“Se espera que la relación entre ambos países sea más madura, que no se quede en la ideología”, afirma politóloga argentina

Vázquez, Lacalle Pou y Mujica > Estuvieron en la asunción de Fernández

La politóloga y coordinadora general de Argentina Debate, Belén Amadeo, conversó con CRÓNICAS acerca de las expectativas en la relación entre el gobierno de Alberto Fernández y lo que será la administración liderada por Luis Lacalle Pou. En este sentido, la también doctora en Comunicación Pública de la Universidad de Navarra, apuntó que se espera una relación “más madura” y que “no se quede en la ideología”.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

-En el acto de asunción, mientras que Alberto Fernández se mostró más conciliador con Macri, Cristina Fernández se distanció del mandatario saliente. ¿Qué se puede esperar de la grieta en el marco de una nueva administración?

-La grieta en Argentina es una gran duda. No sabemos cómo se va a resolver ni qué actitud va a tomar el gobierno en ese sentido. Efectivamente el presidente tiene, en apariencia, una actitud más conciliadora que la vicepresidenta.

Se supone que el presidencialismo argentino está muy centrado en la figura del presidente y eso va a pesar. Además, es parte de la tradición del Partido Justicialista, del peronismo, alinearse detrás del que está a cargo del Ejecutivo. Además, en el partido que llevó a Fernández al poder, todas las internas se dirimen puertas adentro y no puertas afuera.

La grieta va a seguir porque el país está dividido en dos pero, si el hiper-presidencialismo argentino y la tradición del partido siguen vigentes, sería de esperar una actitud más propensa a la escucha que lo que se venía viendo hasta el momento. También, hay una parte importante que tiene que ver con la cultura política y con cómo se planta Cambiemos desde la oposición y hasta qué punto Macri va a tener un papel activo como opositor.

Según los antecedentes, hasta ahora, quien ha estado en la Presidencia ha manejado los tiempos y los tonos de la presidencia del resto de la militancia; no sabemos si esto va a ser así porque la presencia de una Vicepresidenta tan fuerte puede alterar los hábitos. Lo que hay son dudas, un montón.

-Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou asistieron juntos a la asunción de Fernández, ¿qué mensaje conlleva esto a nivel político?

-Es un mensaje de fuerte institucionalidad, también está muy bien que los hayan invitado a ambos; eso habla muy bien de la mirada que la nueva Administración tiene hacia el próximo presidente uruguayo.

Es interesante ver también que no solo fueron Lacalle Pou y Vázquez sino que fue invitado José Mujica y Lucía Topolansky, ellos estaban sentados uno al lado del otro en la ceremonia de asunción de mando y no estaban junto a Vázquez y Lacalle Pou por un tema protocolar. Uruguay no mandó solo dos presidentes a la asunción de Fernández, mandó tres y los tres estuvieron invitados; eso me da una muy buena sensación en cuanto a que las relaciones entre ambos países sean más maduras, más adultas y no se quede solo en la ideología.

-Es claro que el Frente para la Victoria tiene una cercanía ideológica mayor con el Frente Amplio de Daniel Martínez que con el Partido Nacional de Luis Lacalle Pou. Sin embargo, el gobierno será liderado por el nacionalista ¿Cómo cree que serán, de aquí en más, las relaciones entre los gobiernos del Río de la Plata?

-En su discurso, el Presidente Fernández dijo que más allá de la ideología y de las diferencias de criterio que haya con los distintos países, si le va bien a uno le va bien al otro y reafirmó que se pueda trabajar a nivel país más allá de las diferencias ideológicas.

Específicamente citó a Bolsonaro y era obvio que esto tenía que decirse en relación a Brasil porque es el aliado comercial más importante de Argentina, pero si esto se extrapola a Uruguay puede pensarse que habrá una relación razonable. No da la sensación de que vaya a cambiar la relación con Uruguay.

También es cierto que el primero de marzo cuando asume Lacalle Pou, Fernández abre el año de la asamblea legislativa por lo que siempre hay una superposición entre las actividades oficiales establecidas por la Constitución argentina y las establecidas por la Constitución uruguaya. Hay que ver cómo se las ingenian, pero uno puede anticipar que la relación tendrá un buen inicio y esto genera buenos augurios.