Ferrer: “El BROU no solo es un banco comercial en plena competencia en el mercado, sino también el banco de desarrollo del país”

EDICIÓN ESPECIAL 2022

Salvador Ferrer, presidente del Banco República (BROU)

Tras definir tres líneas estratégicas, donde el banco apuntó al crecimiento del portafolio crediticio, al desarrollo de su sistema de pagos y a brindar soluciones a sectores económicos o empresas con importancia para el país, el balance al cierre de 2022 es “positivo”. De cara al futuro, pese a los mayores desafíos que va a tener nuestra economía, el próximo va a ser un año con novedades en el negocio bancario. En ese sentido, según el jerarca, la apertura de la multiadquirencia ya viene despertando una atractiva competencia.

¿Qué balance hace del 2022? Con un contexto que estuvo enmarcado por la incertidumbre internacional, los temas geopolíticos, la desaceleración y los vaivenes económicos, ¿se cumplieron los objetivos planteados a comienzos de año?

Uno trata de definir un rumbo estratégico y algunos objetivos anuales que afinen esa dirección, pero después estamos enfrentados a un mundo muy cambiante que obliga a redefinir cosas cada día.

El 2022 creo que termina siendo un año “raro” como bien lo definía hace unos días el presidente de la Unión de Exportadores. Un año en el que, por un lado, dejamos atrás la pandemia, que para nuestro país comenzó con fuertes preocupaciones sobre la sequía que amenazaba, similares a las de hoy, pero que a partir de las lluvias de mediados de enero permitieron revertir la situación, y configurar para todo el sector agropecuario quizás uno de los mejores años de la historia; y me refiero a lo que fue el año contable cerrado en junio 2022. Año que de la mano de precios récord para los commodities agrícolas (nuestros principales productos de exportación) y costos pre invasión rusa a Ucrania permitieron para el sector agropecuario, motor de la economía nacional, una muy buena performance, impulsando a nuestras exportaciones a nuevos récords y a un crecimiento económico importante, en torno al 5% anual.

Y decía que “raro” es una buena forma de definirlo, porque mucho de eso se está desvaneciendo. Las exportaciones se han estancado o contraído levemente en estos últimos meses, de la mano de un mundo cuyos principales motores están a media máquina, y esto es válido para Estados Unidos, Europa y hasta la propia China. Los precios de los commodities se han revertido y los costos de producción han escalado notoriamente, por lo que las perspectivas para el sector agropecuario en particular lucen si bien no preocupantes, sin duda mucho más desafiantes que lo que venían siendo.

Al mismo tiempo, las condiciones externas se tornan más desfavorables también por el aumento de las tasas de interés internacionales, que se ha dado de forma generalizada con el objetivo de contener la inflación en el mundo.

En lo que hace a los objetivos del banco, vamos en la dirección correcta. Siempre ambicionando más, pero el balance es positivo. Comentábamos el año pasado sobre la definición de tres líneas estratégicas. La primera pasaba por el crecimiento del negocio, referido al portafolio crediticio propiamente dicho, cosa que viene performando de forma adecuada y en línea con los objetivos trazados tanto a nivel del negocio corporativo o empresarial, como el de personas o crédito al consumo.

El segundo objetivo era la estrategia digital y, en particular, el foco en el desarrollo del sistema de pagos, y por supuesto el rol del Banco País en ello. El año pasado completamos la actualización de nuestras plataformas operativas -EBrou y AppBrou- contando hoy con soluciones de primer nivel. Este año dimos un paso importante con el lanzamiento de MiBrou, que da la posibilidad de acceder a una cuenta en el banco de forma totalmente digital, sin tener que ir por una sucursal, enfocada en el público joven de 14 a 29 años. Para el Banco País son pasos importantes en este camino de transformación digital. Seguimos trabajando en mejorar las alternativas de pagos en particular para nuestros clientes, liderando la implementación de las “transferencias instantáneas”, que por supuesto siempre fueron así internamente, pero ahora también entre bancos. Falta dar el paso a que sea 24×7, y estamos impulsando al mercado a avanzar en esa dirección. Habilitamos el pago cruzado de tarjetas desde cuentas BROU, es decir el pago de tarjetas de crédito de cualquier competidor desde la cuenta en el Banco País, y eliminamos comisiones y costos que se cobraban al resto de los bancos por transferencias recibidas en cuentas de clientes BROU. En esa línea vamos a seguir trabajando pretendiendo ofrecer a nuestros clientes más y mejores soluciones transaccionales, y en particular para el manejo de sus pagos.

