Adrián Peña: «No alcanza con mostrar la marca Uruguay Natural; hay que demostrar»

EN PANINI´S

Adrián Peña, ministro de Ambiente


El ministro de Ambiente conversó con CRÓNICAS al respecto de la incorporación de la dimensión ambiental en la producción local. En este sentido, aseguró que poder demostrar la huella ambiental de la producción es «la oportunidad” que tiene Uruguay para diferenciarse en el concierto internacional, refiriéndose tanto a la región como al resto del mundo. En este contexto, sostuvo: «No alcanza con la marca Uruguay Natural, no alcanza con mostrar, hay que demostrar». Con este objetivo, actualmente el Ministerio de Ambiente (MA) trabaja en conjunto con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para determinar la huella ambiental de la cadena ganadera, lo que se piensa replicar en la agricultura y, en particular, en la producción arrocera.


 El Menú  En la confortable cava de Panini´s el ministro de Ambiente degustó el menú sugerencia, que tenía como entrada sopa, como plato principal rótolo gratinado y, a la hora del postre, prefirió tiramisú.


Por María Noel Durán | @MNoelDuran

¿Cómo evalúa el primer año del Ministerio de Ambiente?

Es un año marcado por la obligación de armar el Ministerio, de organizarlo. Es un desafío desde el punto de vista administrativo construir algo desde cero, y si bien parte de la institucionalidad nos venía dada, hay que construir el Ministerio como tal. La Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente) se dividió ahora en dos direcciones: La Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental y la Dirección de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, por otro lado está la Dirección Nacional de Cambio Climático, y por otro la Dirección Nacional de Aguas. Son cuatro direcciones que desde el 1º de enero conforman el Ministerio de Ambiente junto con la Dirección General que está en formación. Sobre fin de año estaremos con el MA armado desde el punto de vista de su organigrama. Además, estaremos todos juntos en una misma sede porque Economía nos dio una partida extraordinaria para poder alquilar el edificio que, en principio, será en la propia Plaza Independencia donde funcionaba el edificio de IBM.

¿Cuáles son los desafíos a largo plazo del MA?

Todo lo que tiene que ver con el ambiente son cuestiones de mediano y largo plazo. Uno sabe desde que ingresa al Ministerio que no va a transformar todas las cosas, porque también los procesos de deterioro en materia ambiental han sido prolongados en el tiempo, por lo que revertir esa situación va a llevar mucho tiempo; lo que nos estamos planteando son objetivos de mejora. Sumado al tema más importante para nosotros, que es la integración de la dimensión ambiental en la producción nacional.

Asimismo, hasta el momento hemos sacado algunos buques que son propios de esta gestión, como la Red Nacional de Promotores Ambientales y el Premio Nacional de Ambiente, que son iniciativas desde cero del Ministerio en el trabajo de la construcción de conciencia ambiental.

En la próxima gestión queremos tener solucionado el problema de abastecimiento de agua potable.

A su vez, una aspiración bien importante es avanzar con el saneamiento, que es la contracara del problema de la calidad del agua. Sobre todo en el Interior del país, las aguas servidas no llegan tratadas a los cursos de agua; falta el saneamiento, las cañerías y piletas de tratamiento.

Actualmente, la cobertura del saneamiento en el Interior del país es del 50%. Si logramos mejorarla solucionamos un problema que tiene que ver con la sanidad, pero además remediamos un problema ambiental. La aspiración es llegar al 88% o 90%, situación similar a la de Montevideo. Ahí hay una inequidad entre quienes viven en el Interior y quienes lo hacen en la capital.

El gobierno está pensando en invertir una suma importante en la mejora del saneamiento en el Interior del país. Hoy estamos en un estudio de factibilidad de una iniciativa privada que plantea una inversión de unos US$ 1.000 millones para realizar en cuatro años lo que a OSE le llevaría 40. Estamos analizando los números y viendo si es posible hacer esto en tan poco tiempo o si tenemos que hacerlo en etapas.

