“Lo que planteamos como interrogante es cómo se va a lograr ese 2,4% de crecimiento proyectado por el MEF”

ENTREVISTA

Martín Alesina, economista y coordinador de Investigación de Ceres

El Centro de Estudios de Realidad Económica y Social (Ceres) presentó un informe en el que plantea dudas acerca de la viabilidad fiscal y los supuestos de crecimiento de la economía plasmados en la Ley de Presupuesto. Al respecto, el economista Martín Alesina, investigador de la institución, resaltó en entrevista con CRÓNICAS que las proyecciones del Ejecutivo son optimistas y que se parte de un escenario de “muy baja competitividad”, para lo que no se prevé una mejora. Por otro lado, subrayó que producir y vivir en Uruguay es “muy caro”, lo que constituye un problema para atraer inversión.

-Un informe de Ceres plantea ciertas dudas sobre la viabilidad fiscal y los supuestos de crecimiento económico recogidos en la Ley de Presupuesto. ¿Dónde residen las principales preocupaciones?

-Nuestra idea fue ofrecer un análisis primario y plantear interrogantes que surgieron, para que se traten en el debate público y parlamentario en estos meses que tenemos por delante para la discusión. Lo que hicimos fue ver los supuestos macroeconómicos detrás del presupuesto, para que se puedan cumplir los objetivos de crecimiento y fiscales, sin hacer juicios de valor y mostrando qué es lo que Uruguay pudo dar cuando tuvo las mismas condiciones que se proyectan para estos años. Uruguay ya pasó, hace unos años, un contexto internacional con condiciones neutras, como se plantea que tendrá el país en el quinquenio, además de un escenario en el que no se presentan grandes inversiones. Lo que hicimos fue mirar cómo le fue a Uruguay cuando tuvo un escenario similar, y lo que vimos es que la economía creció 1% en promedio, teniendo años de escenarios neutros y sin grandes inversiones. Y eso es lo que vemos hacia adelante. Sin embargo, en el presupuesto la estimación proyectada para el crecimiento promedio anual es del 2,4%. Entonces, ojalá se logre alcanzar ese crecimiento con inversiones y mejoras en las exportaciones, pero lo que observamos y planteamos como interrogante es cómo se va a lograr ese 2,4%, porque ya sabemos lo que Uruguay puede dar cuando tiene un escenario como el que se proyecta.

-¿Son supuestos optimistas los que plantea el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en el presupuesto?

-Sí, son supuestos optimistas, viendo el escenario al que Uruguay se va a enfrentar y que no se proyectan grandes inversiones, tomando en cuenta los números del presupuesto. Eso es la base para hacer cumplir las proyecciones fiscales, que es de una mejora en el resultado fiscal a lo largo del quinquenio. El otro aspecto donde ponemos la lupa es cómo se van a lograr los objetivos y la magnitud de la recaudación proyectada por mayores impuestos. No queremos entrar en la discusión sobre si son o no son nuevos impuestos, sino en los cambios que se presentan y cómo se va a lograr el incremento en la recaudación que se proyecta, que son unos US$ 600 millones aproximadamente al año por los cambios normativos del Impuesto Mínimo Global, el gravamen a los depósitos de uruguayos en el exterior y lo que se llama el impuesto Temu. Además, hay un monto de recaudación similar por mejoras en la eficiencia de la recaudación de la Dirección General Impositiva (DGI). Entonces, hablando con actores del sector sobre el tema de impuestos y viendo lo que son las series históricas de la DGI, planteamos la interrogante de si efectivamente ese número se podrá cumplir y que, en caso de no cumplirse, será sensible en cuanto a los objetivos fiscales planteados por el gobierno. Es muy importante el incremento en la recaudación proyectada porque, en caso de que no se materialice, se vería afectada la proyección de déficit fiscal.

-¿Qué tan atada está la economía uruguaya a las inversiones para poder crecer?

-Muy (atada), porque no tenemos otros factores que nos empujen con esa magnitud. Si se mira por dónde puede venir el crecimiento a largo plazo, más allá de los factores de corto y medio plazo como puede ser una buena temporada turística, se debe mirar y mejorar principalmente la productividad, que es algo que en Uruguay ha sido una constante y no se ven cambios en el corto y mediano plazo. Por otro lado, el país debe mejorar su capital humano, tanto en calidad como en cantidad. En cantidad ya sabemos que no será posible, por las condiciones demográficas que tiene Uruguay, y en calidad, el sistema educativo tampoco presenta grandes cambios que puedan representar un salto a la brevedad. Lo que queda, para dar un salto en el crecimiento, es la inversión. La inversión pública va a ser importante en el período, sobre todo en infraestructura, pero no es lo que va a dar el salto, como sí lo es la inversión privada. Por eso, cuando se dice que hay que crecer, siempre se mira directamente a la inversión, incluso es lo planteado por el MEF, de llegar a un ratio de inversión sobre Producto Interno Bruto (PIB) del 20%, que es lo que permitiría dar el salto en el crecimiento. Sin embargo, lo que vemos es que las estimaciones del MEF en el presupuesto rondarían en una inversión en el período en el entorno del 17% del PIB. Entonces, cuando se hace este razonamiento, se piensa desde dónde puede venir el crecimiento y se focaliza la atención solamente en la inversión, pero las proyecciones oficiales muestran que no hay un salto en los números, como sí lo hubo en el anterior quinquenio. De allí, la pregunta que surge es cómo se va a lograr lo que se propone. Tal vez, en el correr del período se terminan configurando megainversiones en energías renovables, por ejemplo, que por precaución no se pusieron en el presupuesto, o la suma de otras inversiones medianas, pero no es lo que muestran los números presentados.

