Exintegrantes de Un Solo Uruguay aducen falta de voluntad del sistema político y buscan conformar nueva alternativa electoral

Nace agrupación denominada Por los Cambios Necesarios (PCN)

El movimiento de Un Solo Uruguay ya araña los seis años. Si bien algunos de sus miembros, como José Luis de Armas y Ricardo García Pintos, piensan continuar en esta línea de participación por la sociedad civil, otros, como Guillermo Franchi, decidieron separarse para crear un partido, e intentar incidir por la vía partidaria. En diálogo con CRÓNICAS, compartieron sus perspectivas. Franchi expresó que el foco estará en la reducción del aparato estatal, un impulso a las pymes y una disminución en el costo de vida y producción en el Uruguay.

Con el sexto aniversario del movimiento en la mira, a celebrarse el 23 de enero en la localidad de Mal Abrigo en San José, las posturas disidentes de algunos de sus miembros llevaron a la conformación de un nuevo partido. En diálogo con CRÓNICAS, Guillermo Franchi explicó que la motivación para la creación de un nuevo partido Por los Cambios Necesarios (PCN) -en lugar de insertarse a uno existente-, surge de que “la estructura que han ido generando todos los partidos políticos es justamente la causa del problema”. El problema principal, según el nuevo sector político, radica en el “sobredimensionamiento” del Estado a nivel burocrático. Si bien Franchi advirtió que la propuesta no sería publicada por completo hasta que el partido esté habilitado de manera oficial, destacó que el eje central de su campaña será en “la reducción del costo del Estado, que es lo que termina ocasionando que Uruguay sea el país más caro de toda la región para vivir y producir”. 

Puntualmente, Franchi y sus copartidarios identifican el “gasto excesivo” del Estado en “el costo político”, que “es lo que genera el déficit fiscal que venimos arrastrando desde fines de la década del 50”, y es algo que “ninguno de los partidos que ha estado en el gobierno ha solucionado”. Algunos de los objetivos enumerados por Franchi fueron la eliminación de “amiguismos” y de la “permanencia indefinida” de personas en cargos públicos. Una propuesta que ejemplificó como posible solución a esto fue la de imponer un límite máximo de años de permanencia en el puesto, y que luego de un período de gobierno tenga que necesariamente haber un recambio “para que la persona vuelva al ámbito privado y no pierda contacto con la realidad privada”.

Una aclaración

Sin embargo, Franchi fue cauteloso en aclarar que con la reducción del Estado no se refería a la reducción presupuestal en materia de educación, salud, o seguridad, sino que hace alusión principalmente a “disminuir el costo innecesario a nivel político”. “Nosotros creemos que sí mueve la aguja la reducción del gasto público, y tenemos el anhelo de reducir el déficit fiscal hasta eliminarlo y llegar a un superávit fiscal, con el objetivo final de disminuir el costo de vida de la gente y el costo de producción”, argumentó Franchi.

El ingeniero agrónomo apuntó que la meta del PCN es la de “terminar con la maraña de organismos que generan una burocracia tremenda, con trámites y actividades que se superponen duplicando a veces los requerimientos para ciertos desarrollos en cualquier actividad”. Como ejemplo de estos organismos creados de manera “innecesaria” mencionó las alcaldías, implementadas en la época del Frente Amplio, y la creación del Ministerio de Ambiente y la designación de 13 direcciones de género en los ministerios por parte del actual gobierno de coalición.

Si bien insistió en la necesidad de esta reducción del Estado, advirtió que “Uruguay es un país muy chico”, por lo que no sería prudente aplicar “estas ideas libertarias absolutas” a nuestro país. “Estamos pegados a dos potencias que producen exactamente lo mismo que nosotros, entonces no podemos decir que el mercado debe solucionar todo. Si así fuera, Argentina y Brasil nos comen en dos panes”, aclaró Franchi.