¿Cómo se encuentra Uruguay en cuanto a la recuperación y reciclado de residuos?

Le hemos dado prioridad a todo lo que tiene que ver con la gestión de residuos.

Comenzamos a trabajar en diciembre del año pasado en la elaboración del plan nacional que está previsto en la Ley de Residuos (19.829) que se votó pero no se comenzó a aplicar. Estamos trabajando con ocho ministerios más, con el Congreso de Intendentes, con la Universidad de la República, las cámaras empresariales y el PIT-CNT en la construcción del plan. Mi idea es poder presentarlo antes de fin de año. Ahí habrá, por primera vez, una mirada nacional e integral en la gestión de residuos.

En abril de este año sacamos dos resoluciones que obligan a aumentar la recuperación en materia de envases. Uruguay recupera muy pocos envases, la cifra está en el entorno de un 4%, es muy baja, no solo comparada con el mundo, sino también con la región. Nosotros estamos aspirando a mejorar esa tasa.

Pusimos unas metas por resolución ministerial del 30% para el año 2023 y del 50% para el año 2025. Eso lleva a que la Cámara de Industrias rediseñe su plan y que además todo esto se incorpore al plan nacional.

Uruguay no tiene un problema de reciclado, tiene un problema de recuperación; la cantidad que recupera es muy poca. Por eso apuntamos a cambiar todo lo que tiene que ver con la gestión de residuos, donde Uruguay tiene un letargo muy importante. 

Impulsamos el programa Uruguay Más Circular, y lo hacemos en conjunto con las intendencias. Tenemos una serie de desafíos: cerrar los vertederos a cielo abierto en el Interior del país -que son muchos-; para eso tenemos unos dos años y medio más. Hay metas establecidas por la ley que no se pueden extender por tiempo indeterminado. Debemos trabajar con las intendencias para lograr una buena disposición de los residuos.  

¿Cómo se trabaja para lograr la integración de la dimensión ambiental en la producción nacional?

Lo más importante es generar líneas que tienen que ver con el desarrollo sostenible del país. En el mundo, los ministerios de ambiente son los ministerios de largo plazo. Al MA le cabe una gran responsabilidad en el diseño de esa estrategia de mediano y largo plazo del país. 

Nosotros creemos que Uruguay va a seguir siendo un país productivo, productor de alimentos, pero debe incorporar la dimensión ambiental en sus sistemas de producción. Ahí es donde estamos trabajando intensamente con el MGAP. No vemos un enfrentamiento entre producción y ambiente, vemos la complementación y es donde Uruguay, a nuestro entender, tiene una gran oportunidad.

Estamos tratando de convencer al sector productivo y al MGAP de que esto, más que una amenaza, es una oportunidad. 

De hecho, esta semana tuvimos una reunión de un equipo multidisciplinario que está midiendo la huella ambiental de la producción ganadera en Uruguay. Es un gran trabajo de un equipo técnico donde está representada la institucionalidad agropecuaria y la ambiental. Esos técnicos trabajan todas las semanas y una vez por mes tenemos un informe en el que participamos las autoridades. Esto va a ser publicado, vamos a generar una página web de la huella ambiental de la ganadería explicando quiénes la integran, cuáles son los objetivos y compartir los documentos que se generan. Este grupo tiene un plazo de un año para publicar un documento final.

La idea es analizar toda la cadena ganadera, desde el origen, pasando por la producción, la industrialización, el transporte y la carga en el puerto; es decir, toda la huella ambiental del proceso productivo, en este caso, de la ganadería.

Lo mismo comenzamos a hacer con la producción arrocera y la agricultura. Por otro lado, tenemos con el MGAP una hoja de ruta en cuanto a lo que tiene que ver con la gestión de los plaguicidas a raíz de una recomendación de la FAO.