-¿Qué otros factores, por fuera de lo que son las inversiones, serán determinantes en este contexto y en este período a la hora de hablar de crecimiento?

-Hay sectores que pueden empujar. Hemos visto anuncios e intenciones en el marco del presupuesto, de dar empujes a nivel sectorial, como el hecho de mejorar regulaciones para permitir una expansión en el uso del riego en el sector agropecuario. Si se configura y se expande de manera significativa, tendría un incremento en la productividad y en la producción muy grande, que generaría un aumento en la actividad. Por otro lado, se ha mostrado la intención de, muy de a poco, mejorar la promoción turística del país, para dar a conocer más el país y que el turismo genere un aporte mayor a la economía, que hoy ronda en el 6%, pero en 2017 fue el 8,4%. En el sector turístico hay espacio de mejora y se podría pensar en una ayuda. También se han visto políticas de favorecer a las pymes con descuentos impositivos y, por ese lado, también se buscan medidas de apoyo a este segmento, que son el 99% de las empresas y que muchas veces quedan relegadas. Entonces, hay varias líneas que el gobierno proyecta. Las inversiones públicas de infraestructura son aspectos para tener en cuenta, porque todo lo que se mueve alrededor de eso termina generando ciertas mejoras, que pueden generar empujes que no serían en sí mismo un incremento en la inversión, pero que sí pueden configurarse en una mayor actividad. Otro punto importante es tener una mejora en la política exterior. Cuando se generan mejoras en cómo se vende a Uruguay en el mundo y en la presencia en el exterior, para poder hacer efectivos ciertos acuerdos comerciales, a la larga, deriva en más producción y más actividad económica, porque hay más gente a quien venderle.

-Otro de los puntos que señala el informe de Ceres es la baja competitividad, específicamente para el sector exportador. ¿Las medidas presentadas por el MEF son suficientes para atacar esta problemática?

-El paquete de medidas, sobre todo el primer anuncio de las 13 medidas, creemos firmemente que va en la dirección correcta. Pero, para que eso se configure en un cambio significativo de la ecuación de costos, debe haber mucho más de este tipo de medidas. Creemos que la magnitud en la que pueden impactar las medidas anunciadas es importante, pero todavía no es definitiva para poder validar los problemas de competitividad que hay. Se debe profundizar, entendemos que el MEF seguirá en esta línea de acuerdo con las declaraciones de las autoridades, pero se hace muy necesario atender este tema. Se parte de un escenario de muy baja competitividad y se proyecta que no va a mejorar, al menos cuando se mira el dólar, el dólar internacional y la inflación. En definitiva, es muy necesario profundizar en la dirección de estas medidas anunciadas.

-¿En qué medidas concretas piensa que se debe profundizar?

-En la simplificación de las regulaciones. Producir y vivir en Uruguay es muy caro y eso tiene problemas para atraer inversión y para las empresas ya instaladas. Buena parte de eso se explica por regulaciones, que muchas están obsoletas, duplicadas y fragmentadas, que fueron creadas con buenas intenciones, pero que con el tiempo se fueron creando intereses a su alrededor, como las regulaciones de la importación, que es un claro ejemplo de algo que termina derivando en márgenes cuasimonopólicos para importadores y, por consiguiente, en precios al consumo más altos. Entonces, atacar esas regulaciones, que es el espíritu del primer anuncio del MEF, es importante y es necesario. Ese debe ser el norte para lograr realmente hacer una economía más atractiva y alivianar un poco el costo de vida de los uruguayos.


“Si Uruguay crece al 1,1% como en la última década, eso traería un empeoramiento en el resultado fiscal”

-Ceres plantea una trayectoria del déficit fiscal diferente a la que planteó el MEF. ¿En qué se sustentan?

-Nosotros planteamos que esa sería la trayectoria fiscal si la economía creciera como lo hizo en la última década. El escenario era ciertamente optimista, para mostrar lo atado que está el resultado fiscal a la cifra de crecimiento, planteamos que, si Uruguay crece al 1,1% como en la última década, eso traería un empeoramiento en el resultado fiscal de casi un punto al final del período. En eso está basada nuestra estimación.


“El gasto público todavía tiene mucho espacio para mejorar su eficiencia”

-Una de las afirmaciones más contundentes del informe de Ceres es que el presupuesto enfrenta desafíos estructurales, como la fragmentación institucional, la superposición de cometidos y la dilución de responsabilidades. ¿A qué apuntan con esto específicamente?

-En 2024 hicimos un informe, con el que analizamos la efectividad del gasto público. En este presupuesto se proyecta que el gasto público, en términos reales, se incrementará 10% al final del período. Si bien hay muchas áreas que necesitan atención adicional, lo que es correcto, creemos que el gasto público todavía tiene mucho espacio para mejorar su eficiencia, porque hemos estudiado que en varias áreas hay programas y unidades ejecutoras que se superponen. Hay objetivos duplicados, programas fragmentados entre las áreas y varias cosas que se pisan o que están obsoletas. Todo esto es gasto ineficiente y muchas veces complejiza la concreción de objetivos.