“Contexto global impacta a Uruguay a través de pérdida de competitividad y caída en precios de commodities”

ENTREVISTA

Diego Licio y Sofía Harguindeguy, integrantes de Grant Thornton 

En momentos de convulsión regional e internacional, CRÓNICAS conversó con el contador Diego Licio y la economista Sofía Harguindeguy, de la consultora Grant Thornton, quienes resaltaron que es “fundamental” impulsar la integración internacional con Asia, la Unión Europea y otros bloques. Además, apuntaron a que los flujos financieros desde Argentina “son significativos”, por lo que Uruguay sigue “muy expuesto” a lo que suceda en el país vecino.

-¿Qué consideraciones se deben tener ante este contexto mundial convulsionado, a nivel económico y comercial?

-Sofía Harguindeguy (SH): En un entorno global cada vez más incierto, marcado por tensiones bélicas, un renovado proteccionismo y el reinicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, enfrentamos un escenario complejo. Estas variables elevan el riesgo de una desaceleración económica, presionan al alza los precios y generan volatilidad financiera. Este cóctel puede frenar el crecimiento mundial y alimentar la inflación. Para Uruguay, el impacto es directo, a través de una pérdida de competitividad por aranceles, y también indirecto, por una menor demanda externa, caída en los precios de los commodities y episodios de volatilidad cambiaria.

Diego Licio (DL): Además, aunque Uruguay no está en el epicentro de estos conflictos, queda muy expuesto a las decisiones que tomen los vecinos y grandes potencias. Cualquier reconfiguración del Mercosur o a nivel de acceso a mercados terceros puede afectar nuestra inserción comercial. Por eso es fundamental impulsar la integración con Asia, la Unión Europea (UE) y otros bloques, al tiempo que promovemos el comercio intrarregional dentro del Mercosur y el Acuerdo Transpacífico y fortalecemos infraestructura, logística y armonización normativa para afrontar mejor estos shocks.

-¿Se vislumbran oportunidades para el país?

-DL: Sí, definitivamente. Vemos que muchos países están reubicando sus cadenas de suministros para esquivar aranceles más altos, lo cual abre ventanas de oportunidad para Uruguay. Un ejemplo claro es si China reduce compras a los Estados Unidos y esa demanda podría volcarse hacia América del Sur, donde Uruguay podría ganar mayor espacio como exportador de soja, por ejemplo, tal como ya sucedió entre 2018 y 2020. Paralelamente, este contexto promueve avanzar en acuerdos comerciales, tanto extrarregionales como regionales. Reforzar la integración intrarregional disminuiría nuestra exposición a choques externos y potenciaría nuestra resiliencia económica.

-¿Qué queda en la región? Pareciera que el intercambio con Brasil ha sido más fluido que con Argentina, ¿de qué manera influye en las exportaciones?

-SH: Sí, Brasil se mantiene como un socio comercial más relevante en bienes, el segundo más relevante, y representa cerca del 18% de nuestras exportaciones, mientras que Argentina alcanzó el 9% en 2024, un dato que refleja un salto notable frente al promedio del 5% de años anteriores. Pero Argentina sigue siendo crucial por otros canales: en turismo receptivo, por ejemplo, recibimos tres veces más argentinos que brasileños. Además, los flujos financieros desde Argentina son significativos, por lo que Uruguay sigue muy expuesto a lo que pase en la Argentina.

-¿El contexto global volátil nos puede beneficiar al ser un país seguro?
-DL: Totalmente. Ante la volatilidad internacional, Uruguay se posiciona como un destino seguro y atractivo para inversión, comercio y turismo. Nuestra estabilidad institucional, reglas claras y manejo macroeconómico responsable, con un Banco Central del Uruguay (BCU) autónomo, nos distinguen en la región y nos convierten en un refugio relativo frente al contexto incierto.

