Economía de Uruguay cerró un 2021 mejor de lo esperado y ve con optimismo al 2022

El futuro > Inflación y déficit fiscal son los mayores desafíos en el horizonte

Pese a que muchos consideraban que la proyección de crecimiento del Gobierno para la economía en 2021 era demasiado optimista, la evolución de la actividad en el año y los últimos datos publicados parecen haberle dado la razón. Buena parte de los analistas especializados considera que, como mínimo, el PIB de Uruguay habría crecido un 4% el año pasado. Para el 2022 las proyecciones también son optimistas, y se estima un crecimiento superior al 3%, aunque aparecen desafíos en el horizonte.

Las expectativas a futuro sobre la economía de Uruguay parecen alentadoras.

Tras un inicio de 2021 incierto debido a una magra temporada turística y al primer estallido fuerte de casos de covid-19 en la primera mitad del año, las proyecciones que había trazado el gobierno para el año, que auguraban una expansión de 3,5%, parecían desmesuradamente optimistas, según la visión de varios analistas especializados.

Sin embargo, con el pasar de los meses la situación fue cambiando paulatinamente, y lo que parecía descabellado un tiempo atrás, ya no lo era tanto. De hecho, ahora podría decirse que el Gobierno se quedó corto en su estimación.

La opinión de varios economistas consultados por CRÓNICAS, pero también por otros medios de prensa, empresarios, por la encuesta de expectativas que releva el Banco Central (BCU) y el pronóstico de la propia entidad, dan muestra de un optimismo sobre la evolución de la economía en el año que acaba de finalizar y también del que recién comienza.

Desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la directora de Política Económica, Marcela Bensión, indicó que “no es descabellado” pensar que en 2021 hubo al menos un crecimiento de 4%.  En la misma línea, un informe del BCU señala que la economía local habría crecido en el entorno del 4%, ya que se habría generado “una fase de crecimiento fuerte” en el cierre del año (ver recuadro).

Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), destacó en diálogo con CRÓNICAS que “la economía del 2021 cierra mucho mejor de lo que empezó y con un horizonte económico de corto y mediano plazo medianamente despejado”. En ese sentido, estimó un crecimiento de 4,4% en el acumulado del año pasado, lo que hace prever un piso de crecimiento del 3% para el año próximo.

Los expertos e instituciones consultados por el BCU en la Encuesta de Expectativas Económicas corrigieron al alza sus estimaciones de crecimiento a 4% según la mediana de las respuestas, con contestaciones que van desde un mínimo esperado de 3% a un máximo de 4,5%. Sin embargo, el economista Javier de Haedo, aclaró en su cuenta de Twitter que posiblemente esas valoraciones se deban a que en muchos casos las respuestas de los analistas fueron anteriores a que se divulgaran los datos del tercer trimestre, ya que “si el PIB creciera 4%, entonces debería caer en el cuarto trimestre. Y no parece que eso sea posible”.

Desafíos

Tras los duros efectos generados por la pandemia de covid-19, los deberes que quedan por delante son variados, aunque algunos, poco a poco, parecen encauzarse.

Si bien la pobreza tuvo un fuerte aumento en 2020, los datos de la primera mitad del 2021 parecen haber mostrado una mejora. Asimismo, los datos del mercado laboral han mejorado y se ubican en niveles previos a la pandemia, aunque también hay mucho por hacer en ese terreno y los salarios reales continúan mostrando caídas (ver página 16).

Pero más allá de estos temas, las opiniones de los analistas parecen concentrarse en dos temas: déficit e inflación. En ambos casos se han mejorado los registros respecto años anteriores, pero aún se mantienen en niveles elevados.

El déficit fiscal se ubicó en 4,4% en el año móvil cerrado a noviembre, lo que implica el menor registro desde que asumió el Gobierno. Por su parte, la inflación cerró el año en 7,96%, nuevamente por encima del rango meta.

Algunos expertos agregan un tercer desafío para el Gobierno: la defensa de la Ley de Urgente Consideración. No tanto por los impactos específicos de la norma, sino por la capacidad posterior que tendría el Gobierno para lograr avanzar en reformas claves, si es que se obtiene un revés electoral.

Pero más allá de estos desafíos de índole local, también hay varias amenazas que podrían llegar desde afuera: la propagación de nuevas variantes de covid-19 que obliguen a incrementar las restricciones; un aumento de la inflación internacional que acelere el retiro de estímulos en los países desarrollados; la crisis logística que aún golpea a las cadenas de suministro global; una fuerte desaceleración de la economía china debido a los problemas de su sector inmobiliario, entre otras dificultades que puedan venir del resto del mundo.

Perspectivas 2022

Pero más allá de estos riesgos, siempre presentes, las expectativas para el año en curso permiten mirar el futuro con optimismo. “Para 2022 existen expectativas positivas, principalmente depositadas en el primer y segundo trimestre por la temporada turística”, comentó Iturralde. “En suma, van a ser dos años de buen crecimiento”, agregó.

Desde el sector empresarial se es muy optimista de cara al año que recién comienza, y ocho de cada 10 empresarios prevé un crecimiento de la actividad económica este año, y solo un 1% de los mismos espera una contracción del PIB, según un sondeo de la firma KPMG (ver página 15).

En tanto, de acuerdo a la última encuesta de Expectativas Económicas del BCU, la mediana de las respuestas espera un crecimiento del PIB del 3,3% este año, con respuestas que van desde un mínimo esperado de 2,5% a un máximo de 4,5%.

Una encuesta realizada por el diario El País entre 10 expertos sobre las perspectivas de crecimiento para 2022, ubica la mayoría de las respuestas en 3%, 3,2% y 3,3%. Al igual que en el sondeo del BCU, las respuestas extremas fueron desde un piso de 2,5% a un techo de 4,6%.

ENCASTRE: “La economía del 2021 cierra mucho mejor de lo que empezó y con un horizonte económico de corto y mediano plazo medianamente despejado”, sostuvo Agustín Iturralde, director del CED.


BCU: “En 2021 se inició una nueva fase de crecimiento fuerte”

El BCU publicó un informe explicando su decisión de fijar el Colchón de Capital Contracíclico para los bancos en 0% a partir del 2023 (ver página 17), donde analiza la evolución de la economía uruguaya a partir de determinados ciclos, en un análisis que va desde 1900 hasta el 2021.

En el documento se destaca que el ciclo económico estuvo en fase de caída desde 2014 hasta 2020, año en que se situó en su mínimo. Sin embargo, señala que “en 2021 se observa una reversión del ciclo, pues si bien el PIB cayó en 2020, en 2021 se ha iniciado un proceso de crecimiento, en donde componentes como el consumo, la inversión y las exportaciones se han fortalecido”.  Ello, además, estuvo acompañado por una mejora del mercado de trabajo, con un empleo al alza y un desempleo a la baja.

Se detalla que el último régimen de crecimiento fuerte en la economía se inició en 2004 y llegó hasta 2013 (10 años de duración). Luego comenzó un régimen de crecimiento débil que duró hasta 2019 (seis años de duración), y en 2020 se inició un régimen de caída que duró solo ese año.

“En 2021 se inició una nueva fase de crecimiento fuerte, y por ello el año 2021 pertenece a este tipo de régimen de crecimiento. La matriz de transición indica que la probabilidad de mantenerse en el mismo régimen es de 83,5% y la probabilidad de pasar a un régimen de expansión es de 16,5%”, detalla el informe.