“Llama la atención el tono con el que hablan los precandidatos, que buscan señalar lo que el otro hizo mal en lugar de proponer”

Eduardo Bottinelli, director de Factum

Si se toman en cuenta las preocupaciones que la población tenía en 2019 y se compara con la actualidad, la principal preocupación sigue siendo la seguridad pública. Así lo manifestó Eduardo Bottinelli en una entrevista que concedió a CRÓNICAS, en la que además afirmó que llama la atención el tono con el que hablan los precandidatos, que se empeñan en señalar lo que el otro hizo mal en lugar de proponer. Añadió que Yamandú Orsi “es uno de los políticos que tiene menor imagen negativa en el sistema político” y que al plantear la continuidad del gobierno en su precandidatura, Álvaro Delgado pierde fuerza porque no está brindando “algo distinto”. Fue contundente al establecer que el desafío más importante para el PC es diferenciarse del PN.

-¿Cómo evalúa esta prematura campaña?

-Recién está empezando, pero todo parece indicar que será una campaña centrada en los contrastes, para generar posicionamientos y comparaciones entre un gobierno y otro. Otra de las características que llama la atención es el tono con que hablan los precandidatos, que no están siendo constructivos, sino que buscan señalar lo que el otro hizo mal en lugar de proponer. Estamos viendo poca actitud propositiva. Hay algunas precandidaturas que están buscando posicionarse en el ámbito de la propuesta, pero todavía no se ven. Esto no quiere decir que no aparezcan después, pero todo parece indicar que el tono que están usando y las comparaciones entre uno y otro van a estar por encima de las propuestas.

-Tomando como punto de referencia la campaña de 2019 y teniendo en cuenta las principales preocupaciones de la población, ¿ve evolución en los temas tratados hace cinco años?

-Ha cambiado la preocupación por los temas económicos. Ya en 2019 había aumentado la preocupación por este tópico. La pandemia disparó esta preocupación por la economía y también por la salud, lo que hizo desaparecer de la agenda el tema de la seguridad pública. En la medida que la pandemia se retiró, la preocupación por la seguridad pública aumentó, y desde el segundo semestre de 2023 descendieron levemente las preocupaciones por la economía y aumentó la inquietud por la seguridad. Si se compara la actualidad con respecto a cinco años atrás, la principal preocupación sigue siendo la seguridad pública. Hay un cambio en el volumen de personas que tiene como principal inquietud la economía, mientras que la educación tuvo un leve aumento en términos de preocupación, que oscila dentro de un rango acotado.

-Con respecto a la interna del FA, ¿está de acuerdo con las afirmaciones de distintos especialistas que apuntan a que Yamandú Orsi cuenta con cierto favoritismo?

-Hoy en día, Orsi es el candidato que aparece mejor posicionado en términos de imagen y es uno de los políticos que tiene menor imagen negativa en el sistema político, lo que es algo importante. La incógnita es saber cuánto de esa imagen positiva -y sobre todo de la no negatividad- puede sostenerlo cuando ya está metido en una campaña electoral, porque esto despierta críticas de los opositores del FA. En la medida de que un político cambia de tapa y empieza a ser la cara visible de algo distinto para la población, de alguna forma se presenta esta posibilidad. Restan cuatro meses para las elecciones y las internas de junio son de voto voluntario, lo que para la interna del FA tiene un peso importante. Un punto de referencia son las elecciones internas del partido realizadas en 2021, donde el Partido Comunista le ganó levemente al Movimiento de Participación Popular (MPP) y donde votaron aproximadamente 130.000 personas. Hay que tener en cuenta cuántas personas van a ir a votar. Cuanta más gente vaya a votar, Orsi se verá favorecido, y cuanta menos gente concurra, la favorecida será Cosse. 

-¿Ve en Cosse un perfil más del paladar frenteamplista que el de Orsi?

-Para el sector más militante, sí. Igualmente, creo que hay matices. En principio, Cosse aparece más combativa y tiene un perfil personal más particular. Estamos frente a una interna que cambia el eje que se estaba dando en el último tiempo, donde la bandera del FA quedaba relegada, dado que en la actual aparece más presente. No creo que Cosse, en sí misma, sea lo que los frenteamplistas quieren. En todo caso sí se aproxima por estructura y por determinadas características de los apoyos con los que cuenta. Esto no significa que Orsi quede por fuera de esta lógica, pero ambos precandidatos tienen características personales y apoyos distintos, y por lo tanto reflejan distintas partes que conforman el FA.

-En cuanto a la interna del Partido Nacional (PN), Álvaro Delgado es quien se impone ampliamente en las encuestas. ¿Cómo ve a su contendiente Laura Raffo? ¿Tiene margen de crecimiento?

