Bergara: “Hay más de 600 programas sociales y ahí hay derroche, por ineficiencia y por falta de calidad”

EN PANINI’S

Mario Bergara, precandidato por el FA – Expresidente del Banco Central


Hace poco más de un año y medio le dijo a CRÓNICAS que no descartaba postularse como candidato, y cumplió. Hoy, con el objetivo puesto en ganar la interna, Mario Bergara apunta a entusiasmar a los desencantados con el Frente Amplio (FA) y empieza por reconocer los errores. Las políticas sociales fueron exitosas en el pasado, pero no lo están siendo hoy, asegura. A su vez, admite que le genera insatisfacción el vínculo entre el FA y los militares, y aspira a revertirlo. Finalmente, es contundente sobre la situación en Venezuela y Nicaragua e incita a repudiar la represión estatal.


 El menú  En la cava de Panini’s, el economista degustó carpaccio de lomo, y de segundo plato eligió risotto de camarones, menú que acompañó con Sprite. A la hora del postre, optó por helado artesanal de crema.


Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-En mayo del año pasado anunció a CRÓNICAS que no descartaba la posibilidad de ser candidato a presidente, siempre y cuando fuera en un escenario de renovación. Esto se cumplió y finalmente tomó la decisión, pese a que los grandes sectores respaldaron a los otros precandidatos. ¿No fue un tanto aventurado presentarse teniendo eso en cuenta?

-En los procesos de renovación hay que tener actitudes renovadoras, y yo creo que la perspectiva de la renovación del FA incorpora muchas dimensiones, no solamente el elenco de dirigentes. En primer lugar, implica renovar la visión del mundo, que hoy es completamente diferente a cuando el FA empezó a gobernar, en lo geopolítico, en lo regional, en lo tecnológico. Eso obliga, también, a renovar la agenda de gobierno para hacerla consistente con las problemáticas que este nuevo mundo genera, y a redefinir políticas en las cuales todavía hay dificultades y resultados insatisfactorios.

En ese marco es que se da la renovación política del FA. A su vez, la nueva estructura de liderazgos no va a ser la réplica de la anterior, o sea, no es que va a venir uno a sustituir a Tabaré Vázquez, otro a José Mujica, otro a Danilo Astori, pero la estructura del FA hoy en buena medida está asociada al seguimiento de los líderes.

-¿Y cree que eso va a cambiar?

-Ahí va a haber una suerte de barajar y dar de nuevo, por eso, si bien nadie soslaya la importancia de los alineamientos sectoriales, hay muchos frenteamplistas que ven con buenos ojos la opción de una precandidatura más independiente de los sectores.

-En algún momento trascendió que el MPP apoyaría su precandidatura. ¿Qué hubiera significado contar con ese respaldo?

-Creo que no tiene mucho sentido especular sobre algo que no fue. En este proceso de renovación, la fidelidad a los alineamientos sectoriales se va a ir diluyendo, y el hecho de no contar con ese apoyo nos da un perfil mucho más claro de independencia con respecto a los sectores.

-¿Los alineamientos se van a ir diluyendo en la medida en que ya no estén los líderes?

-El proceso de renovación ya está sobre la mesa, el FA lo está haciendo con frescura, con naturalidad, con espíritu unitario, con fraternidad. La interna de junio no es solamente donde se va a elegir un candidato a la Presidencia; yo la concibo como parte del proceso de renovación política del FA, y por lo tanto en esa instancia los frenteamplistas van a dar señales de qué liderazgos quieren para el FA del futuro.

-En ese sentido, ¿cree que el resultado de la interna puede ser sorpresivo y no corresponderse con las encuestas?

-Es fundamental que la interna frentista sea competitiva porque va a ser parte del proceso de renovación. Nosotros trabajamos para ganarla, tenemos optimismo de que hay muchos frenteamplistas que ven esta opción con buenos ojos por tener un perfil independiente, valores muy bien definidos –sobre todo en los temas de la ética-, y la autocrítica suficiente como para reconocer que hay un conjunto importante de desencantados a los cuales tenemos que escuchar y entender.

-¿Qué razones identifica de ese desencanto?

-Por un lado, hay compañeros cuya molestia tiene que ver con sus expectativas; pensaban que las transformaciones económicas y sociales se podían hacer mucho más rápido de lo que el FA las hizo. En este punto yo reivindico lo hecho por el FA en los contenidos, en la profundidad, en los ritmos, con buenos resultados, porque el país hoy tiene un nivel de bienestar, de equidad y de acceso a derechos mucho mejor.

