“A las FinTech no las veo afectando a los bancos, sino potenciando sus modelos de negocio”

Horacio Correge, gerente de Banca Minorista y Pymes de Scotiabank


Ya con las operaciones consolidadas tras la compra del Discount, el ejecutivo indica que el balance del año es positivo para el banco, sobre todo en sectores como retail, automóviles e hipotecarios. Agrega que el negocio bancario va en línea con los cambios culturales que tienen relación con las expectativas del consumidor. En lo que respecta a las FinTech, no las ve como una amenaza, sino como aliadas al negocio del bancario.

¿Qué evaluación hace del 2017 para el negocio del banco?

Este para nosotros fue un año muy bueno, en el que cumplimos los objetivos que nos propusimos, tanto en el desempeño financiero como en crecimiento comercial y de proyectos relevantes. Esto es muy positivo porque, de alguna manera, es el primer año en el que el banco actuó ya con una nueva plataforma consolidada. Entre fines de 2014 e inicios de 2015, en la práctica, y a efectos del negocio, comenzamos a operar con la nueva marca bajo la denominación de Scotiabank. Luego, en 2015-2016 compramos e integramos las operaciones de Discount Bank. Posteriormente, estabilizamos la operación e hicimos las reformas estructurales que implicaban integrar las dos organizaciones. Y 2017 fue el primer año en el que ya operamos con el nuevo banco, potenciado a partir de la fusión.En ese marco, tuvimos un desempeño muy sólido, sobre todo en la parte de retail-siendo en ese sector el banco que más creció-, y con desempeño muy sólido en pequeñas y medianas empresas,donde el mercado por ahí estuvo más complicado. A lo bien que nos fue en retail, agregaría que en automóviles e hipotecarios crecimos mucho y muy bien durante todo el año. Todo esto, obviamente, lanzando algo en lo que estamos todos los bancos, que es la agenda digital.

¿Cómo vislumbra el futuro inmediato y cuáles son los desafíos que tiene el banco por delante en 2018?

Veníamos de dos años -2105 y 2016-, donde el crecimiento se “amesetó”. A partir de 2017,en los números la economía empezó a repuntar. El consumo siguió sostenido, pero tanto en las pequeñas y medianas empresas como en las grandes empresas esa mejora no se ve, pero ya empieza a verse un repunte a nivel de los indicadores de mercado de actividad económica. Para 2018 creemos que esta tendencia va a seguir, con lo cual diría que prevemos un año desde el punto de vista de desempeño económico en materia de factores macro igual o mejor que en el 2017, con la economía ya estabilizándose, y con cifras de crecimiento que son aceptables; incrementándose entre un 3 y un 4%, lo que está bien.

“En adopción digital, Uruguay tiene potencial para superar a varios países en términos de tasas de crecimiento por la infraestructura que ya tiene montada”.

En lo que respecta al banco, pensamos seguir creciendo en el negocio retail, tal cual lo hemos venido haciendo desde el año pasado, y tanto en banca de pequeñas y medianas empresas como en banca corporativa también tenemos buenas expectativas. Esto, dentro de un mercado que creemos va a acompañar. El otro tema que por ahí es interesante, y que va de la mano de la agenda de digitalización a la que nos estamos sumando todos los bancos, es la aparición de tecnologías disruptivas y cambios en la conducta del consumidor. Tenemos un cliente que cada vez quiere tener a su disponibilidad siete por 24 (las 24 horas, los 7 días de la semana)los distintos canales a través de los cuales puede operar en el banco. Para transaccionar, fundamentalmente, no quiere molestarse hasta el banco, y eso obliga a inversiones muy importantes en términos de los desarrollos que tenemos que implementar y adecuar en materia de infraestructura,donde a los canales tradicionales hay que redefinirles el rol.

En esos aspectos, entonces, es que está poniendo énfasis el banco.

Exactamente. En el caso de las sucursales, se va a pasar de un rol que tenía un fuerte componente transaccional a uno que quizás sea más de venta y asesoramiento, y para reservar el rol transaccional a todo lo que tiene que ver con las tecnologías digitales y canales alternativos.

¿Es hacia ahí donde tiende el negocio bancario?

Va en línea con lo que son los cambios culturales en las expectativas del consumidor. El consumidor quiere soluciones en forma inmediata, y pretende que las mismas se le sean acercadas a donde él está. Quiere la disponibilización de todos los productos y servicios del banco de manera remota, como decíamos, siete por 24, además de adecuación de los costos de transacciones y demás. Eso es un poco lo que tiene que ver con las nuevas tendencias. Y en cuanto a las FinTech, yo creo que en algún momento se pintó un panorama oscuro en términos de cuál era el rol que iban a tener. Obviamente, traen todo un bagaje de innovación, tecnología y modelos de negocios disruptivos, pero eso no quiere decir que los bancos van a dejar de tener su rol. El rol del banco, a partir de la incorporación de tecnologías que las FinTech te ponen sobre la mesa, va naturalmente a salir fortalecidos de este proceso. A las FinTech no las veo afectando a los bancos, sino potenciando sus modelos de negocio, es decir, en asociación. Por supuesto, esto te obliga a replantear todo el tiempo los modelos de negocio, a estar alertas. Sí existe por parte de los bancos un esfuerzo importante para entender conductas y expectativas del consumidor, además de las tecnologías disponibles, porque realmente hay mucho y muy variado. Eso representa un esfuerzo importante de los bancos que sabemos que tenemos que salir de lo que son modelos tradicionales de atención, para pasar a ofrecer nuevos modelos, de diseñar otros procesos, además de los desafíos en materia de seguridad y protección de los datos. El que así no lo entienda, queda afuera del mercado.