Aun así, declaró que desde el PCN creen en la libre competencia, y sobre todo en “la igualdad de oportunidades para las empresas”, sean pymes o mega empresas. El ingeniero agrónomo recordó que el 99% de las empresas en Uruguay son mini, pequeñas o medianas empresas, y sin embargo “se generan beneficios permanentemente para las grandes superficies y mega emprendimientos multinacionales”, como UPM o Montes del Plata, mientras que “no hay negaciones tributarias para la inversión en pymes”.

La relación con Un Solo Uruguay

Con respecto a Un Solo Uruguay, Franchi comentó que si bien se escindieron y son una entidad totalmente diferente, continuarán en diálogo con la organización, porque “tiene que haber diálogo con todo el mundo, sobre todo con las organizaciones civiles, que justamente es lo que el sistema político actual no atiende”. “No hay inconveniente ninguno con el movimiento, son caminos separados. Esto lo discutimos por años, y personalmente me opuse siempre a dar el paso hacia la política, pero seis años de trabajo en el movimiento me demostraron que en el sistema político sólo discuten entre políticos”, concluyó Franchi.

En diálogo con CRÓNICAS, José Luis de Armas, que continúa integrando Un Solo Uruguay, comentó que ven la separación de este grupo para hacer política “como algo normal”, y expresó que “desde la organización una cosa que siempre defendimos es la libertad de las personas de hacer lo que quieran, siempre que sea dentro de la ley”.

Por su parte, Ricardo García Pintos, que también integra aún Un Solo Uruguay, en conversación con CRÓNICAS felicitó al nuevo partido, pero opinó que “la gran mayoría de USU tiene su esperanza en el movimiento social y no en el movimiento político partidario”. Discrepó con Franchi en que la vía partidaria fuera la más adecuada. “La vía más rápida es el movimiento social, la vía política es lenta, porque los expone a que los devore el resto del sistema político. Quedan en una amplia minoría”, comentó.

Consultado por si comparten el sentimiento de frustración por parte de los miembros fundadores del PCN ante la falta de voluntad del sistema político partidario, de Armas descartó llamarlo “frustración”, porque “nosotros siempre dijimos que los cambios no se podían dar de un día para el otro”, y “lo primero que había que conquistar era la cabeza de la gente, que no es cosa fácil”.

Aun así, el integrante del movimiento admitió que hubo “un gran desaire” con respecto al gobierno de coalición. “Les presentamos igual que al gobierno del Frente Amplio un montón de documentos, pero tampoco conversaron con nosotros ni nos escucharon”, expresó de Armas, y agregó que “si no se dan las discusiones, el cambio es imposible”.

En cuanto al futuro de Un Solo Uruguay, de Armas mencionó que el principal reclamo continúa siendo la misma, porque “los cambios que pedimos no se han dado”. En forma similar a sus excompañeros del movimiento, de Armas expresó que la prioridad número uno para Un Solo Uruguay es lograr “reducir el peso del Estado”. “Eso genera unos costos desmedidos en la cadena productiva y hace que las pymes no tengan aire, y a su vez se fortalezcan cada vez más las multinacionales”, concluyó de Armas.

Por su parte, García Pintos enumeró los tres factores que son prioridad para la organización: “achicar el Estado, aumentar la producción y generar el marco legal para que se cumplan los acuerdos”.

De cara a las elecciones

Sobre las expectativas para esta campaña, el ingeniero expresó que una gran meta es “que la gente entienda la propuesta que tenemos y los planteos que hacemos”. Franchi reflexionó que si bien la gente tiene un entendimiento más profundo de otros aspectos, la economía es un tema muy complejo, por lo que se plantean “buscar una manera de transmitir la propuesta de una forma en que la gente entienda cómo esto repercute directamente en el bolsillo de cada uno”.

Si bien el partido ya está fundado y los trámites están en proceso en la Corte Electoral, aún resta esperar a que la misma publique la resolución que habilite al partido a presentarse a las próximas elecciones. Según Franchi, el PCN ya consiguió las firmas necesarias, que comprenden al 0,5% del padrón electoral -1.350 personas-, pero la Corte aún está cotejando los números, por lo que siguen recolectando firmas.