Y el tercer aspecto tiene que ver con la consideración de que el BROU es no solo un banco comercial, en plena competencia en el mercado, sino también el banco de desarrollo del Uruguay, y el foco que en ese sentido le hemos dado al seguimiento e intento de solución de sectores económicos o empresas en sí, por la importancia que tienen para el país. En esa línea, hay un par de casos que quizás sean un símbolo de está forma de trabajar. Por un lado Frutura, la nueva empresa que surge de lo que era la ex Citrícola Salteña, empresa que se encontraba en proceso de liquidación y que logramos reactivar, asegurando no solo el mejor recobro para las deudas con el Banco República, sino el funcionamiento de una empresa emblemática y muy significativa para el departamento de Salto. O en una línea similar, lo que estamos intentando lograr en estos momentos con el Frigorifico Florida, una empresa cerrada y sin funcionamiento desde hace muchos años, para la cual ideamos una salida que esperamos pueda concretarse como exitosa, con un emprendimiento reactivado y una cantidad de fuentes de trabajo nuevamente en actividad, al mismo tiempo que el banco, una vez más, asegura el mejor recobro de sus créditos.

Mirando al 2023, ¿qué expectativas tiene para el negocio del BROU y cuáles son los grandes desafíos?

Pese a los mayores desafíos que creo va a tener nuestra economía el año próximo, seguimos enfocados en nuestros objetivos. Por tanto esperamos sostener el crecimiento del portafolio de créditos.

Por otra parte, no podemos dejar de reconocer que el negocio bancario parece tener un horizonte más alentador de la mano de la suba de tasas de interés internacionales. Si bien en términos de impacto para Uruguay la suba de tasas no es una buena noticia, en una mirada quizás de corto plazo, y considerando la importante liquidez del sistema financiero y del Banco República en particular, los efectos sobre los balances del sector bancario de un mundo que ofrece alternativas de colocación más rentables de esa liquidez genera expectativa positiva en materia de resultados financieros.

Pero también va a ser un año con novedades en el negocio bancario. La apertura de la multiadquirencia ya viene despertando una atractiva competencia en la cual en particular el sector de Pymes será beneficiado de soluciones atractivas en las cuales ya venimos trabajando, al igual que el resto del mercado. También esperamos avances en el área de pagos en línea con lo que comentaba antes, con mejores ofertas para nuestros clientes, y foco especialmente en ese público joven que tenemos que seguir incorporando al Banco País.

Por supuesto que no estamos exentos de desafíos. Para el caso del BROU, uno de los importantes es el proceso de recambio de personal al que estamos expuestos durante este periodo. Durante el período de cinco años para el que fue designado el actual Directorio, es un 40% del personal el que estará en condiciones de acceder a su jubilación, por tanto es un desafío muy relevante para el banco, que lo hemos tomado por la positiva, como una forma de actualizar el talento de nuestros colaboradores, actualizándonos a los tiempos que corren.

Y otro desafío muy importante en estos tiempos que corren, para todo el sistema financiero, es la ciberseguridad. El ciberdelito no solo es una preocupación en Uruguay y del Banco República, sino en todo el mundo y de todo el sistema financiero.

Hemos tenido un aumento de casos en los últimos tiempos, que preocupa obviamente y sobre lo que estamos trabajando en lo que entendemos puede ayudar al cliente, que son campañas de información o educación financiera. Porque cuando hablamos de incidentes de ciberseguridad, hasta el momento no estamos hablando de incidentes que tengan que ver con deficiencias o vulneraciones a los sistemas del banco, sino de vulneraciones sobre la información de acceso a la cuenta del cliente, passwords o contraseñas de acceso que son violadas u obtenidas bajo diferentes modalidades por parte del defraudador. Si bien hago referencia a un aumento de casos, vale mencionar que la cantidad de transacciones fraudulentas es marginal en el volumen de transacciones diarias que se procesan de manera digital. El problema es que obviamente no es marginal para la persona afectada. También me interesa resaltar que algo más del 50% del monto de dinero involucrado en transacciones fraudulentas ha logrado ser recuperado por el banco para el cliente afectado. Pero la contracara obvia de esto es que hay otro casi 50% en donde el defraudador ha logrado hacerse de los fondos del cliente.