-Cambiando de tema, la economía uruguaya se ha acostumbrado a niveles bajos de inflación. ¿Cómo evalúan la postura del BCU ante este contexto?

-SH: El desempeño reciente del BCU ha sido destacable. En junio, la inflación anual se ubicó en 4,59%, muy cerca del objetivo del 4,5%, y marcó su cuarta caída mensual consecutiva. De hecho, el BCU redujo la tasa de referencia al 9% el 8 de julio, manteniendo una postura contractiva para asegurar una convergencia a la meta inflacionaria. Tolosa ha resaltado que esta conducta, que conjuga tipo de cambio flexible y tasa prudente, refleja una continuidad institucional muy valiosa, pues genera previsibilidad y credibilidad. La reducción de expectativas de inflación, que a 24 meses marcaron nuevos mínimos históricos de 5,2% según analistas y de 6% según empresarios, indicaría recortes adicionales conforme evolucione la evolución de precios. No obstante, hay una dimensión que debemos incluir, que es el tipo de cambio. En lo que va de 2025, el peso uruguayo se ha apreciado cerca de un 10% frente al dólar. Esta apreciación reduce el costo de los bienes importados y ayuda a desacelerar la inflación. Sin embargo, también implica un riesgo para la competitividad de las exportaciones, ya que encarece nuestros productos en mercados internacionales. Los sectores expuestos, como el agro, están viviendo una reducción de sus márgenes importantes.

-¿Qué destacarían de esta ronda de negociación salarial?

-SH: Los lineamientos propuestos mantienen los convenios bianuales, ajustes nominales semestrales y correctivos anuales. Además, incorporan innovaciones relevantes: ajustes diferenciados por franjas salariales, corrección basada en inflación subyacente y un mecanismo asimétrico, que solo se activa si la inflación subyacente supera los aumentos previstos. De estas innovaciones se destaca que se avanza hacia la desindexación, dado que ahora se considera la inflación subyacente. Este es un paso significativo, por cuanto la negociación salarial se basa ya no en la inflación general, sino en la subyacente, un indicador que excluye componentes volátiles como alimentos, combustibles y precios administrados, y que refleja mejor la tendencia de largo plazo. Sin embargo, en la práctica esto aún es principalmente una propuesta teórica. Según la encuesta de expectativas del BCU, la inflación subyacente se encuentra actualmente por encima de la inflación general. Si la meta inflacionaria del BCU de 4,5% se logra, eso implicaría un aumento real del salario promedio de aproximadamente 1,6% en el primer año y 0,9% en el segundo. A su vez, la no simetría de correctivos limita el objetivo de desindexar, el mecanismo solo aplica correctivos positivos si la inflación subyacente excede los ajustes nominales, lo que por diseño impide aplicar ajustes negativos en caso de que la inflación baje, lo que reduce su capacidad de desindexación efectiva.
DL: Sin embargo, aún quedan pendientes dos puntos esenciales, como incluir ajustes diferenciados para pequeñas y medianas empresas y zonas con menor competitividad, y aportar mayor flexibilidad sectorial. Esto es imprescindible para que los acuerdos sean inclusivos, sostenibles y no comprometan competitividad ni empleo.

-¿Hay que dotar al BCU de mayor independencia?

-SH: El Banco Central ya cuenta con un elevado nivel de autonomía, con un marco institucional claro y robusto. Sin embargo, fortalecer aún más esa independencia es clave, por ejemplo, con una mayor transparencia, menor rotación, mayores recursos y autonomía presupuestal y técnica. Esto refuerza la confianza de los inversores y proporciona mayor seguridad en momentos de volatilidad, beneficiando tanto la estabilidad de precios como el crecimiento económico.


“La Ley de Presupuesto será la hoja de ruta más clara de la agenda de mediano plazo del país”

-Dado el contexto actual, ¿cómo imagina la Ley de Presupuesto?

