Inserción internacional y mejora de competitividad fueron puntos de convergencia en el debate, según expertos

Déficit > tema prioritario, insostenible e imposible de bajar como plantean los candidatos

Según Moya, economista de Oikos, la mayor convergencia en el debate entre Martínez y Lacalle Pou se dio en materia de apertura al mundo. Para Bonilla, director ejecutivo del CED, se añaden también la mejora de la competitividad y la recuperación del nivel de inversiones. Por su parte, Munyo, director del IEEM, concordó en la importancia de la inserción, y enfatizó en la significación del tema económico para el próximo gobierno.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

El miércoles se dio el primer debate presidencial obligatorio por ley en la historia del país. Daniel Martínez, candidato por el Frente Amplio (FA), y Luis Lacalle Pou, candidato por el Partido Nacional (PN), se enfrentaron una vez más.

Según lo dispuesto por la Corte Electoral, el primer bloque del encuentro fue sobre “desarrollo económico y empleo”. Esto abarcó temas como producción, relaciones laborales, infraestructura e inserción internacional.

En el tiempo dispuesto, Martínez hizo hincapié en la importancia de atraer nuevamente inversiones al país, de la mano de la capacitación de trabajadores. Por su parte, Lacalle Pou se refirió a la rebaja de tarifas en electricidad y combustibles, a la situación del agro y a la apertura hacia el mundo.

Tras esta instancia, CRÓNICAS dialogó con diversos economistas para analizar lo debatido en el primer segmento.

Nada para ver

Al compararlo con la edición anterior, el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), opinó que “arrojó un poco más de luz y de debate real”.

Así, Hernán Bonilla argumentó que hubo dos estrategias: una para el corto y otra para el largo plazo. La primera, que es donde se dio “la diferencia más marcada” entre ambos candidatos, fue en relación al déficit fiscal; mientras que el líder de la coalición propuso una reducción del gasto para atacar el alto déficit, el oficialista sostuvo que se puede hacer a través del crecimiento económico.

La segunda, en tanto, refirió a la necesidad de mejorar la competitividad, recuperar el nivel de inversiones, y así mejorar la economía. Para el experto, aquí es donde hubo más coincidencias.

Pablo Moya, economista de la consultora Oikos, concordó con Bonilla en cierto sentido; según expresó, en lo que refiere a la apertura al mundo, hubo “más acuerdos que divergencias”. Sin embargo, indicó también que no vio medidas concretas de parte de ninguno de los presidenciables.

“Propuestas yo no vi. Fueron anuncios, expresiones de deseo, sin mucho tecnicismo”, observó.

Mejoras para todos

Por su parte, Ignacio Munyo, se refirió a la importancia del tema económico para el próximo gobierno. Según el economista y director del IEEM de la Universidad de Montevideo (UM), esto se debe a que la economía “no está creciendo hace tiempo” y “necesita urgentemente” que vuelva la inversión productiva.

Si bien vendrán inversiones de la mano de la segunda planta de celulosa y obras asociadas -como el Ferrocarril Central-, Munyo consideró que no alcanzan para sostener un crecimiento continuo y generalizado de todos los sectores productivos en los próximos años.

De esta manera, el economista señaló que un aspecto “fundamental” de lo abordado en el debate fue la inserción internacional. “Tendría que darse un cambio en esta materia, con miras más profundas al resto de los mercados por fuera de la región”, añadió.

Otros temas debatidos fueron: la necesidad de una mejora en la productividad, optimizar la eficiencia de las empresas del Estado, disminuir costos de producción, corregir la regulación laboral y apuntalar las capacitaciones.

Bonilla coincidió en lo prioritario de la reforma en competitividad, aunque él puso el foco en  la atracción de inversiones para así repuntar la economía. En esta materia, también dijo que bajar tarifas para disminuir costos es “una buena idea”.

Moya, en tanto, opinó que la inserción internacional “es algo que ya no se discute”, pero que debe estar acompañada de una correcta capacitación.

No obstante, “uno puede abrirse al mundo, pero si no tiene a las personas capacitadas para atender la nueva demanda, no hace nada”, afirmó, haciendo énfasis en la efectividad de la formación para estar a nivel del mundo.


Atacando el déficit

En lo que respecta al problema del déficit fiscal, además de considerarlo un tema de discordancia entre candidatos, Bonilla lo tildó también como el tema prioritario entre los abordados.

Ante tal relevancia, Munyo recalcó que el nivel actual es insostenible, por lo que obligará al próximo gobierno a tomar medidas. A su parecer, se deberá hacer un “trabajo de microcirugía” por el lado de la reducción del gasto, para ver dónde y qué decisiones tomar.

De esta manera, Moya evaluó que el gasto sí se podrá bajar en el próximo período, pero “no de la forma sustancial” en que plantean los candidatos -ni ahorrar $900 millones en gastos, ni disminuir 2 puntos del PIB-. Esto se debe a que “es bastante rígida la baja”, detalló Moya, y sobre todo porque generaría también un efecto recesivo.

“Entonces, creo que podrá tener mejoras mínimas en el primer año y algo mayor en el segundo, para luego sí generar alguna disminución”, reflexionó finalmente.