“Aspiramos a volver al entorno del 40% del presupuesto de inversión en vivienda para licitaciones públicas”

EN PANINI´S

Diego O´Neill, presidente de la Cámara de la Construcción


El flamante presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU) fue crítico con el excesivo apoyo que existe desde la actual administración al sector cooperativo, respaldo que va en detrimento de la inversión destinada a proyectos por licitación. “Nos parece bien que haya apoyo al sector cooperativo pero no casi en exclusividad”, apuntó. O´Neill se refirió a la actualidad del sector y señaló que la Cámara está concretando reuniones con los precandidatos a fin de posicionar en su agenda los principales temas que preocupan al sector como son la infraestructura, inversión, capacitación y productividad.


El Menú En la confortable cava de Panini´s el empresario degustó ravioli neri acompañado de agua mineral. A la hora del postre optó por carrot cake.


Por María Noel Durán | @MNoelDuran

En los últimos años se ha vivido una situación de caída del sector, que se acentúa aún más frente a lo que fue el boom experimentado en la industria de la construcción en 2013. ¿Cómo analiza el escenario actual?

-Exactamente. Tuvimos tres años de caída de la actividad: 2015, 2016 y 2017. En este año esa tendencia se frenó; los datos del primer semestre son de un crecimiento del entorno de un 2%. Estimamos que va a haber un crecimiento moderado este año, lo importante es que se frenó la caída. Para el año que viene, la inversión pública va a ser importante. Sobre todo la  relacionada con las obras de vialidad del Ministerio de Transporte que ya fueron importantes durante el 2018 y lo serán también el próximo año. Además, se esperan algunos proyectos de Participación Público Privada (PPP) que están en la etapa de estructura de su fi nanciamiento. Hay expectativas de que inicie el Ferrocarril Central que es una obra muy importante, de un monto muy alto y el Ministerio de Transporte va a continuar con la inversión directa, por lo que creemos que la obra pública tendrá un nivel de actividad fuerte. En la inversión privada es donde hay más debilidad. Si bien existen estímulos por la ley de inversiones y su extensión a los proyectos inmobiliarios de gran dimensión económica y la ley de vivienda promovida, estos estímulos no resultan sufi cientes y la inversión privada no está muy dinámica.

-Entonces, ¿el repunte de los próximos meses vendría de la mano de la inversión pública?

-Sí, para hablar de repunte hay que esperar un poco para ver cómo se comporta la inversión privada porque en los últimos 10 años la inversión pública ha representado un tercio de la inversión total, por lo que hay que ver qué pasa con los otros dos tercios que se remiten a la inversión privada. Naturalmente la inversión privada está pendiente de la instalación o no de UPM.

Más allá de UPM, ¿es necesario que haya más estímulos dirigidos a la inversión privada?

-Sí, los proyectos de inversión que se presentaron en la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) ya tuvieron una caída en 2017 que se profundizará en este año, según los números que tuvimos en los primeros meses lo cual evidencia una retracción en la inversión. El tema vivienda ha sido un rubro que ha tenido bastante peso en los últimos tiempos pero también la vivienda promovida fue un rubro importante aunque a menor nivel de inversión. Si bien hay estímulos se ve que no son suficientes. También está el clima de negocios que tiene que ver con otros temas como la burocracia o la rentabilidad, los escasos márgenes y los casos de conflictividad sindical que son todos aspectos que afectan a la inversión privada y que indudablemente están teniendo su efecto en que no crezca.

¿Cuánto mueve la aguja del sector la instalación de la nueva planta de UPM en el país?