En segundo lugar, hay otro conjunto de desencantados relacionado a esa caricatura de una clase media agobiada por impuestos, que cree que la plata de la recaudación no va para donde tiene que ir, que se la dan a los pobres para que no trabajen o termina de manera ineficiente en la ejecución de las políticas públicas.

-¿Qué hay de cierto en ese planteo?

-Yo creo que el FA ha desarrollado reformas muy profundas que han dado buenos resultados, pero también hay áreas donde eso no ha sido tan así, donde hay rendimientos insatisfactorios o la ejecución del gasto requiere más eficiencia y los frutos de las políticas públicas no son los esperados. Por lo tanto, creo que hay cierto asidero en ese desencanto de quienes reclaman más eficiencia y transparencia.

-¿En qué áreas percibe que la ejecución del gasto no ha sido eficiente?

-Por ejemplo, en las políticas sociales. Una vez que el FA redujo la pobreza de casi 40% a menos de 8%, y tras haber creado 300 mil puestos de trabajo durante una década, con políticas de transferencias de ingresos, esa parte del problema se pudo resolver. Sin embargo, hay un núcleo duro de pobreza que no está basado en problemas de ingresos o de empleo, que es multidimensional, cultural, y yo creo que no hemos revisado las políticas sociales, que fueron exitosas para lo anterior, pero que no lo están siendo para este núcleo duro.

Además, hay descoordinación, hay falta de enfoque en la identificación de los problemas. Hay más de 600 programas sociales en el Estado uruguayo, obviamente es imposible coordinarlos, evitar que se pisen unos con otros, y ahí hay derroche, por ineficiencia, por falta de calidad en la política y en la ejecución del gasto. Entonces, más allá de reivindicar lo hecho, hay cosas pendientes y cosas que no estamos haciendo bien.

-¿El tema de la ética cuánto pesa en ese desencanto?

-Hay un tercer bloque de desencanto que se asocia a aquellos compañeros que le demandan al FA una tesitura más contundente con respecto a los temas de la corrupción y la ética, y ese planteo tiene todo el sentido porque el FA se ha demorado en tomar resolución sobre estas cuestiones.

-¿A qué atribuye esa demora?

-Es parte del juego político. Me importa rescatar el hecho de que hay una fecha [fijada para el Plenario] que es mañana, 15 de diciembre, y representa la última oportunidad que tiene el FA para dar señales claras en este tema. Eso significa tomar las decisiones que dejen en claro que la ética sigue siendo parte del ADN de la izquierda en Uruguay y que no miramos para el costado.

Creo que en aquellos casos en los que el Tribunal de Conducta Política informó la presencia de faltas éticas de gravedad, el FA tiene que sancionar y actuar en consecuencia, y en los casos en los que tenga que resolver la inhabilitación electoral o la expulsión, sin duda lo tiene que hacer.

“Aunque apunto a ganar la candidatura a la Presidencia, aceptaría ser candidato a vicepresidente”.

-¿Eso debería pasar con Raúl Sendic?

-Yo creo que sí. De acuerdo a lo trascendido en los informes de Sendic y de [Leonardo] De León hubo conductas inaceptables, por tanto, la sanción tiene que ser dura; en mi opinión tiene que ser la inhabilitación electoral.

-¿Inhabilitarlos no podría generar un quiebre de la 711 con el resto del FA, y tener consecuencias importantes a nivel parlamentario?

-Pero la principal consideración que uno tiene que hacer en estas cuestiones de principios es la de la integridad de la fuerza política, y no priorizar consideraciones de índole electoral de corto plazo.

-Usted fue el único precandidato del FA que renunció a su cargo previo al lanzamiento de su campaña. ¿No cree que los demás deberían seguir ese camino?

-Eso está en la órbita de decisión de cada precandidato. Yo tomé la resolución de renunciar a la Presidencia del Banco Central, que lo tenía que hacer por razones constitucionales, pero a su vez decidí renunciar a mi cargo en el banco porque entiendo que si uno decide entrar en una campaña electoral, lo tiene que hacer con sus fuerzas, sus recursos y la colaboración de todos aquellos compañeros que lo acompañan en ese desafío.

