“Economía uruguaya sigue un sólido proceso de recuperación de la actividad”, pero hay “luces amarillas”

PIB creció 8,3% interanual en el primer trimestre y un 0,6% respecto al trimestre anterior

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La normalización parcial de la actividad turística, sumado al empuje de la demanda externa y de algunos grandes proyectos de inversión, hicieron que la economía uruguaya creciera 8,3% en el primer trimestre del año en términos interanuales, y 0,6% desestacionalizado respecto al trimestre anterior. Un análisis del CED, interpreta que el dato “fue positivo y esperable”, aunque “se da en parte por la baja base de comparación con 2021”, periodo marcado por la ausencia de turismo receptivo por el cierre de fronteras y las mayores restricciones a la movilidad por la segunda ola de covid-19.

El Producto Interior Bruto (PIB) registró en el primer trimestre un crecimiento de 8,3% en comparación con igual período de 2021, de acuerdo al informe de Cuentas Nacionales divulgado ayer jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU). Este crecimiento refleja la “recuperación de la actividad económica apuntalada en la normalización parcial de la actividad turística”, según el informe. También contribuyó en la economía del primer trimestre el incremento de la demanda externa y de “algunos grandes proyectos de inversión”.

“El dato en general fue positivo y esperable”, según un análisis primario de los números del BCU realizado por Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), y comentado a CRÓNICAS por el economista Ignacio Umpierrez. No obstante, se aclara que el crecimiento de 8,3% “se da en parte por baja base de comparación con 2021, donde en el primer trimestre estuvo la ausencia de turismo receptivo dado el cierre de fronteras y la parte más aguda de las restricciones a la movilidad por la segunda ola de covid”.

Por su parte, medido en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior, el PIB se expandió un 0,6%, lo que –según el CED- “indica que la economía sigue creciendo a un ritmo sostenido y confirma que el crecimiento de 2022 estará en torno a 4,5%”.

“La economía uruguaya sigue un sólido proceso de recuperación de la actividad. En materias de políticas económicas eso trae dos consecuencias. Desde el punto de vista monetario, es consistente con el ingreso hacia una fase más contractiva de la política monetaria, tras las presiones inflacionarias externas y algunos efectos de segunda ronda que comenzaron a evidenciarse en bienes no transables. Desde el punto de vista fiscal, no hay que perder de vista el enfoque estructural de las finanzas públicas de cara a la Rendición de Cuentas, donde parte de la mejora de la recaudación se da por ciclo económico y no por un mayor crecimiento potencial de los ingresos”, comentó Umpierrez.

El experto del CED señala que no se debe perder de vista el escenario internacional, donde hay mayores “luces amarillas” por el aumento de las tasas de interés, la persistencia de la inflación y la desaceleración de economías relevantes para Uruguay. “Esas luces amarillas podrían eventualmente generar un desimpulso externo en los próximos años”, alertó.

Sin embargo, valoró que “la luz verde está en el precio de las materias primas, aunque es necesario internalizar que dicho escenario es transitorio y no permanente”.

Enfoque de la demanda

Al analizar desde la perspectiva del gasto, se constató un incremento tanto de la demanda interna –por mayor consumo e inversión-, como de la externa.

El Gasto de Consumo Final creció 6,7%, tanto por impulso del consumo de los hogares (+6,9%), como del gobierno e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (+4,7%). En el primer caso se destaca la incidencia positiva del gasto de consumo durante los viajes de turismo en el exterior, así como del consumo de servicios de esparcimiento, culturales y deportivos, y de transporte de pasajeros. En el caso del gobierno, el crecimiento se vincula al incremento de los servicios de educación pública y con mayores gastos en servicios de salud, relacionados a los servicios de testeo y vacunación contra el covid-19.

De acuerdo a las estimaciones del CED, el consumo privado creció un 0,8% desestacionalizado respecto al trimestre anterior, y “se habría ubicado muy próximo a los niveles prepandemia”.  No obstante, advierte que “sigue siendo el componente más rezagado en la recuperación”, y está muy vinculado a la evolución del ingreso de los hogares.

Por su parte, la Formación Bruta de Capital creció 4,8%, por el incremento de la Formación Bruta de Capital Fijo (+13,7%) a impulso de la inversión en maquinaria y equipos y en obras de construcción. Se destaca en este rubro la incidencia que tiene la construcción de la tercera planta de celulosa y del Ferrocarril Central.

El CED destaca que en términos desestacionalizados la inversión tuvo un crecimiento de 0,4% respecto al cuarto trimestre de 2021, y “es el componente de mejor desempeño y se ubica un 25% por encima de los niveles previos a la pandemia (cuarto trimestre de 2019) apuntalado por la construcción de UPM y obras conexas, además de desarrollos inmobiliarios de viviendas y maquinarias y equipos para el agro”.

En el caso de la demanda externa, se destacó el crecimiento de 23,5% registrado por las Exportaciones, mientras que las Importaciones (que inciden a la baja en el PIB) tuvieron un incremento de 16,6%. De esta forma, se verificó un aumento de la demanda externa neta en términos de volumen físico.


Crecimiento por sectores de actividad

Al analizar por sectores, se observó que la mayoría registraron crecimiento de su actividad, resaltando por su incidencia positiva “Salud, Educación, Actividades Inmobiliarias y Otros Servicios”, que creció 10,7% respecto al primer trimestre de 2021 y explicó 2,7 puntos porcentuales del aumento del PIB.

También se destacaron los crecimientos de 14,4% de “Transporte y almacenamiento, Información y Comunicaciones”; de 11,2% en la “Construcción”;  y de 9,1% en “Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas”.

El informe del CED, destaca que “la construcción, el agro, los servicios profesionales y el rubro Transporte, Almacenamiento, Información y Comunicaciones son los de mayor crecimiento respecto a la prepandemia”.

Por otro lado, tuvieron leves caídas interanuales “Energía eléctrica, Gas y Agua” (-0,5%) y “Actividades de administración pública” (-0,2%), aunque en ninguno de los dos casos verifican  una incidencia significativa sobre los números del PIB.

En cuanto al sector “Agropecuario, Pesca y Minería”, tuvo un crecimiento interanual de 3,6%, y la “Industria manufacturera” se expandió 6,4%, incidiendo sobre el PIB en 0,2 y 0,6 puntos porcentuales, respectivamente.