Hierro López: “Estamos acostumbrados a que las coaliciones duren unos meses, pero ahora planteamos una coalición de cinco años”

Luis Hierro López fue protagonista de la última coalición de gobierno que tuvo el país. Acompañó al fallecido expresidente Jorge Batlle en la fórmula colorada y ejerció el cargo de vicepresidente durante el período 2000-2005. Aunque recuerda los momentos duros, donde tras la crisis del 2002 se dio la renuncia de los ministros blancos, es optimista con respecto a la alianza opositora que se ha conformado hacia la segunda vuelta.

Desde mucho antes de la elección interna, al igual que lo hizo el nacionalista Luis Lacalle Pou, el expresidente por el Partido Colorado (PC), Julio María Sanguinetti, había comenzado a dar señales en dirección a la necesidad de que la oposición se juntara para conformar un gobierno de coalición.

Con ese mismo criterio, hoy es la colectividad colorada en su totalidad la que da el aval en forma oficial para ser parte de ese acuerdo, que encabezaría el Partido Nacional (PN).

Ese camino es visto con buenos ojos por el exvicepresidente Luis Hierro López, quien se refirió favorablemente al proceso que está liderando el candidato blanco, tanto en los encuentros con los otros socios, como en la elaboración del documento común que contiene las propuestas a implementar en caso de que gane en noviembre.

El propósito de Lacalle Pou es, como lo dijo en la sede del PC el pasado 30 de octubre, no una coalición electoral, sino de gobierno, y que funcione durante los cinco años que conlleva un período.

Hierro López conversó al respecto con CRÓNICAS, y afirmó que “estamos acostumbrados a que las coaliciones duren unos pocos meses porque después prevalecen los intereses de los partidos políticos que las integran, pero lo que se está planteando ahora es una coalición de cinco años y los intereses o reclamos de los partidos no tienen que entorpecer la acción del gobierno”.

Si bien es positivo en relación a la posibilidad de concretar esa coalición, admitió que es muy difícil armar el “rompecabezas”, puesto que son cinco los partidos que la conformarían y no dos, como sucedió en el 99.

A su vez, sostuvo que el planteo que se ha hecho a partir del documento programático es verosímil, y los partidos modernos y responsables que tienen vocación de servicio público, deben trabajar más sobre las coincidencias y no tanto sobre las diferencias.

“Lo que todos advertimos es que el país tiene un enorme desafío institucional, social, intelectual y político, porque está muy mal. Estamos atravesando una situación que no es de crisis pero es de profunda decadencia, y tanto en materia productiva como educativa, el esfuerzo que va a tener que hacer Uruguay es enorme”, puntualizó. Agregó que el Frente Amplio (FA) no está en condiciones de lograrlo porque quedó, por su propia voluntad, aislado de los otros partidos políticos y, de esa manera, dinamitó los puentes de entendimiento con los demás.

En referencia al documento acordado por todas las partes, cuya elaboración estuvo a cargo del asesor nacionalista Pablo da Silveira, Hierro López comentó que los temas son los que están arriba de la mesa de la agenda nacional, destacando la reforma educativa –donde los aportes de EDUY21 van a ser fundamentales- y la transformación de la seguridad pública.

El dirigente le augura un buen futuro al funcionamiento de la coalición, teniendo en cuenta que el ánimo de Lacalle Pou es de entendimiento y le dará al país un rumbo alejado de la confrontación. De todas formas, criticó que “la vicepresidenta de la República ya está amenazando con descontentos y Fenapes declara la guerra de antemano; ese espíritu bélico hay que tratar de superarlo rápidamente. Deseo que estén a la altura de superarlo, pero estos anuncios ya son catastrofistas”.

Coalición fallida pero necesaria

El representante colorado recordó su experiencia en el gobierno de coalición en el que fue vicepresidente y los pasos previos a su conformación. La elección fue el 31 de octubre del 99 y el proceso de acuerdos fue más fácil que el actual, admite, porque el consenso entre el PN y el PC alcanzaba para obtener mayorías, mientras que hoy se requiere de la colaboración de más partidos.

El 3 de noviembre de ese año, con Jorge Batlle visitaron la sede nacionalista, donde realizaron un planteo general respecto a la orientación del futuro gobierno. Allí se creó un equipo de trabajo bipartidario, con delegados de ambas fuerzas políticas, para redactar un documento conjunto, que se hizo efectivo una semana después, el 10 de noviembre. Con esos antecedentes, el PN invitó –igual que está haciendo ahora el PC- a votar la fórmula Batlle-Hierro, que terminó ganando el balotaje.

En el gabinete del 1º de marzo del año 2000, había cinco ministros blancos: Álvaro Alonso (Trabajo), Sergio Abreu (Industria), Antonio Mercader (Educación), Jaime Trobo (Deporte) y Carlos Cat (Vivienda). Hasta junio de 2002, el gobierno fue de coalición. Además de una gestión común en el Poder Ejecutivo, había una acción conjunta a nivel parlamentario.

Sin embargo, cuando se presentó la crisis del año 2002, el PN reclamaba el cambio del ministro de Economía, Alberto Bensión, y de las autoridades del Banco Central. “Ese fue un reclamo que el presidente Batlle trató de estirar lo máximo posible pero que le generó una diferencia de criterio con el Directorio del PN, y la consecuencia fue la renuncia de los ministros blancos”, rememoró el exjerarca. “Visto en perspectiva, la solicitud del PN parecía razonable o ajustada a lo que estaba viviendo el país, porque había colorados que también pedían la renuncia del equipo económico”, añadió.

De todas formas, sin cargos en el gabinete, el PN siguió actuando en consonancia con el gobierno, dándole respaldo en el Parlamento. El caso emblemático, de acuerdo con Hierro, fue la Ley de Reestructura Financiera y Fortalecimiento Bancario, aprobada con los votos de blancos y colorados, que permitió que Estados Unidos hiciera un préstamo puente por 1.500 millones de dólares y, de ese modo, que Uruguay no ingresara en el default. “Para los que dicen que los blancos dejaron colgado a Batlle y la coalición no sirvió, no es así. Por el contrario, la unión con el PN significó que Uruguay no entrara en default, con todas las consecuencias trágicas que tiene eso para un país”, concluyó.