Horacio Correge: «Trabajamos duro para entender en profundidad las necesidades de los clientes»

EDICIÓN ESPECIAL 2021

Horacio Correge, Country Head y CEO de Scotiabank Uruguay


En un año que fue desafiante por diversos factores, el banco mostró un buen desempeño en la mayoría de sus líneas de negocio, y ese escenario se proyecta también para 2022, acompañando la mejora generalizada del entorno económico.   

¿Qué balance hace del 2021? ¿Se cumplieron los objetivos planteados a comienzos de año, en un contexto enmarcado por la incertidumbre y los vaivenes económicos a nivel local y global?

Estamos cerrando un año desafiante, con una primera mitad marcada por la escalada de la situación sanitaria y su impacto en algunos sectores de la economía; y una segunda mitad en la que empezamos a transitar el camino hacia una nueva normalidad, con la vuelta a la presencialidad y la mejora paulatina del ambiente de negocios.

En este marco hemos tenido un buen desempeño en los distintos negocios. Puntualmente nuestro segmento de pymes ha tenido muy buena evolución en todas sus líneas. Lo mismo el negocio de crédito inmobiliario, donde hemos tenido meses récord de operaciones, en el financiamiento de automotores en el que estamos creciendo con mucha fuerza, y está volviendo el financiamiento de consumo, y observamos un aumento de los consumos con tarjetas de crédito, con lo cual las perspectivas son muy buenas.

Todo esto acompañado de un gran crecimiento de nuestra cartera de depósitos. Por otra parte, hemos asistido a una caída sustantiva de las tasas de interés tanto en el ámbito local como internacional que ha presionado nuestros márgenes; una tendencia y que solo recientemente, dadas las presiones inflacionarias y el retiro de los estímulos por parte de los bancos centrales, comienza a revertirse.

Mirando al 2022, ¿qué expectativas tiene para el negocio de Scotiabank a nivel local y cuáles son los grandes desafíos?

En primer lugar, seguir contribuyendo al desarrollo de Uruguay y su gente, a través de la esencia del negocio bancario, es decir, ofreciendo los productos y servicios que cada uno necesita. En segundo lugar, hacerles la vida cada vez más fácil a nuestros clientes a través de la digitalización, con soluciones cada vez más amigables y accesibles.

Nuestra expectativa es de crecimiento en todas las líneas de negocio, acompañando la mejora generalizada del entorno económico. Esa mejora ha sido asimétrica, dado que hay, por supuesto, sectores que han sido más afectados por la pandemia.

En ese marco, continuaremos desarrollando nuestras inversiones en procesos y tecnología para poder atender mejor a nuestros clientes y optimizando la eficiencia de nuestras operaciones. Y esto conlleva desafíos adicionales, porque en la medida en que profundizamos la digitalización de nuestro modelo de negocios, surgen también temas de ciberseguridad para lo que se hace necesario comprometer inversiones, educar a nuestros empleados y, por ende, a nuestros clientes. 

¿Cuáles son las amenazas y los temas de preocupación teniendo en cuenta, precisamente el escenario planteado al comienzo, de incertidumbre y vaivenes económicos generados, sobre todo, por la pandemia?

Hoy el escenario es de mayor incertidumbre, por lo que se hace necesaria una mayor agilidad en las decisiones. Claramente hay un aumento de las presiones inflacionarias a nivel global, disrupciones en las cadenas de suministros y encarecimiento de los servicios logísticos, presión sobre la oferta de mano de obra y recursos calificados en determinados mercados, aumento de las tasas en mercados desarrollados con el consecuente “vuelo a la calidad”; todos elementos que agregan incertidumbre adicional.

Desde el banco continuaremos, como mencionaba, invirtiendo en la mejora de nuestros procesos y tecnología, pero también adecuando nuestras estructuras, nuestro modelo de negocios y red de atención, transitando hacia una propuesta de valor mucho más digital y, por supuesto, creando condiciones atractivas para atraer talento. La adopción de prácticas de trabajo que contemplen modelos híbridos de teletrabajo es ya parte de este nuevo escenario.

En este Uruguay de hoy, ¿cuáles son las líneas de negocio que ve con mayor dinamismo para el negocio del banco?

En general vemos un buen desempeño para todas las líneas de negocio conforme vaya mejorando el entorno económico. Vemos mucho dinamismo en medios de pago y en toda nuestra agenda de digitalización, donde los bancos invertimos continuamente para mejorar la propuesta de valor y la experiencia de nuestros clientes. Además del dinamismo del mercado inmobiliario y de automotores que hemos presenciado durante los últimos años, vemos también una vuelta paulatina del consumo. Esto, necesariamente, se va a traducir en mayor dinamismo de medios de pago, de tarjetas de crédito y de débito; y, por supuesto, de financiamiento de consumo.

Respecto a las empresas, las pymes, en un principio apoyadas por los esquemas de garantías del gobierno, pudieron transitar muy bien esta situación de pandemia; hoy en general las empresas afrontan este nuevo escenario con una situación financiera sólida y estructuras de financiamiento ya saneadas, lo que las hace ser objetos de crédito. Están bien posicionadas para capitalizar las eventuales oportunidades de inversiones y desarrollo de negocios. De modo que en el segmento pymes estamos viendo que continuaría el dinamismo.

Por otra parte, en el negocio de las grandes empresas hay sectores que claramente tienen muy buenas perspectivas a futuro, como todo lo que tiene que ver con el agro. El aumento de la productividad, la incorporación de tecnología y el precio sostenido de los commodities constituyen elementos que ponen a Uruguay en una muy buena posición competitiva para capitalizar estas oportunidades. Es allí donde vamos a estar los bancos para apoyar, viabilizar y agilizar todas estas iniciativas que estamos viendo en el mercado.

¿Cómo ve posicionado a Uruguay en esta nueva economía, que parece ser de transición a nivel global, con incertidumbre en el mercado laboral?

Uruguay ha venido consistentemente haciendo las cosas bien, y se destaca en la región por la calidad de sus instituciones democráticas, la prevalencia del estado de derecho, el respeto por los contratos, la baja percepción de corrupción, pero también por el desarrollo de su matriz energética como parte de la agenda ESG (Ambiental, social y de gobierno corporativo) que hoy tanta prevalencia tiene en el mundo, hasta, por supuesto, el buen manejo de la situación de pandemia.

En este contexto, existe un marco propicio en Uruguay para atraer inversiones, y continuar potenciando el desarrollo de industrias como las TIC (Tecnologías de la información y comunicación). Esto es clave para nuestras agendas de negocio en las que debemos avanzar hacia la adopción de prácticas como procesamiento en la nube, uso de plataformas de software como servicio (SaaS).

¿Algo más que quiera agregar?

Los bancos vibramos con las personas y sus proyectos, con las empresas y los suyos. No tendríamos razón de ser si no les ofreciésemos cada día productos y servicios que les hagan la vida más simple y les ayuden a cumplir sus sueños. Esa es nuestra razón de ser, y en ese ambicioso objetivo basamos nuestro negocio. Por lo tanto, trabajamos duro cada día para entender en profundidad las necesidades de los clientes y estar a la altura de sus expectativas. Sabemos que irá cambiando el entorno y la forma; y también sabemos que nosotros, en Scotiabank, seguiremos motorizando los sueños de Uruguay y su gente.