-Parece poco probable un escenario donde Laura Raffo termine ganando la interna del PN. Si bien hay antecedentes de precandidatos que se encontraban en segundo lugar y terminaron mejorando su posicionamiento, es algo que ocurre en determinado contexto. En este caso en particular no parecen estar dadas las condiciones para que se produzca este fenómeno y que Raffo, que está a aproximadamente 20 puntos de distancia de Delgado, revierta esta situación. Además, hay una cuestión de estructura, dado que el peso que tiene la candidatura de Delgado es importante, con la presencia que tiene Aire Fresco en el Poder Ejecutivo, la cantidad de ministerios que controla y el apoyo de 12 intendentes. Dentro de este diagrama, Raffo está buscando su lugar y ser algo distinto, para poder generar una nueva reacción, pero su base de estructura era el herrerismo, y el herrerismo está golpeado por el caso Penadés, y por la propia figura de Heber. También, en la interna del PN aparece Jorge Gandini con una visión distinta, pero sin posibilidades reales de ganar, que busca levantar las banderas tradicionales, que están desdibujadas en lo que expresan las precandidaturas del partido. 

-Delgado, en su precandidatura, plantea la continuidad del actual gobierno. ¿Considera que este mensaje es favorable al exsecretario de presidencia? ¿Cómo decodifica este discurso la población?

-La continuidad es todo lo que se hizo. En la medida de que todo lo realizado es evaluado positivamente, es un factor relevante y funcional a una campaña, pero no todo lo que hizo el gobierno tiene una evaluación positiva. Por lo tanto, la continuidad implica lo positivo y lo negativo. Hace unos días, Delgado puso el tema de la seguridad pública con mirada de preocupación y no de continuidad. Ya no es pura y dura continuidad, sino que apunta a que, en un tema que al gobierno le está costando, generar un matiz. Al plantear la continuidad del gobierno, Delgado pierde personalidad, porque no está brindando algo distinto que no sea continuar lo que hizo Lacalle Pou. Una cosa es continuar con un perfil ideológico y otra cosa es mimetizarse con una figura. La otra respuesta que siempre tiene que brindar una candidatura es la generación de algo nuevo, que de momento no está apareciendo en la precandidatura de Delgado. Plantear la reelección y la continuidad tiene muchos puntos a favor, pero presenta riesgos al pensar en los aspectos que no funcionaron del gobierno.

-En cuanto a Cabildo Abierto (CA) y el Partido Colorado (PC), ¿cómo ve la configuración de ambos partidos dentro de la coalición frente a un escenario de ballotage?

-El PC está atravesando una renovación muy grande en su elenco de candidaturas y un proceso de reperfilamiento de los grupos políticos, porque han ocurrido movimientos y separaciones. Hoy cada una de las seis candidaturas está presentando grupos que se han separado, y hay que ver si los seis precandidatos llegan al final. Desde el punto de vista del partido, en la actual coyuntura y habiendo sido un partido participante del gobierno, ¿qué es lo distinto que tiene el PC con respecto del PN? Y dado que se ha presentado durante todo el período de gobierno como el socio fiel y previsible del PN, mostró muy pocas diferencias a lo largo del gobierno. El desafío más importante para el PC es diferenciarse del PN. Por su parte, CA tiene desafíos importantes para reposicionarse en términos de opinión pública y de configuración interna. En determinado momento CA se posicionó como algo distinto al resto de partidos, pero no está claro el lugar que ocupará. Parece que elegirá integrar nuevamente la coalición, pero este último tiempo ha mostrado una intención de marcar diferencias dentro de la misma. Así como al PC le cuesta la diferenciación con el PN, a CA por momentos le cuesta ser crítico con el partido del presidente. Pensando hacia adelante, Guido Manini Ríos ha dicho que son parte de la coalición y que el interés está en seguir conformándola con determinados cambios de reglas, y esta fue una de las primeras cuestiones a las que se refirió Delgado también. Claramente la coalición pudo funcionar de la forma en que lo hizo por el estilo de liderazgo de Luis Lacalle Pou y porque el presidente tenía un capital político importante, que le permitía ciertas libertades, que no es el caso de Delgado. Delgado no tiene el capital político y el peso personal que sí posee Lacalle Pou.


La tercera parte de la población “no está enterada” de lo que sucede en la política y son quienes tienen “más probabilidad de cambar su voto”

-¿Cuál es el impacto real en el votante de las principales polémicas de este gobierno?

-Hay hechos que efectivamente llegan, pero lo que está claro que a quien llega primero los casos Penadés, Marset y Astesiano es a las personas más politizadas, que son quienes tienen más firme su elección, por lo que impactará relativamente poco en la intención de voto. Lo que se ha notado, pero hay que esperar para confirmarlo, es que de alguna forma la acumulación de escándalos ha impactado lentamente en la imagen del gobierno. Mientras antes teníamos una respuesta de que al presidente y al gobierno no le estaban afectando estos temas, al final del 2023 aparecieron determinadas señales que hacen pensar lo contrario. La duda es si el tema es la acumulación de casos o si es la segunda etapa del caso Marset lo que impacta en la percepción de los votantes. Veo probable que la segunda etapa del caso Marset, con la renuncia de Bustillo, Heber, Maciel y Lafluf, haya afectado directamente la imagen del gobierno. Lo que sí es cierto es que la tercera parte de la población no está enterada de lo que sucede en la política y es poco probable que este sector participe en las internas, pero sí va a participar en las elecciones y lo conforman aquellas personas que no tienen construida su identidad política y tienen más probabilidades de cambiar su voto.