“Uruguay es uno de los casos de éxito más importantes en transformación energética”

Alfonso Blanco Bonilla, Secretario Ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade)


El secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), Alfonso Blanco Bonilla, destacó en diálogo con CRÓNICAS la reestructura energética llevada adelante por Uruguay, catalogándola como “modelo en la región” y aseguró que va en un sendero “muy bien orientado”, auque en los temas de detalle del sistema comentó que es competencia de la administración de gobierno trabajar en materia de desarrollo de políticas de incentivo y de promoción específica para lograr un sistema lo más eficiente posible.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

-¿Cómo se sitúa Uruguay dentro de la región en materia de desarrollo energético?

-Uruguay es uno de los casos de éxito más importantes en lo que se refiere a la transformación de su sector y su modelo es tomado como ejemplo. En menos de una década pudo realizar una reestructura del sector. Hoy tiene prácticamente la totalidad de su generación energética cubierta por energías renovables, cuando en el año 2006 este aspecto estaba en el entorno del 60%. Este avance fue notorio y es uno de los casos que, a nivel global, se toman como ejemplo. Esto se debió al desarrollo de políticas públicas muy bien coordinadas entre los distintos actores a nivel del país.

El hecho de haber pasado de ser un país importador de petróleo, que disponía de gran parte de combustibles fósiles, a valerse de fuentes renovables autóctonas, es un hecho que tiene una repercusión directa en la economía del país en general. Esto ha llevado a una mejora sustancial de los costos de la empresa eléctrica y la estabilización de los mismos, estando no tan sujetos a la disponibilidad hídrica del país.

-¿Qué impactos han tenidos estos avances de matriz energética en los usuarios?

-Los beneficios asociados a esta reestructura del sector eléctrico no han logrado ser internalizados totalmente por parte de los consumidores, pero esto es parte de una estrategia del país y de sus temas soberanos, dentro de los cuales la Organización Latinoamericana de Energía (Olade)  no tiene la posibilidad de dar juicios de valor al respecto.

-¿Qué tan lejos está Uruguay de la masividad de la movilidad eléctrica con energías renovables?

-Tenemos una visión cautelosa al respecto. La movilidad eléctrica es un fenómeno que cuenta con un importante desarrollo en el mundo, y en el caso de Uruguay, se trata de un complemento a todo lo que ha sido el sector de energía en los últimos años. Pero hay que tener presente algo: en la gran mayoría de los países el consumo del sector transporte a nivel de movilidad individual no es el principal consumo, sino que refiere a transporte de carga –tanto terrestre como fluvial- y pasajeros. Y, en este sentido, las tecnologías eléctricas para la sustitución de fuentes de estos grandes consumidores de energía están aún en proceso de desarrollo, sobre todo, en el transporte de cargas. Tenemos que observar estos temas de transformaciones tecnológicas con cierta cautela.

Por otro lado tenemos que observar cuál es el costo de la incorporación temprana a nivel de tecnología, porque puede representar un costo extra. Por ejemplo, si los países de la región hubieran incorporado generación solar fotovoltaica hace una década atrás estarían pagando un sobreprecio muy importante. Este tipo de análisis son fundamentales del generador de políticas.

-¿Cuáles son las recomendaciones que hace la Olade para que Uruguay logre un mayor desarrollo en materia energética?

-Creo que Uruguay está en un sendero muy bien orientado y donde hay un consenso a nivel de todos los actores con incidencia en el sector nacional, lo que es muy importante. En cuanto a los temas de detalle, como qué realizar con los excedentes de energía, es competencia de la administración de gobierno trabajar en materia de desarrollo de políticas de incentivo y de promoción específica para lograr un sistema lo más eficiente posible.

Un mapa de la región

La agenda energética de la región no es ajena a la global, opinó Blanco. Dentro de esta, la transición energética vinculada a la incorporación de energías renovables se posiciona como uno de los puntos clave de cara al futuro. Sin embargo, aún se observan brechas importantes, al tiempo en que 20 millones de personas no cuentan con acceso a la electricidad. La demanda de energía, por su parte, aumenta a un tiempo mayor que la incorporación de energías renovables en la región, por lo que se requiere fortalecer un marco de políticas en esta materia, según el Secretario Ejecutivo de la Olade.

-¿Cómo observa la Organización Latinoamericana de Energía el desarrollo que han tenido los países de America Latina y el Caribe en materia energética?

-En el sector energía hay temas claves que están definiendo la agenda energética a nivel global, y la región no es ajena a ello, como por ejemplo, la transición energética relacionada a la incorporación de energías renovables. Esta tendencia está presente en Latinoamérica y el Caribe, e incluso estamos en línea con algunos resultados de las discusiones en el marco del grupo de trabajo Transiciones Energéticas del G20, en los que la Olade también estuvo participando.