¿Cómo está posicionado el consumidor uruguayo, que es cliente del banco, en el tema de adopción digital en comparación con otros países de la región?

Nosotros por ser un banco internacional, con presencia en 55 países, tenemos un buen mapa de cómo estamos. En ese sentido, te diría que Uruguay está más o menos en los promedios de lo que es la región -tomando la región como México, Centroamérica y los países más relevantes de América del Sur-, con niveles de adopción digital que van de un 20 a un 30%. Esto quiere decir que entre el 20 y el 30% de la masa de clientes opera digitalmente. Yo creo que Uruguay tiene potencial para superar a varios países en términos de tasas de crecimiento por la infraestructura que ya tiene montada en materia de ancho de banda, fibra óptica, cantidad de celulares por persona, entre otras cosas.Es decir, tenemos todo desde el punto de vista cultural y de infraestructura para, a corto plazo, superar al resto de los países, aunque esto es algo que, obviamente, es muy dinámico. En general, diría que estamos bien posicionados y con los bancos que claramente han identificado esta lógica de mercado, por lo que están haciendo las inversiones y los desarrollos. Nosotros, por ejemplo, además de nuestro sitio web que siempre está subiendo funcionalidades y demás, en lo que es tecnología digital todo está migrando rápidamente a tecnología celular. En nuestro caso, en el transcurso del año hemos mejorado nuestra app bancaria, también hemos sacado una app de pagos, al igual que los otros bancos que forman parte de Banred, con funcionalidades muy potentes y que hacen muy fácil la experiencia del usuario. También una aplicación para,de manera muy sencilla, hacer transferencias peer to peer. Ahora, creo que estamos todos en ese mismo capítulo.

¿Qué posibles amenazas ve para el sector?

Las amenazas pueden venir desde un punto de vista estructural y macro. Si bien hay sectores que están bien, como el consumo y las exportaciones, en cambio las importaciones están un poco más flojas yvemos que la inversión no termina de despegar. Pero en general, somos optimistas.El otro tema que puede traer complicaciones es el de la competitividad y el tipo de cambio, que un poco se disimula porque hoycon respecto a nuestros vecinos estamos con una paridad cambiaria que es favorable al Uruguay. Pero en términos internacionales, el costo país sigue estando muy alto, con un peso que a la luz de la opinión de la mayoría de los actores económicos, está sobrevaluado. Eso te hace un poco de ruido en términos de la competitividad, pero sacando esos factores, en general, hay oportunidades.

“El proceso de inclusión financiera está cumpliendo los objetivos, democratizando el acceso de los instrumentos financieros a una base más amplia de la población”.

¿Qué líneas de negocios ve que pueden mostrar más dinamismo para el negocio de Scotiabank?

En banca retail somos optimistas porque el consumo está sostenido, y ese es un negocio grande. En tarjetas de crédito, préstamos personales, autos e hipotecarios tuvimos un buen año, y creemos que en 2018 vamos a repetir. En agro tenemos buenas perspectivas porque, ya sin tener los precios de hace tres o  cuatro años, particularmente para el banco es un sector donde nos sentimos cómodos operando, lo conocemos; ahí vemos oportunidades. Otro tema es saber si finalmente se concreta la tercera planta de celulosa, porque eso daría un empuje adicional. Sería un dinamizador de varios negocios, justamente en el de inversiones, que es un capítulo que a Uruguay le está costando.

¿Cómo ve el desarrollo del proceso de bancarización? ¿La velocidad es la adecuada o esperaba mayor dinamismo?

Uruguay ha sido, en muchos sentidos, pionero en el proceso de bancarización, y cuando salís y vas a otros países donde el banco tiene operaciones y hablás con reguladores, en muchos casos toman a Uruguay como un ejemplo y una oportunidad de aprendizaje en función de las cosas que han pasado. Nosotros creemos que la velocidad es la adecuada porque el proceso de bancarización que tuvo por finalidad fortalecer mucho el proceso de inclusión financiera está cumpliendo los objetivos, democratizando el acceso de los instrumentos financieros a una base más amplia de la población. El tema es que, muchas veces, cuando las cosas vienen por decreto, el tema es quien paga los costos. Pero más allá de ese punto, nosotros creemos que la inclusión financiera creció notablemente en Uruguay y se está por la senda adecuada.