Juan Castillo, ministro de Trabajo y Seguridad Social
El mundo del trabajo atraviesa transformaciones aceleradas, impulsadas por los avances tecnológicos, lo cual genera incertidumbre y requiere un debate profundo. En este escenario, la informalidad, el vínculo laboral poco claro y el desafío del empleo juvenil, configuran retos que demandan nuevas políticas.
¿Cuáles son las principales transformaciones que se han dado en el mundo del trabajo en los últimos 15 años?
El mundo del trabajo siempre está en proceso de transformación, permanentemente. La gran diferencia es la velocidad en la cual hoy se procesan esos cambios. Pensemos juntos. La revolución industrial fue un cambio inimaginable para la época, tanto fue así, que obligó a pensar en profundidad la relación entre el capital y el trabajo. Hoy estamos en una situación similar pero diferente, similar pues se potencia esa contradicción y diferente pues la velocidad de los cambios limita respuestas organizadas y pensadas.
La tecnología y la robotización se visualizan como ventajas para el capital. Me permito reflexionar sobre este tema. Siempre las herramientas tienen utilidades múltiples. Estoy convencido de que la tecnología en manos únicamente del mercado se utilizará para aumentar la acumulación. Por otro lado, si existe un control estatal o social esa herramienta puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos. Hay diferentes planteos teóricos sobre cómo atender el avance tecnológico y su impacto en el mundo del trabajo, ejemplo de ello es el planteo de una renta básica universal.
Si Karl Marx confrontó a quienes en la revolución industrial pretendían romper las máquinas, ¿por qué yo, que me defino marxista, estaría en contra de pensar en la tecnología como una herramienta transformadora de la sociedad y utilizable para generar una mejor distribución de la riqueza? Ahora, si me preguntan si tengo claro cómo transitar ese camino, mi respuesta es no. Igualmente, creo que es un debate que no estamos dando en profundidad, que es necesario embarcarnos en esta discusión. Y cuando digo embarcarnos, me refiero a todos los actores del mundo del trabajo, trabajadores y trabajadoras, empleadores y empleadoras, los gobiernos, la academia, entre otros.
Me resulta complejo definir qué pasó o qué cambió en los últimos 15 años, creo que es difícil acotarlo en años, estoy convencido de que es un proceso que se agudiza día a día y no podemos simplemente ser espectadores.
¿Qué evaluación hace de la situación actual del mercado laboral?
Considero, como venía diciendo, que se están generando cambios sustanciales, me refiero ahora al vínculo laboral. En la pregunta anterior me preguntabas sobre los cambios en los últimos 15 años y concentré mi respuesta en los avances tecnológicos que impactan sobre el mundo del trabajo. En los últimos años la tecnología permite algo que antes no era común ni sencillo. Los patrones o empleadores son desconocidos, no se sabe quién es el dueño de tal o cual aplicación y ese es un tema en discusión a nivel global.
En la última Conferencia Internacional del Trabajo —la 113°— se discutió sobre las y los trabajadores de plataformas. El gran tema era definir la relación de dependencia, en síntesis, los trabajadores y muchos gobiernos, la mayoría, querían que quedara clara la relación de dependencia y que no fuera un algoritmo quien ejercía como patrón. Por otro lado, los empleadores y no incluyo a todos, conjuntamente con algunos gobiernos, poderosos, por cierto, no estaban de acuerdo en la realización de un convenio y una reglamentación que permitiera ordenar y dejar algunos temas definidos y no supeditados a normas nacionales.
Ante esto, considero que la situación del mercado laboral está en un proceso de transformación de dimensiones inimaginables hace 40 años.
En nuestro país tenemos algunos problemas que se ven a simple vista, hay mucho empleo de protección y vemos la necesidad de generar más y mejor empleo de calidad. Y esto tiene que ver con la mejora salarial, pero también con la durabilidad del empleo y la formación de las y los trabajadores. Hoy un porcentaje importante de los jóvenes no piensan en un trabajo para toda la vida, entre sus objetivos está cambiar de empleo y eso no les resulta traumático. De cualquier manera, no es posible que ese cambio sea igual para todas las personas, por eso estamos convencidos de la necesidad de fortalecer la formación para que todas y todos tengan las mismas posibilidades.
¿Cómo ha visto los impactos que ha tenido en el mercado de trabajo la disrupción de la inteligencia artificial (IA) y qué se proyecta a futuro?
Es una gran interrogante que está muy vinculada a las respuestas anteriores. En pocas palabras te diría que los cambios son muy importantes y que generan mucha incertidumbre. La importancia radica en la diversidad de sectores en los que impacta. Quiero hacer un poco de historia. A fines de la década del 60 se instaló en Londres el primer cajero automático, 60 años después en la banca es una herramienta que casi no se utiliza, principalmente porque cada día se utiliza menos efectivo para realizar transacciones. Esa cantidad de años para cambios sustanciales se reducen con la utilización de la IA.
Mucha gente hoy día utiliza la IA para tener respuestas rápidas a preguntas concretas. El problema es cuando eso se utiliza para simplificar la realidad, para creer que todo es instantáneo y que las respuestas a nuestros problemas y vicisitudes las resuelve la IA. Obvio que no soy experto en IA y tampoco soy consumidor de esa herramienta, esto no quiere decir que no tenga en claro la importancia de la temática. La IA nos presenta desafíos y oportunidades, pero, por sobre todo, necesita seriedad en la discusión de sus impactos sobre el mundo del trabajo. Y, por lo tanto, elaborar herramientas para regularla y reglamentarla.
¿Qué políticas concretas se piensan impulsar para mejorar el empleo juvenil?
Para nosotros el tema del empleo juvenil es una prioridad. Existen algunas ideas que estamos trabajando para llevar adelante. Por un lado, planteamos un aumento de cupos del programa “Yo estudio y trabajo”. El objetivo es triplicar los cupos. Pasar de 700 a 2000 lugares de trabajo para las y los jóvenes. Esto estará enfocado en los cuidados, buscando asegurar espacios de cuidados para jóvenes con hijos a cargo. Creemos que hay que avanzar en la existencia de una beca monetaria para que una cantidad importante de jóvenes en situación de vulnerabilidad puedan ir a trabajar, esto les permitirá acceder a cosas básicas como un carné de salud, vestimenta, poder pagarse el boleto, entre otras cosas.
Además, es importante darles impulso a los emprendimientos juveniles en coordinación con la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE). Esta agencia tiene llegada a todo el territorio nacional a través de los Centros Pyme. Acá el efecto buscado es doble, por un lado, que los jóvenes puedan emprender y, por otro, que aquellos más complicados para conseguir trabajo encuentren en los oficios a emprender una salida laboral. Conjuntamente con esto consideramos importante la formación en cooperativismo, esto para impulsar emprendimientos colectivos por encima de cruzadas individuales.
La modificación de la Ley de Promoción del Empleo con foco en mujeres jóvenes es relevante. Se esperaban 8000 contratos por año en total y fueron 3500. Acá los apoyos van desde subsidio al salario, exoneración de aportes patronales a las empresas que luego de un año contraten a la joven e impulso a la formación dual, trabajando al interior de la empresa. Acá es fundamental llegar a las micro, pequeñas y medianas empresas que hoy casi no usan la herramienta por diversas restricciones y representan el 70% de la generación de empleo. Estas son algunas ideas que estamos trabajando con el equipo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.