto, es ayudar a capturar las oportunidades de esta nueva era”, reflexionó Torres Vila.

En otra parte de su oratoria, el visitante recordó que la otra vertiente que cobra cada día más fuerza es la de la sostenibilidad, y sobre todo la descarbonización, a la que definió  como la mayor disrupción de la historia de la humanidad.

A su turno, destacó que Uruguay es un país que tiene una agenda política muy clara de compromiso con la sostenibilidad.


Un banco para las empresas del futuro

Al referirse a la salud financiera de BBVA, resaltó las fortalezas del grupo. “El año pasado tuvimos un beneficio superior a los 5.000 millones de euros a nivel agregado, que es el mayor beneficio recurrente de la última década. Este primer trimestre el beneficio fue de 1.651 millones de euros, es decir que vamos ya a un ritmo muy superior al del año pasado si seguimos repitiendo trimestres buenos. Y con el ciclo que hay en normalización de la política monetaria en Europa, eso es favorecedor para seguir teniendo fortaleza financiera”, explicó.

En este contexto, dijo que el banco está muy centrado en  tres ejes: la digitalización, la innovación y la sostenibilidad.

Respecto al primer concepto, aportó como dato que en el primer trimestre de 2022 el banco sumó 2,4 millones de nuevos clientes, de los cuales un 57% se incorporaron por canales digitales. Este dato, en el año 2017, era de un 6%.

Otros datos que ilustran la digitalización es que en los últimos cuatro años BBVA ha multiplicado por cuatro los clientes móviles, en los últimos dos años multiplicó por dos las transacciones digitales, y ya las ventas digitales superan, claramente, a las no digitales en todo el grupo. “La digitalización seguirá siendo un vector clave de nuestra estrategia”, puntualizó.

En lo que tiene que ver con la innovación, dijo que el banco tiene una estrategia muy volcada en esa línea, tanto porque se hacen inversiones en empresas innovadores, como también porque se tiene fondos de capital riesgo que han sido muy exitosos en el sector financiero.

“También tenemos fondos para invertir en empresas que están innovando en tecnologías de descarbonización. Y tenemos una estrategia bancaria de acompañar a las empresas de alto crecimiento, que son las que están creando el futuro. Tenemos una visión de no quedarnos satisfechos con el éxito conseguido hasta ahora de ser el banco de las empresas del hoy, sino del futuro. Por eso es que ayudamos a nuestros clientes de siempre a transformarse y adaptarse a esta ola de innovación que les viene en su sector, porque estas plataformas de cambio en inteligencia artificial, robótica, etc., afectan transversalmente a todos los sectores”, destacó.

Al describir el eje de la sostenibilidad, mencionó que en el ranking del Dow Jones Sustainability Index BBVA fue reconocido como el primer banco a nivel mundial.

Recordó que en 2018 el banco se marcó el objetivo de movilizar a nivel mundial 100.000 millones de euros en financiación sostenible hasta 2025. Al cierre del primer trimestre de 2022 ya se llevan cedidos 97.000 millones, y ante ese panorama, el año pasado BBVA duplicó el objetivo, que ahora está fijado en 200.000 millones de euros en financiación sostenible al 2025, aunque viendo el ritmo por el que se va en ese sentido, no se descarta tener que volver a aumentarlo.


A su turno, Carlos Torres Vila respondió a una pregunta realizada por CRÓNICAS, que tiene relación con las inversiones sustentables y las diferencias que hay a la hora de establecer algunos parámetros de control y de medida de quiénes contaminan y quiénes no, dejando vislumbrar decisiones de poder según la región del mundo que se trate. 

CRÓNICAS: Los países desarrollados son los que más GEI (gases de efecto invernadero) emiten. Sin embargo, se les reclama a los emergentes, como Brasil, que deje de deforestar. ¿Por qué no se empieza primero por casa? Porque da la impresión de que eso luce solo como un tema de poder y dominio internacional. Por otra parte, ¿cómo convencemos al público en general sobre las bondades de inversiones sustentables con un mercado inestable, donde este tipo de nuevas inversiones, en general son más sensibles y acusan más bajas que activos tradicionales?

Carlos Torres Vila: La lucha contra el cambio climático es probablemente una de las disrupciones más relevantes de la historia. Conseguir que nuestra sociedad funcione sin emisiones implica enormes cambios en prácticamente todas nuestras actividades. Esta transformación a gran escala va a requerir inyecciones de capital colosales, en un volumen nunca visto antes en ninguna economía. Se estima que para alcanzar estos objetivos habrá que invertir más de 275 millones de millones de dólares entre 2021 y 2050, es decir entre el 7% y el 8% del PIB mundial durante los próximos 30 años. 

La descarbonización del planeta es un reto colectivo que nos implica a todos. Es muy importante que los países emergentes se sumen a esta carrera hacia la descarbonización por dos motivos. Primero, las economías en desarrollo van a padecer mucho más las consecuencias negativas del cambio climático que el mundo desarrollado. En segundo lugar, los países emergentes cuentan con un gran potencial para el desarrollo de proyectos en energías renovables, así como para el despliegue de soluciones naturales para compensar las emisiones de CO2. Esto representa una inmensa oportunidad de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, como presidente de un banco con una fuerte presencia en mercados emergentes, puedo dar fe de que la percepción sobre la necesidad de la descarbonización es muy distinta en estos países. La sensación de urgencia se ve superada por otros problemas más inmediatos y acuciantes, como la desigualdad, la salud o la falta de infraestructuras, especialmente después de la pandemia. Por eso, el respaldo económico del mundo desarrollado a los países en vías de desarrollo debe ser más decidido, tanto por el planeta como para reducir la brecha de desigualdad.

En términos puramente económicos gran parte de esta inversión se justifica por sí sola. Muchas tecnologías limpias existentes hoy tienen menores costes operativos que su alternativa no sostenible, lo que compensa con creces la inversión inicial. La clave es invertir en tecnología para transformar todos los sectores de la economía. Uruguay es un gran ejemplo en América Latina con su apuesta por la generación energética a partir de fuentes renovables. 

En BBVA tenemos el compromiso de ayudar a nuestros clientes en su transición sostenible con financiación, pero también con asesoramiento. Dentro de nuestro Compromiso 2018-2025 para movilizar 200.000 millones de euros en financiación sostenible, ya hemos canalizado 97.000 millones de euros y solo en el primer trimestre de este año hemos alcanzado la cifra récord de 11.000 millones. Aquí en Uruguay también hemos sido pioneros en el desarrollo de productos sostenibles con préstamos hipotecarios verdes, certificados locales de construcciones eficientes, y apoyando el desarrollo sostenible del agro, entre otras acciones.