Este nuevo paso dado por Tres Cruces se celebró con un desayuno ayer jueves 29 en el LATU, donde autoridades del complejo compartieron los desafíos de este nuevo camino.
En su estrategia de sostenibilidad, el complejo Tres Cruces, conformado por el shopping y la terminal, dio un paso clave al obtener la certificación como Empresa B, una distinción internacional que valida su compromiso con el impacto positivo social, ambiental y económico. Este hito impacta transversalmente en todas las áreas de la compañía, al impulsar la mejora de procesos, fortalecer la transparencia, gestionar mejor los recursos y medir constantemente el impacto, ayuda a que la organización sea más eficiente y efectiva en general. Representa, a su vez, un paso clave para seguir creciendo y logrando mejores resultados.
La decisión de certificarse surge como una evolución natural del camino que la empresa viene transitando desde hace años. “Como shopping y terminal de transporte, impactamos diariamente en miles de personas y queremos que ese impacto sea positivo no solo en lo económico, sino también en lo social y ambiental”, manifestó Carlos Lecueder, presidente del directorio de Tres Cruces. “Convertirnos en Empresa B es un paso coherente con la estrategia de sostenibilidad que venimos desarrollando”, añadió.
El proceso de certificación tuvo su inicio en agosto de 2023 con un diagnóstico interno exhaustivo, que permitió evaluar las prácticas de la empresa en áreas clave como la gestión ambiental, las relaciones laborales, la cadena de valor, la gobernanza y el vínculo con la comunidad. Luego, se continuó con una auditoría por parte de Sistema B, la organización internacional que otorga la certificación.
“Desde su primera medición con la Evaluación de Impacto B, la empresa emprendió un camino sostenido de mejora, involucrando a sus equipos en un proceso colectivo y aprovechando la oportunidad para transformar su gestión”, recordó Felipe Lasida, director ejecutivo de Sistema B Uruguay. Por su parte, Andrés Curbelo, gerente de Administración del complejo, advirtió que el camino se extendió por más de un año y culminó con la validación del compromiso conjunto “gracias al esfuerzo de un equipo interdisciplinario de jefes y colaboradores que se pusieron el proyecto al hombro”.
Para Tres Cruces, este logro representa mucho más que una distinción. “Nos obliga a medir nuestro impacto, reportar y fijarnos metas de mejora continua. Es una mirada transversal a toda la empresa”, destacó. “Es una validación externa de que estamos en el camino correcto, pero sobre todo es una responsabilidad: ser Empresa B significa usar nuestro modelo de negocio como una fuerza para el bien común”, agregó Curbelo.
Además, el beneficio de esta certificación se extiende a los clientes. “Quienes nos eligen saben que están participando de una propuesta comprometida con el bienestar colectivo. Esto se traduce en un ambiente más inclusivo, campañas con impacto social, eficiencia en el uso de recursos y una experiencia alineada con los valores de sostenibilidad”, remarcó.
Con el sello de Empresa B, el complejo se integra a una comunidad global de organizaciones que buscan redefinir el éxito empresarial. Según Lasida, “cuando una empresa como Tres Cruces certifica como Empresa B, no solo valida un proceso interno, también envía una señal potente al ecosistema empresarial”. “Desde Sistema B celebramos este paso que refleja una forma de hacer negocios con propósito y que se compromete a seguir generando impacto social, ambiental y económico”, destacó.