Gobiernos y organismos multilaterales buscan “munición” para atacar el impacto económico del coronavirus

Dark times > Temor por una recesión global comienza a materializarse

La pandemia está provocando pánico en los mercados financieros, fuga de capitales, devaluación de las monedas frente al dólar y una creciente –y cada vez más palpable- amenaza de recesión global. Pero el tamaño del impacto aún es incierto, aunque cada vez hay más voces que auguran un panorama oscuro. Mientras tanto, los Gobiernos adoptan medidas buscando atenuar los efectos negativos en la economía, moviéndose en un terreno desconocido para la teoría económica.

El mundo está verdaderamente conmocionado por la pandemia del coronavirus Covid-19. La semana pasada el economista Gabriel Oddone señalaba que “navegamos por aguas desconocidas” tanto en cuanto a la estimación del impacto específico sobre la economía global, como en la hoja de ruta que deberían trazarse los diferentes Gobiernos y autoridades internacionales.

Las estimaciones son aún incipientes, pero cada vez muestran un panorama más oscuro y refieren a una fuerte contracción de la actividad.

El virus, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), representa la «mayor amenaza a la economía global desde la crisis financiera de 2008», y estima que podría crecer a su ritmo más bajo desde 2009 debido al brote. A principios de marzo, la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) predijo que el coronavirus podría costarle a la economía global hasta US$ 2 billones este año.

Pero los números aún son muy generales y vagos. La escala de las medidas adoptadas para combatir el brote hace que aún sea muy incierto el impacto que tendrá en la actividad económica global.

China

China fue el foco de la crisis en sus inicios y lentamente parece ir retomando cierta normalidad.

Aun así, se proyecta que su economía se habría contraído 9% durante el primer trimestre del año, según analizó Goldman Sachs. El banco de inversión esperaba anteriormente que la economía china creciera 2,5% durante el primer cuarto del año. Asimismo, recortó su expectativa para el PIB de China en todo 2020 a un crecimiento de 3% desde una estimación anterior de 5,5%.

Algunos datos de actividad divulgados por la Oficina Nacional de Estadísticas de China dan cuenta de un impacto fuerte en la economía. Estos incluyen caídas récord de la producción industrial, la venta al por menor o la inversión en activos fijos, lo que, sumado a otros índices, anticipan un colapso en múltiples ámbitos.

La caída es en su mayoría resultado de las medidas tomadas por China para contener la propagación del virus en el territorio, entre ellas, el cierre de fábricas o tiendas en todo el país durante semanas después de las vacaciones por el Año Nuevo lunar, que ya de por sí supone un fuerte parate para esa economía.

De acuerdo al Índice Empresarial Nacional de la firma de investigación Trivium, hasta el 16 de marzo la economía china estaba operando al 69,5% de la producción normal, lo que marca que pese a la mejora de la coyuntura sanitaria, aún se siente el impacto en la actividad. «Las restricciones a la actividad industrial se han solucionado en su mayoría. La gran preocupación ahora para las empresas es la débil demanda», apuntaron desde la firma.

Pese a los malos datos, las autoridades chinas insisten en que las consecuencias de la epidemia son «a corto plazo y controlables», anunciando que tomarán medidas de estímulo para amortiguar el golpe. Los medios oficiales citaron a expertos que se muestran optimistas con la recuperación en los próximos meses, entre ellos, Liang Huang, economista jefe de la Corporación de Capital Internacional de China. Según consigna la cadena BBC Mundo, Liang afirmó que «si la situación continúa sin complicaciones, China es capaz de conseguir un crecimiento anual del PIB del 6%».

Sin embargo, el mismo artículo advierte que economistas independientes tienen una visión bastante diferente. Cita como ejemplo al analista Julian Evans Pritchard, de la consultora británica Capital Economics, quien estima que la contracción en la producción industrial y de servicios sugería que el crecimiento medio del PIB fue del -13% en los dos primeros meses del año. «Sería algo sin precedentes en la historia económica moderna de China: la última contracción del PIB en términos interanuales fue en 1976», puntualizó.

Europa

Europa es el nuevo epicentro de la enfermedad según reconoció la OMS. Eso ha llevado a la implementación de duras medidas para contener el brote del virus en todo el viejo continente, y principalmente en Italia y España, que presentan las situaciones más problemáticas.

La economía europea no venía justamente atravesando por un proceso de mucho dinamismo y la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ya era expansiva antes de que los problemas sanitarios comenzaran. En ese sentido, muchos se cuestionan el margen de acción del que disponen las autoridades.

En este marco, el BCE aseguró que no se ha quedado sin municiones y hará lo necesario para frenar la crisis del mercado.