-La mueve de forma significativa pero también creemos que mueve al país. Es inversión buena para Uruguay que impulsa el desarrollo en una zona que está bastante deprimida en actividad, que implica una modernización en circuitos viales y en el ferrocarril, siendo un paso para la renovación del país. En lo que tiene que ver con el sector, va a tener un impacto importante por la planta misma y por las obras accesorias. Se estima que pueda haber un total de 8.000 trabajadores vinculados que es el entorno del 20% de la plantilla que tenemos hoy. Después que termine la construcción y la planta esté funcionando, también se emplearán alrededor de 8.000 trabajadores que es un número muy importante para esa zona de Durazno y Paso de los Toros. Mueve la aguja fuerte en la industria y también en el país.

-En lo que refiere al empleo, ¿cómo es la situación actual?

-Si bien se frenó la caída del 2017 no estamos creciendo en ocupación, estamos en 45.000 un poco por debajo de 2017. La explicación probablemente esté por el lado que la obra vial que es donde ha habido inversión fuerte involucra mucha maquinaria y poca mano de obra. Estamos en niveles similares a los de 2007 y 2008. Para el año que viene estaremos igualmente por debajo de los 50.000 trabajadores, no vislumbramos un gran cambio.

-Las Viviendas Promovidas- antes llamadas Viviendas de Interés Social- no lograron por completo el objetivo inicial de hacer la vivienda accesible para los sectores medios y medios bajos. ¿Cree que es necesario una nueva herramienta para alcanzar esto?

-Yo creo que la Ley de Vivienda Promovida, o Vivienda de Interés Social, como se llamaba anteriormente, fue exitosa. Apunta al sector medio y medio bajo, es probable que para el medio bajo sea un poco más difícil pero creo que fue exitoso por la cantidad de proyectos que se desarrollaron. Evidentemente no llegó a sectores más bajos. También sucedió que hubo dos modifi caciones en la reglamentación, una en 2014 y otra en 2017, que han afectado la cantidad de proyectos que ingresan a la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) para ser promovidos. De unas 3.000 viviendas que se ingresaban en los primeros años, ahora estamos en el entorno de las 1.500. También en este tema hay cambios a nivel de la población. Hay menos gente que quiere acceder como propietaria y más gente que quiere alquilar; hay cambios en la relación que tiene la gente con la vivienda, antes estaba el sueño de la casa propia y ahora ha crecido el camino del arrendamiento.

-Antes de retirarse de la Presidencia, Otegui tenía la intención de armar un plan, una hoja de ruta para los próximos años. ¿Se llevó a cabo? ¿Cuáles son las prioridades que debe encarar la Cámara de la Construcción?

-Una prioridad es el tema de la productividad, sobre todo en las obras de uso intensivo de mano de obra. El Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción que preside el economista Gabriel Oddone, hizo un estudio en el que se concluyó que en los últimos 20 años (de 1995 a 2015) se necesita un 20% más de jornales para hacer la misma cantidad de metros cuadrados, es decir que hubo una caída de la productividad, de la mano de obra de un 20%. Esto a pesar de la incorporación de tecnología que fue muy importante. Ahí tenemos un problema serio de productividad, es un tema que puede pilotearse un tiempo pero hay que solucionarlo en el mediano y largo plazo. El Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, tiene una expresión significativa al respecto que dice: “la productividad no lo es todo, pero en el largo plazo es casi todo”. La capacidad que tienen los países de mejorar la calidad de vida de su gente depende casi exclusivamente de cómo mejora la cantidad de producto por trabajador. Ese es un tema crucial y también lo es el tema de la capacitación, se está trabajando al respecto pero hay que seguir avanzando. Además, hay preocupación por la forma de contratación del sector público, hay algunos procedimientos que nos parece que no deberían utilizarse, que se deben respetar los procedimientos transparentes y competitivos como la licitación pública; que garanticen la igualdad de los oferentes.

-¿Tienen ejemplos de lo contrario?

-En algunos casos han habido procedimientos de compra, sobre todo en las empresas públicas de derecho privado que se manejan más como un privado y a veces los procedimientos no son tan garantistas como deberían.

-¿Está en conversación este tema con las autoridades?

-Han habido algunos contactos pero esperamos tener más el año que viene. Además, estamos haciendo un estudio, comparando también con otras partes del mundo.