-¿No cree que está en desventaja con Carolina Cosse y Daniel Martínez, que han sido acusados por la oposición de utilizar sus cargos para hacer campaña?

-No me gustaría opinar sobre lo que hacen los demás compañeros. Uno actúa en base a lo que decide que debe hacer.

-¿Integraría la fórmula como candidato a vicepresidente?

-Sí. Apostamos a ganar la candidatura a la Presidencia y somos optimistas en eso, pero vamos a encolumnarnos con el candidato o la candidata que gane la interna porque el objetivo electoral central es que el FA tenga la posibilidad de seguir gobernando el Uruguay.

-Si finalmente no es electo candidato, ¿aceptaría un lugar en Economía?

-Avancemos hacia la interna. Nosotros competimos con optimismo para lograr la candidatura del FA y ya habrá tiempo para pensar en cargos de gobierno. Lo que sí les puedo decir es que después de 13 años y medio en el equipo económico de manera ininterrumpida, este salto de una zona de confort a la arena estrictamente política es un cambio de vida por el que he optado con bastante firmeza, y mi orientación, en principio, es mantenerme en esa órbita.


“Me genera mucha insatisfacción el vínculo entre el FA y los militares”

-El ministro Astori ha bregado sin éxito para encontrarle una solución al tema de la Caja Militar. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-El tema de la Caja Militar es un caso particular de una problemática más amplia que tiene que ver con el vínculo entre los gobiernos del FA y los militares. A mí me hubiera gustado ver un relacionamiento diferente entre ambos, y me genera mucha insatisfacción la situación.

Más allá de reconocer logros en cuanto a que el gobierno entró en los cuarteles, excavó y buscó restos, los resultados en materia de memoria y verdad son absolutamente mínimos e insatisfactorios. El vínculo con las Fuerzas Armadas (FFAA) implicó que muy pocos integrantes dieran alguna información fidedigna, que otros escondieran la información y que otros mintieran, y el FA no tuvo la reacción acorde con ese tipo de circunstancias.

Lo mismo se puede ver en la reforma de las FFAA. En 13 años y medio no hemos sido capaces de avanzar en una nueva Ley Orgánica Militar que rediscuta el alcance y los roles de las FFAA en la sociedad uruguaya. Y otro punto es el de la reforma de la Caja Militar, a la que yo difícilmente le llamaría reforma porque no resuelve la seguridad social de los militares, la sustentabilidad de la Caja ni los problemas financieros y fiscales que genera.

-¿Aspira a revertir esa relación del FA con los militares?

-Sí. Hay que rediscutir el rol de las FFAA –no estoy planteando para nada su eliminación-, redefinir su dimensión y el sistema de pasividades. Vamos a tener que hacerlo.

-¿Significa que no está muy conforme con el rol que ha jugado el Ministerio de Defensa?

-Yo concibo al gobierno como responsable en general de todas las políticas. Esta es una cuestión política y sin duda involucra definiciones de todo el gobierno.



“Tenemos que repudiar la represión estatal en las calles de cualquier país”

-¿Qué opina de la situación de Venezuela y Nicaragua?

-Nosotros tenemos que repudiar la represión estatal en las calles y con gente muerta que exista en cualquier país, porque en Uruguay hubo infinidad de compañeros de todas las tiendas políticas que dieron su vida para que esas cosas no sucedieran. En el caso de Venezuela también cabe decir que hay una oposición antidemocrática y una clara injerencia de los Estados Unidos. Obviamente, da tristeza ver su situación económica y social, y cómo muchos venezolanos tienen que buscar su bienestar fuera de su país. Eso tiene que ser doloroso para todos, como lo fue para los uruguayos que lo tuvieron que hacer en otras épocas.


“Esta será la elección más reñida que nos tocará enfrentar”

-Según la consultora Cifra, el clima político es el más favorable para la oposición en los últimos 15 años. ¿Cómo evalúa ese nuevo contexto?

-Nadie tiene ganada la elección, pero estoy absolutamente convencido de que si el FA mañana [en el Plenario] da una señal clara de cómo incorpora sus preocupaciones sobre la ética, la corrupción y las indisciplinas partidarias, y si hacemos una buena campaña competitiva para junio y unitaria para octubre, tenemos buenas chances de lograr el cuarto gobierno. Igualmente, sin duda esta será la elección más reñida que nos tocará enfrentar desde que estamos en el gobierno.