El peso uruguayo es la moneda más fuerte de la región, lo que genera beneficios y perjuicios

“Depende donde pongas la regla, vas a tener ganadores y perdedores”

Tras un comienzo de año con caída, el peso uruguayo repuntó y superó al real brasileño como la moneda de mejor desempeño de Sudamérica. El ingreso de divisas por las exportaciones, son el principal motivo de la depreciación del dólar, lo que encarece los costos de producción medidos en esa moneda. Por otro lado, los bienes importados son más accesibles, pero también hacen que “la producción nacional se vea amenazada por la llegada de bienes a competir en el mercado local”.

Pese a un comienzo de año con caída, el peso uruguayo revirtió esa tendencia y se transformó en la moneda más fuerte de la región, según destaca un artículo publicado por Infobae en base a información de la agencia de noticias Bloomberg, destacando que la moneda local superó al real brasileño como la moneda de mejor desempeño en Sudamérica con ganancias superiores al 11% frente al dólar estadounidense.

El informe señala que tras rezagarse frente a sus pares la mayor parte del año, el peso uruguayo repuntó desde que el Banco Central del Uruguay (BCU) señaló el 17 de mayo que planea elevar su tasa de referencia al menos 100 puntos básicos a 10,25% a mediados de agosto para contener la inflación. Pero la divisa local, también está recibiendo un impulso alcista por el auge de las exportaciones de productos básicos agrícolas como la carne, la celulosa y la soja en un contexto internacional de aumento en el precio de los commodities, como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.

Por detrás del peso uruguayo quedaron el real brasilero, el sol peruano y el peso colombiano, que tienen saldo positivo en el año. Más rezagados figuran el peso chileno y el argentino, ambos con depreciaciones.

Ganadores y perdedores

La caída del dólar en Uruguay deja algunos ganadores, otros perdedores y plantea varios desafíos.

El gerente de Consultoría Económica de PwC, Ramón Pampin, comentó que “no solo en la región”, sino probablemente a nivel internacional, “Brasil y Uruguay están cabeza a cabeza” en el fortalecimiento de sus monedas.

“Uruguay ha tenido un fuerte proceso de apreciación del tipo de cambio. Entendemos que la principal explicación en esta primera mitad del año es la del canal comercial –una característica compartida con Brasil- y buenos fundamentos macroeconómicos”, sostuvo. Pampín explicó que los países exportadores de commodities, que ya venían en un proceso de auge y que con la guerra tuvieron un empuje adicional, están recibiendo divisas que hacen que sus monedas se vean fortalecidas.

En el caso de Brasil, también hubo una incidencia por el canal financiero por el ingreso de capitales, que –al entender de Pampín- no se dio en Uruguay. “A mi entender no ha habido carry trade, eso lo dicen claro los datos del BCU, de depósitos de no residentes. No ha habido cambio de moneda de los principales inversores, las AFAP no han cambiado de moneda”, fundamentó.

Respecto a las consecuencias de esta situación, comentó que “depende donde pongas la regla, vas a tener ganadores y perdedores”. Explicó que si bien muchas veces se ven disociados los lados negativos y positivos, en la realidad en ocasiones uno trae al mismo tiempo al otro. Puso el ejemplo de las exportaciones, donde por un lado están los altos precios internacionales, pero del otro hace caer el tipo de cambio, encareciendo los costos internos. Y del lado de las importaciones, por un lado las estimula y la abarata, pero del otro compiten con producción local en mejores condiciones.

Por su parte, el economista Pablo Moya de la consultora Oikos, dijo a CRÓNICAS que “lo correcto es decir que el peso es la moneda que más se fortaleció”, y no necesariamente que es la más fuerte. Explicó que en esta evolución hay factores “coyunturales y estructurales”, que genera consecuencias “positivas y negativas”. Entre las negativas, mencionó el encarecimiento del país para la producción de bienes en relación a sus costos medidos en dólares. En particular, el sector de bienes y servicios no transables (no comercializables con el exterior) se ha encarecido, pero también bienes transables, carne, leche ganado, y los commodities en general,  han tenido una revalorización que más que ha compensado la caída del dólar. “Los exportadores encuentran precios internacionales muy fuertes, pero tienen costos locales que en dólares se han encarecido, y por eso las recientes quejas de la Unión de Exportadores”, ejemplificó.

Una mirada positiva es que los bienes importados son más accesibles, pero eso también “tiene otra cara negativa”, y es que “la producción nacional se ve amenazada por la llegada de bienes a competir en el mercado”.