En nuestro país existe un grupo de personas que se dedica a resolver todo tipo de problemas empresariales a través de la creatividad y el uso de la tecnología. The Electric Factory es la firma que los representa, y se exhibe más como una fábrica de oportunidades que como una empresa, que a través del talento transforma los problemas en desarrollo.
Muchas veces, al escuchar “The Electric Factory”, es posible realizar una rápida traducción al español y pensar en la fábrica eléctrica, o la industria de la eléctrica. Tal vez 15 años atrás ese era el único significado que se le podría dar, o la única idea a la que podía asociarse; sin embargo, hoy se trata de un grupo compuesto por cuatro empresas, y que su foco, de manera general, es la resolución de problemas a través de la innovación.
El CEO del grupo The Electric Factory (THEF), es Andrés Guarino. Avedis Boudakian y Juan Ciapessoni son los fundadores de la firma, quienes, sin pensarlo demasiado, comenzaron con el desarrollo de páginas web y producción digital en momentos donde en Uruguay el desarrollo de internet era muy escaso. “En esa época las marcas invertían en digital con el dinero que les sobraba, la prioridad era otra”, declaró Guarino a Empresas & Negocios.
Es por este hecho que se dice que THEF siempre estuvo a la vanguardia y liderada por la innovación. Es una empresa que genera la sensación de ser nueva constantemente y, sin embargo, es relativamente antigua para el rubro al que se dedica.
Actualmente está compuesta por tres compañías, además de THEF, que es la que dio origen al grupo. Rabbit es una de ellas, y se trata de una incubadora de proyectos de hardware con financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación. Por otra parte, se encuentra Niko, una productora audiovisual pero que nació en un proyecto digital, donde el foco es el video interactivo. Y la cuarta es Bunker, un spin-off que se utiliza como herramienta de analítica de inversión de las marcas en el ecosistema digital.
Pero es un tanto dificultoso entender que hace THEF exactamente. Es por eso que su CEO explicó de manera simple la misión de la firma: “Es un grupo de innovación, cuya misión es ser la mejor plataforma de talento. Nosotros queremos que se nos vea como una especie de máquina donde, por un lado, entra talento, y por el otro, problemáticas y oportunidades. Lo que buscamos es tener los mejores problemas y oportunidades para conectarlas con el mejor talento”.
Durante estos 15 años la empresa ha ido evolucionando, ha desarrollado distintos tipos de proyectos y a lo largo de la historia se definió por servicios de distintas características. Pero siempre mantuvo su idea original de conectar creatividad, estrategia y tecnología para solucionar problemas de cualquier industria.
El equipo está compuesto por programadores, diseñadores industriales, creativos, estrategas, sociólogos, carpinteros, entre otros. Son 120 personas de las más diversas disciplinas trabajando efectivamente para el grupo. “Esto que parece una casa, nosotros lo consideramos un espacio donde vinculamos el talento con oportunidades y problemas”, aseguró el ejecutivo.
Los talentosos
La especificidad que requieren algunas formaciones de quienes se emplean en THEF suelen ser elevadas, además, la competencia en la industria cada día es mayor. Es por estas razones que muchas veces se torna dificultoso encontrar a la persona justa para los puestos. Para contrarrestar esta situación se planificaron dos estrategias fundamentales desde la firma al momento de buscar a las personas indicadas.
En primer lugar, se utiliza a la incubadora Rabbit como captador de talentos, ya que se encarga de recibir startups o emprendedores que no están vinculados a la compañía y, de esa manera, se descubren proyectos de las más diversas categorías. La segunda estrategia es el pool de proveedores gestionados tanto en Uruguay como en el exterior, y cuando se requiere de ellos se los incorpora al equipo.
“Lo importante es la creación del modelo de gestión, no centrar la empresa sino abrirla lo más posible y con este espacio que hemos creado nos hemos vuelto un centro de atracción para las startups tecnológicas del Uruguay”, comentó Guarino. Explicó que durante el día pasan entre ocho y 10 emprendedores, y los definió como una energía latente que está esperando ser conectada con oportunidades.
Ideas a tierra
Entender el trabajo de THEF se hace más fácil cuando se conoce un proyecto finalizado, así se trate de un objeto, una app o hasta una empresa. La firma es buscadora de soluciones, y estas toman la forma que se adecue mejor a cada caso.
Bunker empezó como un proyecto para un cliente puntual que deseaba verificar la redituabilidad de sus avisos en la red, y hoy, se ha transformado en una compañía que funciona independiente y procesa 500 millones de datos por día.
Read to me fue el primer producto latinoamericano ganador en la historia el South by South West (SXSW), el premio de innovación más importante del mundo, en Texas, Estados Unidos. Se trata de una lámpara que proyecta en superficies lo que se lee en voz alta, detectando las palabras clave de lo que se está relatando logra una interacción multisensorial.
También han realizado trabajos para Dreams Works en Estados Unidos, así como para PricewaterhouseCoopers de manera global en cuatro oportunidades y con proyectos tecnológicos de gran inversión como una app de gestión de recursos humanos.
Mercado oportuno
El 90% de la facturación y cartera de clientes de la empresa está en el exterior del país. Los proyectos más desafiantes siempre llegan desde el extranjero, y hay oficinas de gestión de proyectos y relacionamiento en Argentina, Chile, Puerto Rico y Estados Unidos. Pese a esta situación, la producción se realiza en Uruguay.
El CEO de THEF aseguró que Uruguay posee ventajas insuperables a nivel de desarrollo tecnológico gracias a la cobertura de internet. Además, existe gran disponibilidad de espacio físico para realizar pruebas de proyectos de agro, por ejemplo, con la cercanía a los viñedos, plantaciones y campos en general. “Nuestro país posee estabilidad legal, el acceso al gobierno para conseguir permisos no es difícil. Todos estos factores hacen de Uruguay un lugar propicio para mantener la producción”.