Javier García: “Topolansky nunca tuvo convicciones democráticas ni respeto al Estado de Derecho”

Foto: Mathías Peloche

Javier García, senador del Partido Nacional


La vicepresidenta “participa de la tesis de su marido, que sostiene que lo político está por encima de lo jurídico”, aseguró el legislador en referencia a las declaraciones de la jerarca, quien dijo que un triunfo de la oposición generaría una gran movilización social. Por otra parte, el nacionalista afirmó que “el Frente Amplio (FA) hoy está en minoría y no tiene votos ni para aprobar una Ley de Presupuesto”, a diferencia de la alianza opositora, cuya mayoría parlamentaria está garantizada.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-El documento programático de la coalición contiene las coincidencias entre los partidos miembros, pero hay muchos temas en los que no hay consenso. ¿Cómo van a hacer para superar esas diferencias?

-El “Compromiso por el país” es un documento que establece el común denominador de propuestas concretas en las áreas más sensibles del país, como la producción y el trabajo, el combate a la inseguridad y la violencia, el posicionamiento internacional, las políticas sociales, la educación, entre otros. Los 13 capítulos son el común denominador de todos los programas de gobierno sobre los temas más sensibles. Por supuesto que después, durante los cinco años del período, cada partido y los legisladores tendrán iniciativas acerca de temas que ellos vayan considerando que son oportunos y eso abrirá otro campo de trabajo. Las coincidencias que están presentes en el “Compromiso por el país” tienen un respaldo hoy de 56 diputados y 17 senadores.

-Sin embargo, hubo matices internos que se hicieron públicos en su momento, sobre todo con Manini Ríos. ¿Cómo se van a subsanar esas rispideces?

-Somos partidos diferentes. Las coaliciones, por definición, son entre partidos diferentes, por algo cada uno votó a su candidato en octubre. La coalición es un acuerdo entre partidos distintos pero que coinciden en equis cantidad de cosas, que son las más importantes del país. Uruguay ya se pronunció en la primera vuelta por el cambio, ya hubo una expresión concreta y la mayoría de los uruguayos votó a partidos que están en la oposición; ya votó por la alternancia y le dio una mayoría parlamentaria.

-¿Eso es una garantía para que el gobierno funcione?

-Eso garantiza un gobierno eficiente, con certezas, con estabilidad. El FA hoy está en minoría, no tiene votos ni para aprobar una Ley de Presupuesto porque se necesitan 50 diputados y 16 senadores, y tiene 42 y 13, respectivamente. Un país que avanza, que construye, necesita un Poder Ejecutivo con una mayoría legislativa acorde. En la elección pasada el FA la ganó en primera vuelta. Eso se invierte ahora y la obtiene la oposición. Por eso vemos que hay gente que votó al FA y cumplió con su convicción, pero ahora, ante la certeza de que ya hay una mayoría parlamentaria, va a respaldarla con un Poder Ejecutivo acorde a la misma.

-¿Sería complejo para el FA gobernar con esta mayoría opositora entonces?

-Lo que es claro es que sería un gobierno que no tendría mayorías.

-¿No tendría el respaldo suficiente para gobernar?

-No tendría respaldo, porque el FA plantea aumentar impuestos y la mayoría de los parlamentarios no estamos de acuerdo con eso. El FA, que no pudo resolver en 15 años la inseguridad, quiere recorrer el mismo camino nuevamente y plantea seguir con las políticas y el equipo de siempre. Leal es Bonomi tercerizado, es el protagonista del fracaso de las políticas de seguridad y hoy tenemos una emergencia en esa materia. La mayoría del Parlamento tiene medidas concretas para enfrentar la delincuencia que no se han tomado hasta ahora, como la Ley de Legítima Defensa Presunta y el fortalecimiento de las comisarías, que el FA las desmanteló. Nosotros tenemos que restablecer la autoridad para combatir la delincuencia y va a haber una línea muy clara entre la inmensa mayoría de los uruguayos, que son de bien, de trabajo, que reclaman que se los proteja, y los que viven de la criminalidad y el narcotráfico.

-¿Se puede asegurar que la coalición funcionaría los cinco años?

-Totalmente. Este proceso de coalición, que es histórico, inédito, es un compromiso del cual estamos convencidos. Hay un tiempo nuevo en Uruguay y también en materia de inclusión política y de humildad. Es decir, el uruguayo está cansado de la soberbia y la impunidad del gobierno del FA, que se creyó que las mayorías parlamentarias de un solo partido alcanzaban para negar las verdades que tenía medio país.

-¿A qué se refiere?

-A que durante 15 años negó a la oposición, la ignoró y generó una fractura en la sociedad, donde se considera al que vota diferente como un enemigo. Eso se terminó.

Un gobierno del FA “no tendría respaldo, porque plantea aumentar impuestos y la mayoría de los parlamentarios no estamos de acuerdo”.

-¿No es mucho más desafiante para un gobierno tener un sistema político tan fragmentado?

-Es mucho más democrático.

-¿Le parece positivo?

-Es que yo no veo fragmentación. Aquí hay un pensamiento plural que se enriquece y se retroalimenta. El FA se creyó que tenía la verdad durante 15 años. Yo creo que es mucho más democrático tener un gobierno con diferentes acentos que confluyen en una coalición. Aparte es un sistema que enriquece la acción de gobierno cotidianamente para los controles adentro del gobierno, para que el diálogo sea un elemento clave en la vida del país.