Pero la transición del sector energía debe ser aterrizada en la realidad de Latinoamérica y el Caribe. En cuanto a la evolución de la región en este sentido, se observan brechas muy importantes entre países; mientras algunos han avanzado fuertemente hacia la descarbonización, otros no lo han hecho tanto.

Al tiempo en que tenemos naciones con prácticamente un acceso universal a la energía, aún tenemos en el entorno de algo menos de 20 millones de latinoamericanos y caribeños sin acceso a la electricidad. En 45 años pasamos de tener 131 millones de personas sin acceso a la electricidad, a estar por debajo de los 20 millones, pero aún es necesario realizar un esfuerzo muy importante para lograr la universalidad del acceso.

Además, la demanda de energía está aumentando a un ritmo mayor de la incorporación de energías renovables en la región, por lo que reconocemos en esto una señal de alerta desde Olade.

Otro aspecto a incorporar dentro de la agenda energética de América Latina y el Caribe es la dotación de disponibilidad de recursos no convencionales dentro de la cartera energética de la región, donde se dispone de importantes reservas de hidrocarburos no convencionales que están en el umbral de su aprovechamiento.

Por otro lado, nuestra región está muy poco integrada regionalmente. Los vínculos se dan bajo una modalidad de intercambios bilaterales y tenemos que migrar a un modelo en el cual se desarrolle el mercado eléctrico regional que esté conectado, para brindar robustez y seguridad al suministro de los países. Si bien hay muchas iniciativas en materia de generación energética regional, el nivel de avance aún es lento.

-¿Cuáles son las principales dificultades de los países para lograr la distribución equitativa de la energía?

-Depende de la situación de cada país, pero, en términos generales, la región requiere fortalecer su marco de políticas en materia de energía y generar expediciones de largo plazo. Algunos países aún tienen marcos institucionales y regulatorios muy breves para el sector, por lo que no se logra generar políticas de largo plazo. Esto significa que transcurren las administraciones de gobierno y hay continuos cambios, sin tener una visión para el sector que contribuya al desarrollo de largo plazo de una nación.

-¿Hay suficiente financiamiento de proyectos para el desarrollo del sector energético en la región?

-El financiamiento a través de fuentes de cooperación externa está disponible para  los países que tienen cierta situación a nivel de sus indicadores de desarrollo que no entran dentro del grupo de países de renta media -que son la mayoría de la América Latina y el Caribe-. Para ellos existe una disponibilidad de fuentes de financiamiento a través de la asistencia externa mucho, pero hay otras regiones del mundo que están recibiendo mayor flujo de financiamiento para el sector energía.

Por otra parte, en lo que refiere a fuentes de financiamiento, en lo cual los países pueden adquirir créditos a través de la banca multinacional u otros mecanismos, existe disponibilidad para proyectos de infraestructura que cuenten con garantías soberanas y que vienen de la mano, fundamentalmente, de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o CAF- Banco de Desarrollo de América Latina.

–¿Cuál es la potencialidad que tiene el sector privado para acceder a proyectos energéticos?

-Depende mucho de la condición del país. Algunos tienen la posibilidad de realizar una estructura financiera bastante sencilla, porque tienen los marcos jurídicos e institucionales y aspectos que permiten el financiamiento de los proyectos a nivel privado. Pero hay países que aún tienen brechas muy importantes que resolver en tal sentido.


Una semana energética

Del 10 al 14 de diciembre, en el Antel Arena, Uruguay será sede de la III Semana de la Energía, evento que organizan de forma conjunta el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y Olade. A través del mismo, se generará un espacio de intercambio de -experiencias y conocimientos sobre el sector energético, a través de la generación de oportunidades de negocio y financiamientos de proyectos.

Respecto a este encuentro, Blanco comentó que se ha identificado la necesidad de generar una instancia fuerte a nivel de toda la región para la discusión de contenido político y estratégico en materia energética para toda la región. Uruguay se postuló para ser sede de la reunión ministerial, tras lo cual fue elegido.

Participarán más de 700 personas, dentro de las que se incluyen representantes de empresas privadas, públicas, Agencia de Cooperación, de la Banca Multilateral y líderes del sector energético. Entre los variopintos perfiles de los participantes se priorizará la generación de canales de diálogo transversales. “De alguna forma es complejo tratar de acercar intereses tan diversos, pero es parte de la construcción positiva”, observó.

Durante los días se generarán más de 14 eventos y una rueda de negocios para el sector energético, propicio para establecer contactos entre el sector público y privado. “Tiene que haber un espacio oficial en el cual las distintos actores que puedan contener potencial interés tengan conocimiento de esa oferta” reconoció Blanco. Durante estos días pueden surgir oportunidades de negocios para empresas uruguayas. “La Semana de la Energía brinda eventos abiertos para cualquier interesado, que tendrá la oportunidad de escuchar a profesionales de primer nivel”, resumió Blanco.