Fue el partido más votado en las elecciones internas del pasado domingo 30 de junio, y su candidato electo, Luis Lacalle Pou, apunta a buscar acuerdos con otros partidos de la oposición, con el propósito de liderar una posible coalición de gobierno en el próximo período. En entrevista con CRÓNICAS, el excanciller Sergio Abreu, hizo énfasis en la necesidad de generar un proyecto de país basado en la coordinación hacia afuera, a diferencia de lo que hizo el Frente Amplio (FA), que “se cerró en su mayoría absoluta”.
Con casi 450.000 votos obtenidos y contra todos los pronósticos, el Partido Nacional (PN) culminó la noche del pasado domingo con el anuncio de su fórmula hacia la elección nacional de octubre, con la presencia de todos sus precandidatos en el estrado montado fuera de la sede nacionalista. Minutos antes, Lacalle Pou había conseguido la aprobación de Jorge Larrañaga, Juan Sartori, Enrique Antía y Carlos Iafigliola, para impulsar a la exdiputada Beatriz Argimón como candidata a la Vicepresidencia.
De esa forma, mientras el FA y el Partido Colorado (PC) continúan sumidos en la discusión por el postulante a vicepresidente, los blancos cerraron una fórmula paritaria en señal de unidad partidaria, con una mujer de larga trayectoria política y parlamentaria, que ha sabido articular con otros partidos desde ese ámbito y también como presidenta del Directorio blanco.
Sergio Abreu, quien fuera canciller durante el gobierno del expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, y que se ha dedicado en los últimos tiempos a asesorar al PN en materia de política exterior, se mostró complacido con la designación de Argimón, en el entendido de que ella tiene gran capacidad de negociación, lo que será fundamental en el quinquenio que viene dadas las altas probabilidades de que no haya mayorías parlamentarias.
Así, resaltó la importancia de preparar un nuevo gobierno de mayorías relativas, y dijo que quien lo comande, que eventualmente puede ser el PN, necesitará tener un respaldo legislativo importante. A lograr ese objetivo se van a abocar en los próximos meses.
“Es importante desarrollar un proyecto de país alternativo al FA, para eso tenemos que contribuir todos. Yo soy un hombre de partido y no hay democracia fuerte con partidos débiles”, señaló en diálogo con CRÓNICAS. Hace algunos meses Abreu se incorporó a la lista 40, de los legisladores Javier García y Rodrigo Goñi, que fue la segunda más votada del sector Todos. En octubre será candidato a senador, y explicó que “tenemos que tener un buen presidente con un buen Senado”, puesto que “las mayorías relativas que se van a plantear en el próximo gobierno deberán tener un respaldo legislativo muy profesional y muy sólido”.
Considerando los resultados de las primarias, mantiene buenas expectativas con respecto a la votación nacional, ya que, en su opinión, quedó demostrado que “la gente quiere otro modelo” al haber elegido tanto a Lacalle Pou como a Ernesto Talvi (por el PC). “La visión que tienen ellos dos es de mucha más integración en las coincidencias programáticas y en la conducción del país. Nosotros necesitamos una construcción administrada, no una gestión impuesta como ha hecho el FA, que se cerró en su mayoría absoluta y comprometió seriamente la imagen de Uruguay”, puntualizó.
“El equipo de gobierno es fundamental, Luis lo tiene y también va a negociar con los otros; lo veo muy preparado para el trabajo que habrá que hacer a partir de ahora”, sostuvo, y agregó que el hecho de que haya ganado Talvi en la interna colorada también es muy relevante por su conocimiento técnico de los temas.
En busca de consensos
Uno de los mensajes que dio Lacalle Pou en su discurso de la noche del domingo fue que, con la mira puesta en un eventual balotaje, en estos meses los blancos se dedicarán, una vez culminado su programa único de gobierno, a buscar coincidencias en diversas áreas con partidos opositores. Inclusive, adelantó que ya se había comunicado con los candidatos Talvi, Pablo Mieres (Partido Independiente), Edgardo Novick (Partido de la Gente) y Guido Manini Ríos (Cabildo Abierto).
Educación, seguridad y empleo son los temas que por lo general mencionan los aspirantes a presidente como las grandes preocupaciones a abordar y tratar en forma conjunta. De todos modos, para Abreu hay otros asuntos a tener en cuenta, relacionados con la inserción internacional de Uruguay. Entre ellos, el comercio exterior, la integración, el tratado entre el Mercosur y la Unión Europea, la proyección geográfica del país en materia geopolítica, la navegabilidad, el puerto de Montevideo y una política activa de fronteras.
“Todo eso que tenemos que ir impulsando está en el proyecto de Luis, pero tenemos que conformar un equipo para que en el momento de asumir la Presidencia –si nos toca-, el cronograma de ejecución sea exacto y bien definido con un presidente que lo dirija”, expresó. Actualmente, Abreu colabora con los grupos de estudio, con la juventud blanca y con los equipos de trabajo del partido en pos de llegar a ese fin.
En la misma línea, remarcó que se deberán buscar puntos de conexión con otros partidos para poder elaborar políticas de Estado en temas muy puntuales de la política exterior, comercial, de fronteras y ambiental. “En eso estoy tratando de impulsar un relacionamiento externo más dinámico, más moderno, de negociaciones, de apertura de la economía, y una vinculación con el Mercosur que nos permita también tener cierta libertad para poder celebrar acuerdos con otros países”, reflexionó.
Un acuerdo sin precedentes que traerá oportunidades
Luego de más de 20 años de un proceso que parece estar cerca de conseguir su cometido, finalmente el pasado viernes 28 concluyeron, en Bruselas, las negociaciones para firmar un Acuerdo de Asociación Estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea. Si bien todavía resta que los países miembros ratifiquen la firma, Abreu indicó que se logró dar un paso muy positivo.
“Esto es un hecho político y un hecho comercial. Los dos [bloques] lo necesitaban… Dentro del Mercosur, no solo nosotros, sino en particular Brasil y Argentina, que fueron los que decidieron el último impulso en la reunión de Macri con Bolsonaro. Y Europa también, porque a raíz de todas las dificultades que tiene el brexit, precisaba dar una señal en materia de relacionamiento exterior, en el marco de una crisis del multilateralismo y de una guerra comercial en la que los lineamientos y las decisiones son unilaterales o bilaterales, como el caso de Estados Unidos y China”, argumentó.
Además, el especialista aseguró que este histórico tratado va a tener una repercusión fuerte en toda la cadena agropecuaria uruguaya, así como en las oportunidades de acceso a mercados. “Mi preocupación es cómo rescatamos la competitividad del país, que la tenemos comprometida seriamente. Todo eso hay que verlo y conversarlo con los otros partidos, a diferencia de lo que ha hecho el gobierno hasta ahora, que no ha hablado con nadie”, concluyó.