Pese a recuperación económica, “el consumo perdió firmeza en la primera mitad del año”

Pandemia > Ocho de cada 10 consultados mencionó haber tenido algún tipo de afectación

El mercado de crédito al consumo continuó con su reactivación en el tercer trimestre y se espera que el repunte se consolide en lo que resta del año, según el informe que elabora la financiera Pronto!. Sin embargo, indican que existe “cierta cautela en algunos segmentos de demanda” y el regreso al mercado de “un público de mayor riesgo de pago”. Esta recuperación se da en un marco de crecimiento de todos los componentes de la demanda en términos interanuales, aunque advierten que “el consumo perdió firmeza en la primera mitad del año.

El mercado de créditos al consumo logró consolidar su tendencia de reactivación durante el tercer trimestre del año, aunque con “cierta cautela en algunos segmentos de demanda”, según surge del Monitor Mercado Crédito Consumo que elabora la empresa financiera Pronto!. Aún así, se proyecta que la recuperación se consolidará en lo que resta del año, debido a “la propensión a contratar préstamos de una parte creciente de los usuarios del sistema, que expresan perspectivas económicas de mejora para los próximos meses”.

Este crecimiento del sector se da en un contexto de expansión de la economía, que retomó su senda de recuperación, aunque aún “sin volver al nivel previo a la emergencia sanitaria, que además era de un estancamiento de varios años”. A ello se le suman las dificultades que persisten en el mercado laboral, que constituyen “elementos de complicación para mayor crecimiento del sector” (ver recuadro).

El relevamiento de Pronto! muestra que el repunte de mercado se da por el aumento de la demanda y la consecuente respuesta de una creciente oferta, no solo de las empresas que cubren la franja más amplia de usuarios de crédito al consumo, sino también por mayor participación de las instituciones bancarias privadas.

“La baja fuerte de contagios de covid-19 y el avance del plan de vacunación masiva despejó dudas que había en el mercado y eso fue decisivo para esta reactivación”, agrega el informe.

Con este escenario, se advierte que “ha vuelto a operar un público de mayor riesgo de pago”, que pudo estar con menor toma de créditos en meses anteriores, pero que ahora se dispone a contraer préstamos y encuentra “una oferta que durante un tiempo le fue esquiva”.

No obstante, no se esperan grandes cambios en el corto plazo en los niveles de incumplimiento o morosidad, mientras el mercado de trabajo se mantenga estable.

El mercado

El informe detalla que el stock de crédito a las familias, medido en dólares, ascendió a US$ 6.903 millones en agosto.

La evolución en pesos constantes mostró una continuidad de la desaceleración, lo que se veía desde 2014 y se acentuó. A inicios de 2018, el mercado crecía a una tasa de 2%, mientras que en setiembre de 2019 lo hacía a 1,3%, a marzo de este año a 1,4% y a setiembre a 0,2%. Esa baja tuvo continuidad y a finales del primer trimestre de 2021 dio una tasa negativa (- 1%) en términos reales. Eso tuvo cambio en meses siguientes, y con datos primarios de agosto da una tasa positiva de 0,5%.

El sondeo también realiza un monitoreo de la percepción del impacto de la pandemia del covid-19 en la economía personal, que muestra que prácticamente ocho de cada 10 encuestados (79%) mencionó haber tenido algún tipo de afectación. Se trata del mismo porcentaje que lo registrado en mediciones anteriores.

Siete de cada 10 encuestados dijo haber contratado un préstamo en efectivo alguna vez en su vida (se excluyen préstamos hipotecarios y para automóviles). Entre los motivos mencionados para decidir tomar un préstamo, un 46% respondió que para pagar cuentas, 34% para concretar arreglos en la casa, un 17% para pagar servicios como UTE, OSE y Antel, 15% para comprar muebles o electrodomésticos, 14% para comprar comestibles, 9% para invertir en su trabajo o negocio y un 3% para viajar/vacacionar.

Un 39% del total de encuestados manifestó tener al menos un préstamo en efectivo vigente y un 54% tener al menos una tarjeta de crédito.

En cuanto a la posibilidad de endeudarse, 32% de los consultados manifestó su intención de contratar una orden de compra o un préstamo en efectivo en los próximos cuatro meses. Entre quienes lo contratarían, un 39% respondió afirmativamente a la consulta de si cree que se le otorgaría el crédito en caso de solicitarlo. En tanto, un 72% de los que mostraron propensión a contratar un préstamo, consideró que actualmente está endeudado. En cuanto al destino que le darían al crédito, la mayoría indicó que lo utilizará para pagar otras cuentas (26,3%), seguido por refaccionar el hogar (21,8%), pagar otros préstamos o tarjetas (9,5%), comprar comestibles (6,9%) y pagar UTE, OSE, Antel (6,9%).

“La baja fuerte de contagios de covid-19 y el avance del plan de vacunación masiva, despejó dudas que había en el mercado y eso fue decisivo para esta reactivación”, agrega

Entre quienes dijeron que no contratarían un préstamo, el motivo fue mayormente que no lo necesitan (36,5%). Otros argumentos fueron: no saben si podrían pagar las cuotas (12%), no les gusta contraer deudas (11,7%), no quieren más deuda de la que ya tienen (8,4%), presentan desempleo o inestabilidad laboral (4,7%), entre otros.

Al analizar por producto contratado, las mayores dificultades las tuvieron quienes tienen vigente al menos un préstamo en efectivo, ya que un 52% de ellos manifestó haber tenido alguna dificultad para cubrir sus pagos en los últimos cuatro meses.

Respecto al comportamiento usual de pago de las tarjetas de crédito, el 75% mencionó que paga el total del saldo mensual, mientras que el 11,2% entrega un valor intermedio y el 11,2% paga el mínimo. Un 2,5% prefirió no responder.


El escenario de fondo

Al analizar el contexto macroeconómico, el informe destaca el crecimiento de la economía registrado en el segundo trimestre y la evolución de indicadores más recientes, que siguen confirmando una progresiva recuperación de la demanda interna. En particular, se destaca que la mejora del contexto sanitario trajo consigo un notorio incremento de la movilidad y una consolidación de un contexto más favorable de las expectativas. Sin embargo, se advierte que aunque todos los componentes de la demanda se recuperaron en la comparación interanual, el consumo perdió firmeza en la primera mitad del año.

Asimismo, se establece que algunos indicadores parciales muestran “cierto aflojamiento en la recuperación que se venía observando desde mayo”.

En la misma línea, la recaudación de impuestos tendió a desacelerarse en agosto, aunque aún se observan aumentos muy generalizados frente a los niveles del invierno pasado.

Por su parte, el Índice Líder de Ceres (ILC) confirmó en agosto cinco meses seguidos de tasas positivas, lo que da muestra de una recuperación firme, aunque el ritmo de suba no sea suficiente como para volver al nivel previo a la pandemia.

En cuanto al mercado laboral, en julio registró un deterioro respecto a junio, aunque el INE realizó un cambio de metodología por lo que no son necesariamente comparables. El dato de julio mostró una Población Económicamente Activa estimada en 1.771.000 personas.

De esas, 1.587.000 tienen algún nivel de empleo y unas 184.000 están desempleadas.