-Desde el Partido Nacional (PN) se critica al FA por no haber podido cumplir promesas electorales, por ejemplo, en materia de educación, impuestos, seguridad. ¿Qué asegura que ustedes sí van a cumplir con sus compromisos establecidos?

-Los compromisos que asumimos están hechos en base a haber estudiado mucho las soluciones y a garantizar las mayorías parlamentarias necesarias para llevarlos adelante. Hay una base de sustento de pensamiento en el ámbito económico, social, de trabajo, que permite garantizar que los compromisos son absolutamente realizables y que tienen respaldo político y técnico. Luis construyó un equipo que es el mejor que tiene el sistema político del país, que se nutre ahora también de técnicos de otros partidos.

Además, planteamos la ley de urgente consideración porque el combate a la inseguridad no puede esperar dos o tres años, hay que enfrentarla de entrada y lo vamos a hacer gracias a eso. Y mejorar la gobernanza de las empresas públicas para que sean eficientes y no malgasten dineros públicos es una urgencia. Yo entiendo que el FA crea que no es urgente enfrentar la inseguridad, mejorar la gobernanza de las empresas públicas, mejorar la acción del Mides, porque tuvo 15 años para hacerlo y no lo hizo.

-¿El movimiento sindical podría ser un problema para un gobierno liderado por Lacalle Pou?

-Nosotros tenemos una visión de diálogo. Varios de los que militamos en el PN provenimos del ambiente sindical, yo fui dirigente gremial en toda mi vida universitaria y respetamos mucho al movimiento sindical. Lo que hay que tener claro es que cada uno tiene una misión en la sociedad. No sería entendible que un gobierno hiciera paro ni que un sindicato gobernara.

Foto: Mathías Peloche

-Pero el PIT-CNT ya se manifestó en contra del triunfo de la oposición.

-Porque durante todos estos años ha habido una confusión entre el sindicato y el FA, tanto es así que dirigentes sindicales pasaban a ser ministros o legisladores del FA y luego volvían al aparato sindical. Está esa confusión de que el sindicato gobierna, pero en un régimen republicano y democrático, los sindicatos tienen una función muy importante que es defender los derechos de los trabajadores, y el gobierno tiene una obligación constitucional que es gobernar. Conociendo bien el papel que cada uno juega en la sociedad, yo creo que el diálogo va a ser muy fructífero.

-¿Por qué piensa que va a cambiar esa actitud, cuando a pocas semanas del balotaje el PIT-CNT ya se ha pronunciado de esa manera?

-Porque independientemente de las diferencias políticas e ideológicas, nosotros buscamos lo positivo en las organizaciones y en las personas. Si todos queremos lo mejor para Uruguay, nadie puede oponerse a enfrentar la inseguridad y mejorar el empleo, la producción y los ingresos de las familias. Lo democrático es respetar las decisiones de la mayoría. El pueblo uruguayo se va a expresar y eso es a lo que todos nos debemos someter.

-Igualmente, la vicepresidenta Lucía Topolansky afirmó a la agencia Sputnik que si gana la oposición va a haber “una enorme movilización social”.

-Y cometió una enorme irresponsabilidad. Es muy peligroso lo que dijo, y más proviniendo de la vicepresidenta de la República. No me sorprendió porque Topolansky nunca tuvo convicciones democráticas ni respeto al Estado de Derecho. Ella participa de la tesis de su marido, que sostiene que lo político está por encima de lo jurídico. No deja de ser una amenaza absolutamente irresponsable.


“Estoy totalmente jugado a la victoria del PN y de la coalición de gobierno”

-Trascendió que en un eventual gobierno blanco, usted sería el ministro de Defensa. ¿Es así?

-Nosotros estamos dedicados desde hace mucho tiempo a construir la alternancia en el país y a contribuir con la victoria del PN y de la coalición. Eso es lo más importante. Meternos en esas cosas ahora me parece que sería no tener claras las prioridades.

-Pero ¿aceptaría dejar el Senado si le ofrecieran un cargo ejecutivo?

-Como decía, estoy centrado en los días que nos quedan, esa es mi misión. Milito hace 38 años en el PN y tengo toda la esperanza de que las convicciones por las cuales milito desde muy gurí puedan concretarse ahora. Estoy totalmente jugado a la victoria del PN y de la coalición de gobierno.

-¿Qué temas le parece fundamental tratar como legislador, más allá del documento de la coalición?

-Yo he trabajado mucho en el Parlamento en iniciativas muy concretas, pero una de las que generalmente no se habla es el poder terminar con algunas discriminaciones que existen, por ejemplo, con respecto a los uruguayos que padecen enfermedad celíaca. Me desvela el hecho de que haya 30.000 uruguayos –algunos ni saben que la tienen- que una vez diagnosticados tienen que pagarse sus alimentos, que es su único tratamiento, y que su canasta salga tres o cuatro veces más de lo que sale la de cualquiera de nosotros. Es una discriminación. Yo milito por la inclusión y por la posibilidad de que todo el mundo pueda, independientemente de su condición social y económica, tener las condiciones mínimas para el crecimiento y el desarrollo. He trabajado todos estos años por eso, no lo pude concretar porque no tuve el apoyo del FA. Son problemas chicos para el mundo, pero inmensos para miles de uruguayos.