-SH: La Ley de Presupuesto será un hito fundamental para entender las prioridades del gobierno en los próximos cinco años. Allí se definirán los lineamientos fiscales, incluida la meta de deuda, que según se ha adelantado estará en torno al 60% del Producto Interno Bruto (PIB), y cómo el país adoptará compromisos internacionales como el impuesto mínimo global.
También se discutirá la continuidad y las modificaciones del régimen de incentivos a la inversión. Cualquier cambio, como eliminar o reducir beneficios, podría resultar contraproducente. Este régimen fue el motor central de la inversión en los últimos años. Por ello es clave que, en caso de suceder cambios, se realice un análisis de los impactos que podrían tener sobre la inversión y el empleo. Por ejemplo, en el régimen de zonas francas, por cada dólar exonerado le generaron al país un entorno casi seis veces mayor, con lo cual lo que nos deja este tipo de análisis es que no sería recomendable realizar modificaciones sin conocer el efecto final que estas podrían tener en la economía. Finalmente, la Ley de Presupuesto revelará la asignación de recursos a grandes proyectos, como inversiones en infraestructura, impulso al sector productivo, fortalecimiento de políticas sociales y apoyo al comercio exterior. En síntesis, será la hoja de ruta más clara de la agenda de mediano plazo del país.


Economía local crece por encima de lo esperado en el primer trimestre, según un informe de Grant Thornton

Un informe realizado por la consultora Grant Thornton da cuenta de que la economía uruguaya creció en el primer trimestre del 2025 por encima de lo esperado. En ese sentido, se registró un crecimiento interanual del 3,44% y de 0,54%, si se compara con el último trimestre de 2024, en términos desestacionalizados.

El informe destaca la incidencia positiva de la coyuntura local, que tuvo como principal impulsor la puesta en funcionamiento de la refinería de Ancap, que había paralizado sus actividades en el primer trimestre del año pasado. 

En cuanto a la demanda, hubo aumentos de todos los componentes, pero se destaca la Formación Bruta de Capital, que aumentó un 11,6% en comparación interanual. Por su parte, en cuanto a las perspectivas de cara al futuro, las expectativas de crecimiento para 2025 y 2026 se mantienen y las expectativas del mercado relevadas por el BCU siguen marcando un crecimiento esperado del 2,5% para 2025. Sin embargo, para 2026 se ajustaron a la baja y se anticipa una expansión del 2%. 

En cuanto a los índices adelantados de actividad económica, estos sugieren que habrá una continuidad del nivel de actividad para el segundo trimestre del 2025, pero advierten que es posible que se observe una disminución de la actividad a partir de la segunda mitad de 2025. A su vez, el documento da cuenta de que el Indicador de Actividad Económica (IMAE), elaborado por el BCU, aumentó en abril un 1,3% interanual y 0,9% en comparación al mes anterior. En este sentido, señala que el Índice Líder elaborado por el Centro de Estudios para la Realidad Económica y Social (Ceres) tuvo variaciones positivas de 0,2% y 0,1% en abril y mayo respectivamente, en sintonía con los meses anteriores. “Según el instituto Ceres, hacia fin de año se espera la disminución en la actividad económica producto de la incertidumbre de los mercados y que estará ligada al devenir de las relaciones internacionales”, señala el informe. Por otro lado, el documento de Grant Thornton resalta que el mercado laboral se mantiene “firme”, pero con las expectativas concentradas en lo que será la próxima ronda de negociación salarial. En cuanto a la inflación, se destaca la reducción del dato general y de las expectativas del mercado. El Tipo de Cambio Real (TCR) global, por su parte, presentó “leves variaciones positivas” en el primer trimestre de 2025, lo que trajo una mejora de la competitividad de los bienes uruguayos a lo largo del mundo. Esta suba se conforma por una caída del TCR extrarregional que fue compensada con creces por un aumento del TCR regional, que mide la competitividad con Argentina y Brasil, según explica el informe.