¿Qué líneas de negocio ve con posibilidades de crecimiento en el país?       

Como decía antes, el crecimiento del portafolio de créditos es parte de nuestro objetivo, y no lo digo como una ambición que podría ser natural de tener mayor participación de mercado, sino por el convencimiento de que le corresponde al Banco República ser soporte del desarrollo económico nacional, y sobre la base de que contamos con lo necesario para serlo.

En lo que hace al negocio corporativo hay varios proyectos avanzados, en los cuales hemos comprometido financiamiento de forma importante, como por ejemplo en infraestructura vial, así como también tenemos diferentes casos de fideicomisos de obras e inversiones con intendencias que estamos acompañando. Pero, además, tenemos que ser fuente de apoyo para el desarrollo empresarial de Pymes, y empresas unipersonales. Es un área en el cual tenemos oportunidad de crecimiento importante, y para la cual debemos maximizar nuestra gran presencia territorial. Y por supuesto que sin descuidar el sector agroindustrial, que representa el 50% de nuestra cartera, y por supuesto es la gran locomotora de la actividad económica nacional.

En el negocio de familias y personas, seguimos creciendo de forma importante en lo que es el negocio de tarjetas de crédito, con el reposicionamiento que iniciamos de la mano de la Mastercard Recompensa, y aspiramos a seguir desarrollando el financiamiento del crédito al consumo con “Credito Facil”, la solucion que generamos para poder llegar a un público mucho más amplio.

Y lo que refería antes respecto al interés y objetivo de seguir captando ese público joven, cada vez más digital, al que apuntamos también de la mano de MiBrou y el acceso a la cuenta totalmente digital.

¿Cómo ve posicionado a Uruguay en esta economía mundial y regional de hoy, con amenazas de recesión en algunas zonas del mundo e incertidumbres en el mercado laboral? ¿Cuáles son las amenazas y los temas de preocupación teniendo en cuenta, precisamente, ese escenario antes planteado?

Uruguay logró, a raíz del gran manejo de la pandemia, un reconocimiento internacional relevante. Sin pretender entrar en calificaciones políticas, Uruguay es además un país que destaca hoy en el concierto político económico latinoamericano. Un país distinto, valorado en múltiples aspectos. Pese a todo esto, somos una economía relativamente pequeña, que necesita abrirse al mundo para poder crecer, y es ahí donde encontramos un contexto geopolítico complejo. El gobierno no baja los brazos en ese sentido, y empuja en varios frentes, desde el TLC con China, al acceso al tratado transpacífico, pasando por la modernización del Mercosur o el empuje del acuerdo comercial con la Unión Europea. Pero como dice el dicho, se necesitan dos para bailar el tango, y el camino no está exento de obstáculos.

El escenario económico global también presenta dificultades, con los motores de la economía global a media máquina, y donde la expectativa positiva puede venir por la normalización de la actividad económica de China saliendo de sus múltiples confinamientos.

Uruguay sigue siendo una economía de fuerte base agroindustrial exportadora, pero en la cual van ganando espacio interesante también las exportaciones de servicios no tradicionales, en particular todo lo que tiene que ver con las TICs y los servicios profesionales que desde nuestro país vendemos al mundo.

Sectores que además son demandantes de mano de obra intensiva y altamente calificada. Es por eso que estos sectores, junto con la logística por ejemplo, son sectores que hemos reconocido en los últimos tiempos junto a la Unión de Exportadores en el reconocimiento anual del esfuerzo exportador. Este año vamos a alcanzar un récord absoluto en nuestras exportaciones totales de bienes y servicios, y eso pese a un sector que continúa muy por debajo de su potencial o promedio histórico como lo es el turismo. Por ahí va el futuro de nuestro país, y es lo que nos permite mantener el optimismo de que una economía pequeña, abierta al mundo, pese a un contexto geopolítico complejo, tiene perspectivas para ir a más.