El BCU bajó la tasa de política monetaria a 8,75% y anticipó más recortes a futuro

El descenso registrado por la inflación, que se ubica en línea con la meta oficial, y la caída de las expectativas del mercado, permitieron al BCU recortar la tasa de política monetaria al 8,75%, “manteniendo la instancia contractiva de la política monetaria”. A futuro, se anticipó que “en la medida en que se consolide el contexto doméstico, la inflación evolucione conforme a lo esperado y las expectativas de los agentes -en particular las empresariales- sigan descendiendo hacia la meta, el BCU continuará con su ciclo a la baja de la TPM, transitando hacia la neutralidad de la instancia de política”.

El pasado martes tuvo lugar la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU, instancia en la que se decidió volver a recortar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos básicos, llevándola al nivel de 8,75%. En el comunicado publicado luego del encuentro, se mencionó tanto el descenso de la inflación, como de las expectativas del mercado, como los argumentos más relevantes para la baja en el “precio del dinero”, que se adoptó por la unanimidad del directorio.

Se destacó que, en julio, la inflación interanual descendió a 4,53%, situándose en el objetivo luego de cuatro meses consecutivos de caídas. Esta dinámica fue liderada por la inflación núcleo, que se redujo de 5,7% a 5,5% interanual. Por su parte, se destacó la moderación del componente “no transable”, es decir, de aquellos bienes y servicios que no se comercializan con el exterior, por lo que sus precios se fijan mayormente por cuestiones internas de oferta y demanda. Sin embargo, se reconoce que esta moderación se da “a un ritmo lento”. La rigidez a la baja en el componente no transable de la inflación ha sido reconocida por las autoridades como uno de los principales puntos de atención de la actual evolución de precios.

En cuanto a las expectativas de inflación a dos años, continúan su proceso de convergencia hacia la meta de 4,5%, alcanzando un promedio de 5,23%, el mínimo histórico registrado. “Este resultado refleja la baja de las expectativas de los analistas (4,9%) y de los mercados financieros (4,8%), mientras que las de los empresarios permanecieron en 6%, mostrando un ajuste más gradual y rígido”, señala el comunicado.

En cuanto a la proyección del propio BCU, la entidad proyecta que la inflación continúe en torno a 4,5% en el horizonte de política monetaria.

Por su parte, respecto a la evolución del nivel de actividad, se mencionó simplemente que las proyecciones se mantienen estables respecto a la reunión anterior del Copom (ver recuadro).

Respecto al escenario global, el comunicado se limita a indicar que “se observan riesgos inflacionarios derivados de tensiones comerciales, mientras que las perspectivas de crecimiento internacional muestran una leve mejora en comparación con el Copom anterior”.

Decisión de política

Considerando el contexto económico anteriormente planteado, fue que el Copom “valoró positivamente la consolidación de la inflación en torno al objetivo y el descenso del promedio de las expectativas”. “El directorio del BCU resolvió por unanimidad reducir la TPM en 25 puntos básicos, manteniendo la instancia contractiva de la política monetaria”, agrega el comunicado. 

Pero más allá de la decisión en sí, la entidad también dio señales a futuro para continuar recortando la TPM, si se dan determinadas condiciones.

“En la medida en que se consolide el contexto doméstico, la inflación evolucione conforme a lo esperado y las expectativas de los agentes -en particular las empresariales- sigan descendiendo hacia la meta, el BCU continuará con su ciclo a la baja de la TPM, transitando hacia la neutralidad de la instancia de política”, concluye el comunicado.


Expectativas de inflación siguen bajando

El día anterior a la reunión del Copom, el BCU publicó los datos de la Encuesta Selectiva de Expectativas de Inflación, que volvió a mostrar una corrección a la baja en el pronóstico de los profesionales independientes e instituciones consultados mensualmente por la entidad.

La mediana de las expectativas espera que este año la inflación cierre en 4,5%, porcentaje alineado con la meta oficial del gobierno, y que implica una reducción de 18 puntos básicos respecto a la estimación de julio (4,68%). Las respuestas extremas también mostraron un descenso. La mínima esperada pasó de 4,19% en julio a 3,9% en agosto, mientras que la respuesta máxima pasó de 5,33% a 5%.

No obstante, para los años venideros se espera una leve aceleración inflacionaria, aunque también se observó un descenso respecto a meses anteriores y se mantienen dentro del rango de tolerancia. Para 2026, la mediana estimó una inflación de 4,8% (5% en julio) con respuestas que fueron desde 4,1% a 5,9% (4,38% a 6,4% en el sondeo anterior). Para 2027 se espera una inflación de 5% (5,1% en julio), con respuestas que fueron desde 3,97% a 6,1% (4,2% a 6,7% en julio).


Proyecciones sobre el crecimiento de la economía se mantienen sin cambios

Al igual que en meses anteriores, las perspectivas sobre el crecimiento de la economía siguen siendo magras, esperándose para 2025 una desaceleración de la actividad, que crecería un 2,5% respecto al 2024, según la mediana de la Encuesta del BCU. No obstante, sí se verificó una reducción en la amplitud de las respuestas, que pasaron de un mínimo de 1,8% a un máximo de 3,1% en el sondeo de julio, a un 1,9% y 2,8% respectivamente en esta última consulta.

Para el año próximo, según la mediana, se espera un nuevo freno en la economía que crecería un 2%, y en 2027 se mantendría esa dinámica con una expansión de igual magnitud. Las respuestas para 2026 van desde un piso de 1,4% a un techo de 2,6%, mientras que para 2027 oscilaron entre el 1,5% y el 3%.

Por último, respecto al dólar, hubo una corrección a la baja en los pronósticos. La mediana estima un billete verde cotizando a 41 pesos al cierre del año, 60 centésimos menos que el pronóstico del mes anterior (41,60 pesos). En 2026 se apreciaría ubicándose a fin de ese año en 42,50 pesos, y en diciembre de 2027 se ubicaría en 43,95 pesos, siempre según la mediana. No obstante, cabe señalar la gran incertidumbre que existe respecto a la evolución que tendrá el billete verde. Para este año, las respuestas van desde un dólar cerrando a 39,50 pesos hasta a 42,50 pesos; para 2026 van desde 40,57 pesos a 45 pesos; y para 2027 van desde 41 pesos a 47 pesos.