Isabel Schnabel, integrante del consejo de gobierno, invocó las palabras del ex presidente del BCE Mario Draghi asegurando que la entidad hará “lo que sea necesario” para salvar el euro, y que el organismo buscaría la forma de contrarrestar las turbulencias financieras, en un mensaje destinado a detener la ola vendedora masiva. “El BCE está dispuesto a hacer todo dentro de su mandato para contrarrestar la agitación del mercado que paraliza la transmisión de la política monetaria, de otra forma la política monetaria no puede funcionar”, dijo Schnabel.

De todas formas, advirtió que no se debe sobrestimar el poder de los bancos centrales, argumentando que la política monetaria por sí sola no podría resolver el problema.

En tanto, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo a los jefes de gobiernos de la Unión Europea que las cuarentenas que han impuesto para frenar la expansión del coronavirus podrían fácilmente causar una contracción económica del 5%.

Citando a diplomáticos de alto rango, el diario alemán Frankfurter Allgemeine informó que las estimaciones de la jefa del BCE sobre el impacto de las medidas restrictivas podrían variar en bajas de entre 2% y 10% del total de la producción económica. El cálculo estructural estaba basado en la suposición de que cada mes de cuarentena reduciría el crecimiento económico de la UE en un 2,1%.

La estimación de que la economía se contraería en 5% estuvo basada en la previsión “realista” de que las cuarentenas suelen durar unos tres meses.

Estados Unidos

Al otro lado del Atlántico el panorama no es mejor. Si bien los economistas de Goldman Sachs o Citigroup proyectan que la pandemia frenará en seco a la economía estadounidense, proyectando una contracción del 5% en el segundo trimestre del año, ahora Capital Economics y Deutsche Bank van más allá y proyectan un crecimiento negativo que oscilará entre un 10% y un 13%.

El equipo de economía global del Deutsche Bank publicó un informe a sus clientes proyectando una caída del 13% anual para el PIB de EEUU en el segundo trimestre. A modo de comparación, eso es una vez y media más grande que la registrada durante la crisis financiera, cuando se registró una caída anualizada del PIB del 8,4% en el cuarto trimestre de 2008.

Visto de otra manera, una caída del 13% en la economía estadounidense marcaría la contracción más aguda desde la II Guerra Mundial.

Aun así, hay un dato optimista. El banco prevé que el crecimiento del PIB de la segunda mitad del año se acelere a casi el 5%, aunque de todas formas se cerraría con una contracción anual de 1% en 2020.

Por su parte, desde Capital Economics, consideran que la rápida escalada de medidas hará que el PIB caiga un 10% en el segundo trimestre. «A día de hoy, esperamos que la actividad comience a recuperarse en la segunda mitad del año, pero eso dependerá de que el virus esté bajo control en los próximos meses y de que el Congreso apruebe una respuesta fiscal sustancial», señaló el economista de la firma, Andrew Hunter.

A propósito de un estímulo fiscal, se informó que el Gobierno de Donald Trump presentará ante el Congreso un paquete de US$ 850.000 millones para paliar la caída que se espera para la economía, según informó The Washington Post. El monto está muy por encima de los US$ 400.000 millones que adelantó el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow.

El objetivo es claro: inundar la economía con efectivo, a través de un recorte de impuestos sobre las nóminas de los trabajadores. También se destinará US$ 50.000 millones en ayudas para la industria de las aerolíneas (ver recuadro).

También se negocia otro paquete de US$ 100.000 millones para cubrir las bajas por enfermedad de trabajadores afectados por coronavirus, algo inédito en Estados Unidos.

A principios de marzo el Congreso aprobó US$ 8.300 millones para programas de salud pública, incluido el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus, y la semana pasada la Cámara aprobó un paquete para cubrir bajas por enfermedad, seguro de desempleo, cupones de alimentos y pruebas gratuitas de coronavirus.


¡Mayday, mayday!

La industria de la aviación atraviesa por un momento sumamente complejo. Boeing y otras compañías del sector de aviación buscan miles de millones de dólares en ayuda mientras luchan por sobrevivir a un desplome de la demanda causado por la pandemia del coronavirus, mientras que Airbus detuvo su producción en dos instalaciones para fortalecer las medidas sanitarias y de seguridad.

La propagación del virus y las medidas restrictivas aplicadas por los Gobiernos en todo el mundo han golpeado a las aerolíneas y ponen en duda la supervivencia de varias compañías.

Para conservar el efectivo, las aerolíneas están reduciendo vuelos, despidiendo a personal, suspendiendo el pago de dividendos, vendiendo aviones y transportando carga en aviones de pasajeros vacíos. “Ahora es justo llamar a esto el mayor impacto que la aviación global haya sufrido”, dijo el presidente ejecutivo de Qantas Airways Ltd, Alan Joyce, en un memorando enviado el martes a los 30.000 empleados de la aerolínea, según informó la agencia de noticias Reuters.