FMI recortó proyección de crecimiento para 2022 por menor impulso de EEUU y China

“Es vital romper las tenazas de la pandemia”

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“El crecimiento se enfría mientras las economías luchan con perturbaciones en el suministro, el avance de la inflación, niveles históricos de deuda y persistente incertidumbre”, señaló la Primera subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath. El organismo recortó sus proyecciones de crecimiento para la economía mundial a 4,4% (medio punto menos que en las estimaciones de octubre), debido al menor desempeño esperado para las grandes economías, especialmente EEUU y China.

En un artículo titulado “Una recuperación mundial trastocada”, Gopinath sostiene que la recuperación mundial continúa, pero se enfrenta a múltiples dificultades. “La rápida propagación de la variante ómicron ha llevado a muchos países a reimponer restricciones a la movilidad y agudizado la escasez de mano de obra. Los trastornos del suministro aún lastran la actividad y están empujando la inflación al alza, acrecentando las presiones generadas por una vigorosa demanda y los elevados precios de los alimentos y la energía. Además, como consecuencia de los niveles históricos de deuda y del avance de la inflación, muchos países tienen problemas para hacer frente a las renovadas perturbaciones”, explica la funcionaria.

No obstante, señala que algunas de estas dificultades podrían tener un carácter transitorio, como la variante ómicron, que parece producir una enfermedad menos grave que la variante delta, lo que hace prever que su escalada récord de infecciones perderá ímpetu con relativa rapidez. En ese sentido, el FMI prevé que, si bien ómicron lastrará la actividad del primer trimestre de 2022, ese efecto comenzará a desvanecerse a partir del segundo trimestre.

Recorte

Con este panorama, el organismo proyecta que la economía mundial se expandirá 4,4% este año, lo que implica un recorte de medio punto porcentual respecto al pronóstico anterior (realizado en octubre), lo que se explica mayormente por el menor desempeño de EEUU y China. En EEUU, por una menor probabilidad de que se apruebe el ambicioso plan fiscal de Biden (conocido como “Build Back Better”), el repliegue de la política monetaria expansiva, y las persistentes perturbaciones del suministro. En el caso de China, la razón radica en la contracción ininterrumpida del sector inmobiliario y en la débil recuperación del consumo privado.

Además, los trastornos en la cadena de suministros han llevado a recortar las proyecciones de otras grandes economías, como Alemania.

En 2023 la economía mundial se expandiría un 3,8%, dos décimas de punto más que en las proyecciones publicadas en octubre.

Para América Latina y el Caribe también hubo un ajuste a la baja en sus expectativas de crecimiento para este año. Tras rebotar un 6,8% en 2021, la economía crecería 2,4% en 2022, estimación que implica un recorte de seis décimas de punto respecto a octubre. Para 2023 el PIB regional se aceleraría levemente a 2,6%.

Doble ritmo

En su artículo, Gopinath advierte por la persistencia de “una preocupante divergencia de las perspectivas de los distintos países”. Si bien las economías avanzadas retomarán la tendencia de crecimiento previa a la pandemia este año, varias economías emergentes y en desarrollo sufrirían significativas pérdidas del producto a mediano plazo. “Según las estimaciones, en 2021 había alrededor de 70 millones más de personas indigentes que lo que medían las tendencias antes de la pandemia, lo cual significa que la lucha contra la pobreza retrocedió varios años”, ejemplifica la funcionaria del FMI.

A su vez, se advierten por riesgos a futuro, como la aparición de variantes más letales de covid-19 que podrían prolongar la crisis. A propósito, Gopinath comenta que “la estrategia de cero casos de covid que ha adoptado China podría exacerbar los trastornos en el suministro mundial, y si las tensiones financieras que afectan al sector inmobiliario del país se trasladan a la economía en general, las ramificaciones serían amplias”.

En otro orden, un alza sorpresiva de la inflación estadounidense podría encontrar respuesta en una fuerte restrictividad de la política monetaria de la Fed y un drástico endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. La agudización de las tensiones geopolíticas y los disturbios sociales también plantean riesgos para las perspectivas.

El FMI entiende que, para afrontar estas dificultades, “es vital romper las tenazas de la pandemia”, lo que “requerirá una campaña mundial para generalizar la inmunización, las pruebas de detección y el acceso a terapias, incluidos los flamantes medicamentos antivirales”.

En materia fiscal, ante el menor margen de maniobra de muchos países, se insta a priorizar al sector de la salud y las transferencias focalizadas en los sectores más afectados de la población. Todo ello, debe “encuadrarse en marcos fiscales a mediano plazo que tracen una trayectoria creíble para asegurar que la deuda pública siga siendo sostenible”.

También advierte por el dilema de política monetaria que plantea el aumento de la inflación.  “Varios bancos centrales ya han comenzado a incrementar las tasas de interés para adelantarse a las presiones de los precios. Es crítico comunicar bien la transición de la política hacia una orientación más restrictiva a fin de evitar reacciones desordenadas en los mercados”, explica Gopinath.

Relacionado a lo anterior, las economías de mercados emergentes y en desarrollo con un elevado endeudamiento en moneda extranjera y necesidades de financiamiento externo deberían prepararse para la posibilidad de turbulencia en los mercados financieros, prolongando en lo posible los vencimientos de sus deudas y conteniendo los descalces de monedas.


“Las elevadas presiones de precios persistirán”, pero se espera “una moderación” para 2023

El FMI también realizó una corrección al alza en su pronóstico de inflación para el 2022, tanto en las economías avanzadas como en los mercados emergentes y en desarrollo, ya que entienden que “las elevadas presiones de precios persistirán”.

“Se presume -sobre la base de las expectativas de mejora de la oferta que manifiesta la industria- que los desequilibrios entre oferta y demanda se corregirán a lo largo de 2022, a medida que la demanda se aleje poco a poco de los bienes y se reoriente hacia los servicios, y que se vayan retirando las extraordinarias políticas de apoyo”, señala Gopinath en su artículo.

En la misma línea, se prevé que los precios de la energía y de los alimentos subirán a un ritmo menos intenso en 2022, de acuerdo con los mercados de futuros.

“Suponiendo que las expectativas de inflación se mantengan ancladas, cabría esperar una moderación de la inflación en 2023”, agregó.