El canciller, Rodolfo Nin Novoa, aseguró que se busca negociar la apertura de los mercados de Perú, Colombia, México, Corea del Sur, el sudeste asiático y África. «Uruguay es internacional, o no es”, sentenció el canciller y aseguró que un Tratado de Libre Comercio (TLC) no significa liberalizar todo.
Muchas caras de sueño. Las elecciones de Estados Unidos habían hecho que muchos permanecieran en vilo hasta tarde, pero no impidieron que a la mañana siguiente estuvieran en el Sheraton para el desayuno al que convocaba Somos Uruguay. La flamante Presidencia de Donald Trump en el norte promete políticas de proteccionismo para la primera economía mundial, pero allí estaban el canciller, Rodolfo Nin Novoa, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre y el director del Instituto Uruguay XXI, Antonio Carámbula, para hablar de los desafíos de Uruguay en la inserción internacional.
“Uruguay es internacional, o no es”, sentenció el canciller Rodolfo Nin Novoa, en la mañana del miércoles frente a exportadores uruguayos en los Desayunos Útiles de Somos Uruguay. En este sentido, el ministro aseguró que Uruguay viene materializando su estrategia en tres niveles: a nivel internacional mediante la Organización Mundial del Comercio (OMC), a nivel regional como en el caso del Mercosur en negociaciones como la que se mantienen con la Unión Europea, y finalmente en el ámbito bilateral, que se inició con la ampliación del Tratado que se tenía con Chile. “Ahora vamos por Perú, queremos profundizar con México y también vamos por Colombia”, agregó Nin.
A su vez, el canciller comunicó que en estos momentos el gobierno se encuentra entablando conversaciones con Corea del Sur y está mirando con atención lo que sucede en África: “En 20 años será un continente con 2000 millones de habitantes, con la mitad de la población joven, con otro patrón de consumo”, agregó.
Además, Nin sostuvo que las negociaciones que se iniciarán con China representan un acercamiento, también, hacia el sudeste asiático, “una zona del mundo con alto crecimiento, donde está la mitad del mundo, contando a India, Paquistán, Corea del Sur e Indonesia, todos países con un creciente nivel de ingresos”, explicó. De hecho, en China se espera que dentro de cuatro años vivan 350 millones de personas en la clase media, una población mayor a la del Mercosur, “por eso Uruguay está apuntando allí, porque hay un crecimiento importante del ingreso de las clases populares”, sentenció.
En cuanto a las negociaciones con China y la posible firma de un Tratado de Libre Comercio, Nin aclaró que “en un TLC un país liberaliza de acuerdo a sus posibilidades”. De hecho, Uruguay hoy cuenta con un superávit de 500 millones de dólares en la balanza comercial con China, contando las zonas francas. El gigante asiático, por primera vez en su historia tiene una población urbana que supera a la rural, y por primera vez es el principal emisor de capitales en el mundo, habiendo sido hasta hace algunos años el principal emisor, esto sumado a que China tiene acuerdos con los dos principales competidores como Australia y Nueva Zelanda, hace que el gobierno se interese de manera particular por alcanzar un acuerdo con aquel país.
De hecho, durante la visita de la delegación oficial a China, aquel país elevó su relación con Uruguay al nivel de asociación estratégica “y eso nos va a dar muchos beneficios, nos va a permitir mayor captación de inversiones, acceso al comercio de servicios, incluido el turismo”, dijo Nin.
En relación a las importaciones chinas, el canciller destacó que casi la mitad de las compras son productos que no se producen en Uruguay. “Incluso podría contarse que el suministro de China con preferencia arancelaria podría trasladarse a los precios al consumidor en Uruguay”.
“La Cancillería va a trabajar incansablemente para proteger a la producción local. No vamos a firmar ningún tratado que perjudique a la industria local. El mandato que tenemos es muy claro y el objetivo está bien definido y es buscar una inserción internacional justa que redunde en beneficios para los ciudadanos”, concluyó.
Apoyo a los más chicos
El director del Instituto de Promoción, Exportaciones e Inversiones, Uruguay XXI, Antonio Carámbula, destacó que desde el instituto se trabaja para “diversificar bienes, servicios y mercados, como también el origen de la inversión. En ese sentido hay preferencia al apoyo que le damos a las pequeñas exportadoras”. En el apoyo a las exportaciones de pequeñas o medianas empresas, Carámbula destacó que por cada dólar invertido en el subsidio vuelven 9 dólares de exportaciones.
Durante 2015 casi 1000 empresas lograron exportar, de las cuales el 75% son medianas o pequeñas, que representan apenas un 7% de lo exportado y un 20% del empleo relacionado a los rubros exportadores. Estas empresas exportan productos que no son los tradicionales, ni carne, ni soja, ni madera y solo colocan productos en tres destinos, a diferencia de las grandes empresas que lo hacen en nueve o más.
“Apoyando a las medianas y pequeñas empresas estamos apoyando a la diversificación de la exportación”, dijo Carámbula, quien anunció que en este momento Uruguay XXI se encuentra llevando adelante una encuesta en coordinación con la Cámara de Industrias y la Unión de Exportadores del Uruguay que busca saber cuales son las necesidades que tienen las empresas y cómo valoran las herramientas de apoyo de Uruguay XXI para poder optimizarlo.
La vaca les gana
El 78% de las exportaciones uruguayas proviene del agro, lo que representa, en el sistema de cuentas nacionales un 9% del PIB. En cambio si se toman las ramas a las que afecta indirectamente la producción agrícola ganadera, representa el 23% del PIB.
En este sentido, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, resaltó que Uruguay hoy cuenta con 140 mercados donde coloca carne, de la que el 75% se exporta con una “diversificación de mercados muy buena”. Suerte que no corre la industria láctea, que ha tenido una fuerte concentración en Venezuela, y luego en Brasil. “Se trata de una de las ramas que más protegen los diferentes gobiernos”, resaltó.
A su vez, destacó la importancia en la producción e importación de otros cultivos, como el arroz, del cual se exporta el 98% de la producción. “Uruguay es el único país del mundo que tiene 100% de certificación de semillas, e incluso hace unos días Irán salió a comprar arroz, y vino a comprar arroz a Uruguay”, destacó Aguerre.
Por su parte, en cuanto a la exportación de cítricos, había una concentración en Europa, pero “desde el MGAP se definió un plan estratégico de la citricultura, logramos la apertura de USA y hoy allí entra el 20% de las exportaciones”, resaltó y agregó: “Un país que tiene que exportar entre el 70% y el 80% de lo que produce en lo agrícola, tiene que tener sí o sí una buena inserción internacional”.