Toda esta información que Uruguay tiene desperdigada debemos sistematizarla, unificarla y poderla mostrar en las diferentes cadenas productivas para también luego mostrar el sistema productivo nacional como un todo.

El objetivo es también poder tener la huella ambiental de productos como la carne o la leche. Cuando avancemos en eso Uruguay podrá mostrarle al mundo cómo produce y consolidarse efectivamente como un país natural. No alcanza con la marca Uruguay Natural, no alcanza con mostrar, hay que demostrar. Eso, en el concierto internacional, es demostrar científicamente cómo se produce y es lo que comenzamos a hacer; tendremos algunos números el próximo año. Uruguay podrá decir: «Soy productor de carne y produzco de este modo, lo puedo demostrar y certificar», eso es muy importante.

El país tiene ahí su gran oportunidad, de saltar un escalón y diferenciarse, ni que hablar de los países de la región, pero también puede hacerlo en el mundo como un país productor natural. Lo que nosotros denominamos como la incorporación de la dimensión ambiental en los sistemas productivos; es la gran potencialidad que tiene Uruguay. 

En lo que refiere al abastecimiento de agua, ¿cuánto más se puede depender de la Cuenca del Santa Lucía? ¿Qué alcance tendrá el nuevo proyecto de la toma de agua del Río de la Plata?

El proyecto de la toma de agua del Río de la Plata es una inversión importante, que supera los US$ 200 millones y que pretende solucionar el problema de abastecimiento en el área metropolitana, por lo menos, por los próximos 50 años. Es una obra muy importante y aspiramos a poder hacer el llamado público para fines de este año.

Se trata de una toma, potabilización y bombeo del Río de la Plata a la estación de Melilla. Allí está el 75% del abastecimiento de la Área Metropolitana.

De ese modo, nos aseguramos del abastecimiento en cuanto a cantidad. A su vez, es una mejora sustancial porque dejamos de depender de una sola planta y de una sola fuente. Hoy dependemos del Río Santa Lucía, única fuente de abastecimiento a Montevideo, y de Aguas Corrientes, única planta. Por cualquier problema grave en el río o en la planta colapsa el sistema de Montevideo.

Ahora vamos a tener una fuente alternativa que anda en el entorno del 30% de lo que actualmente produce Aguas Corrientes. Desde el punto de vista de la seguridad, mejoramos muchísimo con esta obra.

La fuente principal seguirá siendo Santa Lucía, pero sacar agua de otro lado va a permitir ceder en la demanda del río y eso va a ayudar a mejorar su calidad.

¿Cómo es, en la actualidad, la calidad del río Santa Lucía?

Se ha venido mejorando. En lo que tiene que ver con la industria, toda la cuenca del Santa Lucía ha transformado el tratamiento de sus efluentes. El agua que llega al río producto del tratamiento de las industrias ya no es una complicación y para eso ha habido importantes inversiones de las empresas que están en la cuenca.

Desde el punto de vista de saneamiento se ha empezado a mejorar, ya está conectado Fray Marcos, está a punto de conectarse San Ramón, también Santa Lucía, Aguas Corrientes.

Luego está todo lo vinculado a contaminación difusa, donde el principal problema que tiene el río Santa Lucía es la materia orgánica producto de los propios tambos. 

Allí está la cuenca lechera, hay unos 1.100 tambos, de los cuales 400 tienen tratamiento de sus efluentes en sus salas de ordeñe. Hoy estamos próximos a recibir un crédito del Banco Mundial del entorno de los tres millones de dólares que va a permitir incorporar unos 180 tambos más pero nos van a seguir quedando otros 400 con los que trabajar.

Además, vamos a firmar un acuerdo con el MGAP para profundizar el plan del Santa Lucía que tiene muchos años. Vamos a apoyar una transición productiva a modelos más amigables en toda la cuenca, desde donde nace el río en Lavalleja hasta donde desemboca en Delta del Tigre. Los cambios se van dando progresivamente, pero el río viene mejorando como consecuencia de las acciones que se llevaron a cabo en el último tiempo.

