El futuro del Mercosur: menos trabas, más honestidad y la vocación de ser más prácticos

Autoridades y empresarios > analizaron las oportunidades y desafíos del bloque regional

En un evento organizado por la Unión Cristiana Internacional de Ejecutivos (Uniapac), referentes de los cuatro países que integran el Mercosur expusieron acerca de la actualidad y las perspectivas del bloque que, a tres décadas de su creación, se encuentra cada vez más convulsionado.

Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli

El martes 23 se celebró el webinar “Mercosur, la modernización necesaria”, organizado por Uniapac, con motivo de los 30 años del Mercosur. El evento tuvo como moderador al periodista uruguayo Nicolás Lussich, y contó con la presencia de Gigi Cavalieri, presidenta de Uniapac Latam, y Rosario Gonzalez Stewart, presidenta de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) de Uruguay.

La jornada estuvo dividida en dos partes, con panelistas de cada país del Mercosur. En el primer panel, sobre Industrias y Servicios, expusieron Federico Quintana (Argentina), titular y gerente de la empresa D’accord S.A.; Marcelo Veneroso (Brasil), vicepresidente de la Associação Brasileira da Industria de Máquinas e Equipamentos (Abimaq); Beltrán Macchi (Paraguay), presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) y director de Visión Banco; y Leonardo Loureiro (Uruguay), gerente comercial de Quanam y presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnología de la Información (CUTI).

La primera parte se abrió con el tema ciberseguridad, donde Macchi tuvo una destacada participación refiriéndose a las regulaciones sobre la identidad digital, que ya se aplican en algunas partes de Europa, y a la exportación de servicios digitales. En esta línea, recordó los acuerdos que tienen Paraguay, Argentina y Brasil para poder proceder sobre la criminalidad en otros países, y sugirió que habría que trasladarlo a ciberseguridad. “El desafío de la banca está, por un lado, en los sistemas de pagos digitales -que han crecido mucho con la pandemia-, pero la ciberseguridad pasó al primer lugar de la preocupación de los bancos, incluso más que el delito de lavado”, alegó el paraguayo.

A su turno, Loureiro comentó que Uruguay exporta más servicios a EE.UU. que a Brasil, y que esto se debe a sus políticas de retención. También trajo a la mesa el acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil que causa casi 0 retenciones, lo que para Uruguay sería muy beneficioso. “Para nosotros, en tecnología, el Mercosur no es el primero ni el segundo. Hay tantas trabas, que es inviable contratar servicios en Argentina o Brasil”, enfatizó.

Llamados a exponer sobre las políticas proteccionistas y la rebaja arancelaria, Veneroso sostuvo que Brasil tuvo esta posición más allá del Mercosur, y que los países tienen que hacer “deberes” internos. “Tenemos la convicción de que el bloque tiene más fuerza negociando en conjunto, pero debe respetar las peculiaridades de cada país. Los cuatro son diferentes en su producción y, por lo tanto, de sus necesidades y negociaciones. El Mercosur ha ido entendiendo esto en el último tiempo”, comentó el brasileño.

Sobre la misma temática, el empresario argentino se mostró a favor de la moción y resaltó que la barrera arancelaria y la doble tributación son clave para que la integración del bloque se materialice. “El bloque tendría que generar que las empresas consoliden un flujo interno de mercado, logrando mejores precios y mejor calidad. Los acuerdos bilaterales son perjudiciales para todos porque debilitan el bloque”, expuso Quintana.
También puntualizó que la herramienta de una unión aduanera como acuerdo marco no estaba mal concebida, pero esto no pudo avanzar. Sin embargo, sobre negociar con China dijo que podría llegar a ser beneficioso pero que hay que tener cautela al momento de acordar.
Además concordó en que hay tareas internas por cumplir y que los empresarios podrían acordar más fácilmente que los políticos por su voluntad de expandirse. “Es lógico que nos cueste negociar afuera si ni dentro del bloque no logramos acuerdos”, reflexionó.
A tal efecto, el paraguayo recordó que su país no tiene relaciones diplomáticas con China, por lo que toda su comercialización se hace a través de terceros. “Si el Mercosur no avanza con eso, es como poner una camisa de fuerza que no deja avanzar a todos los demás. Lo que Uruguay plantea es algo que no va a avanzar, debería negociar por su parte”, remarcó Macchi, y planteó la necesidad de establecer una gobernanza que trascienda a los gobiernos de turno. “Para mi gusto es demasiado político todo, hay que entrar al campo de lo práctico”, remarcó.