-¿Cómo evalúa la herramienta de las PPP (Participación Pública Privada)?¿Considera que la herramienta debe tener transformaciones?

-Hacemos una evaluación positiva de la herramienta como instrumento para hacer partícipe al sector privado en el financiamiento de obra pública. La Cámara trabajó bastante para lograr que los proyectos tuviesen una escala que permitiese participar a las empresas nacionales, lo cual se logró. De hecho todos los proyectos de PPP que están en curso o que están con adjudicación provisional, en todos hay empresas nacionales. Creemos que es una herramienta útil, valiosa y que hay una curva de aprendizaje; ha sido mucho más lento de lo que se esperaba, de hecho hay un solo proyecto en curso que es el circuito C y otros dos con adjudicación provisional que probablemente empiecen en el primer semestre del próximo año. Hay dos proyectos educativos que se esperan también para el próximo año. Creemos que es una herramienta válida que hay que tenerla, adecuarla y estudiar cómo agilizar los tiempos que a veces son muy extensos, pero que es útil para desarrollar infraestructura con financiamiento privado.

-En la última entrevista con CRÓNICAS, Otegui aseguró que el 85%  de los US$1.000 millones que invertirá esta administración en materia de vivienda se destinará a las cooperativas por medio de un pacto entre el Poder Ejecutivo con el MPP, Fucvam y el PIT-CNT. ¿Cómo repercute esto en el sector privado?

-Hace unos 10 o 15 años el presupuesto de vivienda tenía un 40 % de fondos que iban a obras de licitación pública, eso ha caído al entorno del 15%. De hecho el plan quinquenal que esta administración aprobó preveía unas 5.000 viviendas por licitación, y se va a hacer algo en el orden de la mitad, unas 2.500 o 3.000. Lo que la propia Administración definió que iba a ejecutar bajo la modalidad de licitación no lo va a cumplir y lo que planificó en cuanto a viviendas financiadas por el cooperativismo lo va a superar. Ya en la planificación inicial del plan quinquenal había un peso de las cooperativas de más del doble que las viviendas por acción directa de licitación pública, pero hoy va a terminar con una relación de cuatro a uno, o más. Esta administración ha privilegiado absolutamente el financiamiento de las cooperativas con respecto a las demás.

-¿Qué reflexión le merece esto?

-Con esta administración la suerte ya está echada pero esperamos que para la próxima, sea del color que sea, lograr revertir esta situación. Nos parece bien que haya apoyo al sector cooperativo pero no casi en exclusividad, entendemos que esa es una línea de acción pero que no debe tener un peso tan importante respecto a las otras. Aspiramos a volver al entorno del 40% del presupuesto de inversión en vivienda para licitaciones públicas.


En elecciones

El presidente de la Cámara de la Construcción aseguró a CRÓNICAS que ya existen contactos con los candidatos a la Presidencia por los distintos partidos políticos. “Queremos incorporar en la agenda de los candidatos los temas de infraestructura, inversión, capacitación y productividad”, resaltó O´Neill.


-Algunos referentes de cámaras empresariales como Gabriel Murara o Lestido han sido críticos con el gobierno por inclinar la balanza a favor de los sindicatos en las negociaciones. ¿Comparte la sensación? ¿Cómo es el relacionamiento de la Cámara con las autoridades?

-La Cámara tiene una tradición de relacionamiento con las autoridades, con el sindicato y todos los otros actores vinculados a la industria, de diálogo, de búsqueda de acuerdos y de desarrollar relaciones de confianza. Eso es algo que también valoran las autoridades y el sindicato y, por ejemplo, firmamos el último acuerdo correctivo que empezó a regir el 1 de agosto sin conflictividad, en un convenio muy civilizado, el Ministerio de Trabajo jugó un rol de moderador y tenemos un nivel de relacionamiento correcto y adecuado tanto con las autoridades como con el sindicato.