«Antes de fin de año, habrá por primera vez una mirada nacional e integral en la gestión de residuos»

Los trabajadores del Ministerio emitieron una carta en la que se refirieron a compensaciones salariales poco transparentes o arbitrarias. Aunque luego bajaron el tono de la denuncia fue un tema que puso al MA y a su persona en el centro de la opinión pública…

Estamos en la construcción de un Ministerio nuevo, las herramientas son las que tenemos, nosotros no podemos contratar funcionarios públicos porque no hay recursos, porque el país no está en situación de hacerlo. Entonces, la herramienta que nos dio la Ley de Urgente Consideración son los pases en comisión, es decir, funcionarios de otras áreas de la Administración Pública que pueden venir a prestar servicios al MA. En muchos casos hay una pérdida salarial por componentes que no son propios del salario, por determinados incentivos que los trabajadores tienen en otros ámbitos del Estado que al pasar al MA debemos compensar para que no pierda el trabajador. Eso pasó con las compensaciones. ¿Es la herramienta ideal para armar un Ministerio? Seguramente no, pero es la herramienta que se nos dio.

Si bien hay muchas de las críticas del sindicato que pueden ser hasta compartibles, lo que yo no estuve dispuesto a aceptar de ninguna manera es que se establezca que aquí se está trabajando con un criterio que obedezca a otorgar favores a algunas personas sobre otras, eso, de ninguna manera. El sindicato sabe muy bien cómo me muevo, la transparencia es absoluta porque todas las resoluciones son públicas por eso el sindicato las conoce. No hay nada oculto ni nada que ocultar. De hecho, no estoy obligado, pero yo mismo le he puesto un límite a las compensaciones para no distorsionar la escala salarial interna, es decir, nos hemos autoimpuesto un tope.

Quedé muy dolido por algunas de las expresiones del sindicato y se lo hice saber. Me dolió mucho, lo pasé muy mal, lo consideré absolutamente injusto además de falso. Por suerte el sindicato explicó en un comunicado posterior que la intención no era referirse en esos términos y que en ningún caso dudaban de mi integridad. Luego de aceptadas las disculpas, yo doy por superado el hecho, si bien el daño ya me lo hicieron y no es justo que se hable así de alguien cuando no hay ningún elemento. Tenemos que construir el Ministerio juntos y ellos son parte de la construcción.

¿Cómo es hoy en día la relación con el sindicato?

La relación siempre fue fluida y buena, ellos mismos lo reconocen. Hoy no hay un conflicto con el sindicato en el Ministerio de Ambiente y el vínculo es permanente.


Acción y reacción

¿Las empresas cumplen con las disposiciones ambientales referidas al procesamiento de sus residuos?

Tienen que cumplir. En la ley general de Gestión Integral de Residuos hay un concepto nuevo, que es el de la responsabilidad extendida. Aquí se supone que el responsable del residuo es el que lo produce o lo importa. En el caso del envase, quien larga el envase al mercado es el responsable de la gestión y por eso se debe mejorar las tasas de recuperación y establecer los planes que sean necesarios para que el envase vuelva. Las empresas van a tener que ir incluyendo estos temas en su gestión, tendrá algún costo, pero es parte de la responsabilidad que les cabe, y si no cumplen, el Ministerio tiene las competencias que le da la ley para establecer las sanciones respectivas, que no son menores. De todos modos, aspiramos a un trabajo en conjunto, a construir juntos el plan. 

¿Hay compromiso por parte de las organizaciones?

Lo está habiendo. Al principio ha habido una reacción, pero hoy están en un canal mucho más productivo. La Cámara de Industrias contrató una consultora para estudiar este plan y proponer uno alternativo. Están en la línea de cumplir con los plazos y de aportar, no tienen más remedio, pero creo que hay una conciencia mayor.