¿Quiénes son los precandidatos “débiles” pero con una estructura que los respalda?

Según Bottinelli > no todos los precandidatos buscan ganar

Para el politólogo Óscar Bottinelli, “hay que sacarse de la cabeza” que la única función de las precandidaturas “es querer ganar”, ya que algunas se proponen “construir un espacio político”. Esto les permite a los precandidatos la creación de grupos que continúen una acción en el período siguiente, a través de la comunicación con la gente o la generación de ideas.

En este año electoral, la lucha por la victoria de cara a las internas es reñida, y los precandidatos buscan liderar en su partido. La variedad de encuestas y sus diversos resultados hacen que la carrera sea una competencia por llegar a la
Presidencia. Sin embargo, no todos los postulantes persiguen el mismo fin, de acuerdo con Bottinelli.

En diálogo con CRÓNICAS, el politólogo y director de la encuestadora Factum, opinó que hay dos tipos de precandidaturas: las que buscan ganar, y las que “se proponen, fundamentalmente, construir un espacio político o lograr un escalón determinado”. De hecho, enfatizó que “hay que sacarse de la cabeza que la única función que tienen las precandidaturas es querer ganar”.

Justificó esta lógica, afirmando que hay algunos precandidatos en cierta forma “débiles”, pero con una estructura importante que los respalda. Tal es el caso de Óscar Andrade, que cuenta con el respaldo del Partido Comunista. Tanto él como Mario Bergara, aunque desde puntos de vista “casi opuestos”, pretenden la construcción de un espacio, según el experto.

En el caso de Andrade, el objetivo es “expresar un espacio que se puede llamar de izquierda más fuerte, en el cual el elemento troncal es la 1001 y lo que busca es fortalecer esas ideas más duras, más combativas de la izquierda, y él estableció un liderazgo sobre ese espacio”, añadió.

Al armarse este ámbito político, los precandidatos buscan una “construcción de proyectos”, no solo ganar posiciones personales, según explicó Bottinelli. A nivel personal, en tanto, se procura un rol de liderazgo sobre dicho entorno.

De esta manera, el “espacio” construido significa la creación de grupos políticos que luego continúen una acción en el período de gobierno siguiente, detalló.

Asimismo, indicó que “la vida no se agota en las elecciones”, sino que “hay una instancia parlamentaria”, hay momentos relacionados con “la comunicación con la gente, con construir ideas y con luchar por elementos concretos”.

No son solo ellos

Los precandidatos frenteamplistas no son los únicos ejemplos de este fenómeno descrito por el politólogo. Los “partidos menores” también buscan “construir determinados espacios”, ya sea Edgardo Novick, con el Partido de la Gente, Pablo Mieres, del Partido Independiente, el partido Cabildo Abierto, de Guido Manini Ríos, o la Unidad Popular, cuyo postulante es Gonzalo Abella.

Ahí lo que se espera es “buscar espacios, obtener representación, ya sea para integrar una coalición de gobierno o para hacer una oposición más nítida y más clara”, recalcó.

En cuanto a los partidos tradicionales, señaló que Amorín “es el caso más claro”, ya que “hace referencia” a la lista 15 hacia la construcción de fórmulas o listas. Por otro lado, para el experto, el Partido Nacional está “muy confuso” porque “todos manifiestan cierta pretensión de ganar”.