Con una perspectiva similar, Veneroso dijo que desde el gobierno brasileño hay una intención de apoyar esta iniciativa de Uruguay, aunque aún no se haya manifestado, y añadió que “hay que avanzar en agenda social y en temas ambientales, sobre todo ahora que se va a convertir en una traba para la negociación. Los empresarios necesitamos presionar para que los políticos no apliquen intereses personales”.

En la segunda parte, sobre agronegocios, estuvieron presentes Francisco Turra (Brasil), ex ministro de Agricultura; Raúl Gauto (Paraguay), presidente de Forestal Sylvis; Jorge Ottavianelli (Uruguay), presidente de Banco Santander; y Félix Massum (Argentina), CEO y cofunder Latinoamericano en Symphony.

Abriendo la ronda, el exministro brasileño dijo que la ocasión “tiene un gusto un poco amargo porque se podría haber avanzado mucho más. Solamente por su territorio, es el sector más afortunado del planeta. Faltó trabajo conjunto de los países. Debería haber foros de la iniciativa privada permanentemente con los gobiernos, faltó más presión del sector privado”.

Por su parte, Massum se refirió al desarrollo del bloque como menor a lo esperado, que la unión aduanera es una buena idea, pero no ha llegado a ningún lado, y que lo mejor sería ir por un camino más realista. “Más que hacer lo que se intenta hace 30 años, habría que buscar una alternativa. Un TLC entre el bloque para que no haya que discutir demasiado internamente y se creen multinacionales que se complementen de un lado y del otro”, propuso el argentino.

En la misma línea, el presidente de Santander indicó que, si bien hubo mucho dinamismo en los primeros años del bloque, luego se mantuvo obsoleto. “El mundo ha cambiado, las reglas de comercio han cambiado y el Mercosur no cambió. Desde cualquier propuesta, lo que hay que tener es agenda –lo que está faltando-, de nada sirven múltiples políticas si después cada cual hace su camino”, sostuvo Ottavianelli.

Con una visión que definió como “más pragmática», el paraguayo agregó que si se apunta a la unidad, debemos partir de objetivos factibles. “No podemos ponernos de acuerdo en algo tan simple como un AEC. Cada presidente trae su propia agenda ideológica, la diplomacia está cargada de intereses mezquinos que tienen de rehén a la sociedad”, defendió Raúl Gauto.
En concordancia, el exministro sugirió que la unión de los países podría aplacar la crisis logística en la región. “Creo que alcanza con despertar el interés de los actores del transporte fluvial y, por qué no, aprovechar mejor los recursos de cada país”, acentuó.
Y en la misma intervención habló de los constantes ataques que recibe su país por los incendios forestales que, según explicó, suceden en parte por causas “naturales”.

En respuesta, Gauto reconoció que el Mercosur habría “dejado solo” a Brasil en este dilema pero que “su presidente tampoco consultó a sus vecinos cómo seguir con la problemática”.
Apoyado por Turra, propuso el “relanzamiento” del Mercosur con nuevos principios como sustentabilidad, generación de empleo y equidad en cargas sociales.

Por otra línea, Mussum aludió a la falta de recursos que ha dejado la pandemia y cómo esto lleva a que cada uno se remita a intereses propios. También propuso que se forje un acuerdo a largo plazo que guíe el accionar -principalmente del ámbito privado. “Definir principios generalistas para el Mercosur del siglo XXI, para que cada sector pueda trabajar en base a esto”, reflexionó.

En oposición, Otavianelli expuso que se debería buscar alternativas de corto plazo donde se comprometan a un camino de largo plazo, para crear institucionalidad y políticas de Estado. “El rol de los empresarios es apoyar y marcar la agenda común. Cada uno de los países está solo, no nos sentimos parte de… Son más de 20 años de disputas políticas y no existe un afecto societario”, objetó.

En su última participación el brasileño remarcó que es el mejor momento para el relanzamiento y la unión entre los países. “Sueño todos los días con este gran productor de alimentos para el mundo entero. Sería muy diferente si se pudiera decir que el Mercosur exporta, en vez de decir Uruguay, Argentina o Brasil exportan. Beneficiaria la sustentabilidad y generaría menos exposición”, enunció.