Energía eólica offshore: un modelo de diferenciación en la región

Las energías renovables han tenido un desarrollo considerable en los últimos tiempos, generando, a su vez, un impacto muy positivo en la economía. En ese escenario, el de las renovables, Uruguay se destaca en el mundo. Ahora, ¿también es posible generar energía a través de molinos offshore? En este trabajo analizamos esa posibilidad.                       

Octavio Berruti[1]

Es de vital importancia proyectar el crecimiento económico del país sustentado sobre una matriz energética con alta presencia de energías renovables. En dicho contexto el hidrógeno verde resurge como el principal componente en la transformación de la matriz energética nacional, ya que sustituye a los combustibles fósiles y reduce la emisión de gases de efecto invernadero, especialmente en el transporte pesado. La introducción del GH2[2] vendrá acompasada a la necesidad de incrementar la capacidad de generación energética nacional; es aquí donde surge un novedoso actor de alta capacidad en nuestro país. Estudios internacionales señalan las costas uruguayas como territorios potenciales en la producción de energía eólica marina, con condiciones más que favorables (Esmap 2019). La generación de energía mediante molinos offshore[3] se presenta como un prometedor proyecto en los planes del país en reducir la intensidad carbónica en su red energética a costos competitivos.

Durante un largo período de tiempo la energía eólica marina interpretó un rol como un canal energético costoso, en rangos oscilantes entre US$ 150 a US$ 200 de MWh[4]. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en los años 2016 a 2017 tras una serie de licitaciones en Europa que culminaron con la presión a la baja de los precios en la materia. Dichos costos han continuado descendiendo, alcanzando niveles de US$ 50 de MWh, gracias a las mejoras tecnológicas, economías a escala, optimizaciones en cadenas de suministro y sofisticados proyectos en conjunto de varios sectores como el público, petróleo y gas. Hasta la fecha, la industria eólica marina se ha desarrollado mayoritariamente en países del viejo continente y costas del Oriente Medio, principalmente China. La energía eólica marina gana terreno a pasos agigantados en los mercados emergentes y se localiza a Uruguay como un país potencial en la generación de hidrógeno mediante dicho canal.

Políticas y marcos estables

La generación de energía offshore debe estar respaldada por políticas gubernamentales que establezcan marcos estables y adquisiciones por etapas con el fin de atraer competencia y fomentar el desarrollo industrial. El sector es atractivo debido a su alta tasa de creación de empleo, inversión directa y desarrollo económico nacional.

La curva de aprendizaje de la EEM[5] es empinada. En principio, los proyectos de la misma en mercados emergentes como Uruguay requerirán de financiamiento en condiciones favorables u otra forma de apoyo social, ya que serán más costosos que canales energéticos convencionales y energías renovables terrestres.

En 2022, la asociación industrial Wind Europe informó que proyecta que la Unión Europea está en camino de instalar la capacidad de energía eólica marina necesaria para contribuir en un 40% a la combinación energética renovable dentro del bloque en 2023. Se destapa para Uruguay una oportunidad de transportar dicho modelo e ideas para continuar transformando su matriz energética en vistas a futuras décadas, en búsqueda de energías sustentables para el país. Sin embargo, el procedimiento de instalación de parques eólicos marinos suele ser más complejo en términos burocráticos y medidas legales debido a que las plantas suelen ser de mayor magnitud que las terrestres, además de componer de diferentes medidas de jurisdicción y zonas de uso que requieren de gran magnitud de áreas marinas.

Desafíos

Se logran reconocer ciertos desafíos para la industrialización hacia la energía eólica marina de Uruguay debido a que la migración a dicha modalidad energética se encuentra atada a altos estándares por parte de los gobiernos, la industria general y la sociedad.

  1. El primer desafío de sostenibilidad está relacionado con el crecimiento exponencial y expansión esperados por parte de la energía eólica marina. Los mismos deben estar alineados con los objetivos climáticos globales. Dicha sostenibilidad se relaciona con la cadena de suministro de la industria, los materiales necesarios y la gestión de los mismos.
  2. El segundo desafío es la correcta planeación de la coexistencia de la energía offshore con los recursos naturales, ya que se deben tener en cuenta elementos como la biodiversidad del océano, en el entendido que la industria debe ser responsable de la salud del medio ambiente.

Es de suma importancia abordar estos desafíos para lograr la industrialización de la energía eólica marina en Uruguay dado que este modelo energético tiene la menor huella de emisiones de gases de efecto invernadero. Aprovechar esta potencialidad es fundamental para avanzar hacia un entorno más sustentable.

Continuando con el estudio, Esmap 2020 pronostica para el Uruguay una proyección de producción en cifras de 275 MW, cifra compuesta por 190 GW enfocado en tecnologías fijas y 85 para tecnologías flotantes. Teniendo en cuenta el desarrollo potencial de EEM sin explotar, Uruguay debe construir las bases para incentivar a inversores y empresas multinacionales a colocar sus proyectos offshore en costas nacionales.

Según las estimaciones presentadas en el informe «Assessment of the Potential for Hydrogen Production from Bottom Fixed Offshore» de Ancap, Uruguay podría producir alrededor de 11.2 millones de toneladas de hidrógeno al año utilizando energía eólica marina. La capacidad de las posibles regiones para la generación de esta energía, también estimada por Ancap, es cerca de 80 veces mayor que la producción terrestre del país. Además, la producción de hidrógeno a partir de la energía eólica marina podría reemplazar el consumo de diesel equivalente utilizado en el transporte pesado en Uruguay.

Es crucial recalcar la notoria relatividad en la comparación con el mercado energético local, porque existe un inmenso potencial dentro de la generación offshore. Resurge así la oportunidad de direccionar a la industria a actuar como exportador de hidrógeno referente en la región, dado las capacidad de producción equiparadas al consumo nivel país. Por qué no, así imaginar un nuevo modelo energético donde Uruguay continúe transformando su matriz energética y maximice las oportunidades económicas de la energía offshore, en vistas de un crecimiento sustentable.


[1] Académico Supernumerario, Mención Especial Premio Academia Nacional de Economía 2022

[2] Hidrógeno verde

[3] Fuera de la tierra

[4] Megavatio-hora

[5] Energía Eólica Marina