Valentina Arlegui, directora general de Secretaría del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), conversó con CRÓNICAS acerca de la realidad del empleo en Uruguay y las implicancias que tiene la coyuntura sobre él. Aseveró que de acuerdo a las cifras actuales del empleo se encuentran “contentos, pero no satisfechos”. Además, profundizó en la situación de otras problemáticas como la seguridad laboral, la inclusión laboral y la informalidad. No dejó de lado la realidad del litoral, donde, según consideró, por más que se haga un seguimiento exhaustivo, cualquier medida que se pueda tomar “tiene gusto a poco”.
Según destacó la jerarca del MTSS, la evaluación de la situación del empleo que hacen desde la cartera es que están “contentos, pero no satisfechos”. Teniendo en cuenta que los indicadores de desempleo, seguro de paro e informalidad siempre van a existir, y por ende van a preocupar, la visión de la realidad general nunca termina de ser del todo satisfactoria.
Es por esto que la responsable de Secretaría valoró la posibilidad de analizar los datos en el contexto internacional. Apuntó a que objetivamente los números demuestran que Uruguay ha tenido una recuperación de empleo pospandemia mucho más rápida que el resto de los países de la región. Agregó que más allá del escenario de emergencia sanitaria vale recordar que la situación del empleo al asumir el gobierno tampoco era buena, concretamente, resaltó que desde el 2015 la realidad “se venía deteriorando todos los años un poquito más”.
Otros episodios que siempre preocupan son los que tienen que ver con los accidentes laborales. Estos datos marcan una reducción de un 30% en el periodo 2014 a 2021, pasando de 55.000 a 39.000 por año. En esta línea, destacó que en los últimos dos años estos siniestros tuvieron una reducción de 7%.
En lo que respecta a la informalidad laboral, Arlegui comentó que cualquier evaluación que se pueda hacer depende del espejo en el que uno se mire. Si la comparación se hace con América Latina, la posición del país es inmejorable. La integrante del MTSS señaló que a finales de 2019, cuando asumió la actual gestión, Chile era el mejor ubicado con respecto a este índice, solo con un 22% de informalidad. Sin embargo, después de la pandemia, Chile pasó a un 29% de informalidad, y Uruguay pasó de 25% a 20%.
Como deuda pendiente aparece la recuperación salarial. Frente a esto, la entrevistada recordó que la OIT presentó un informe pospandemia en el cual mostraba que en promedio se perdió un 6% del salario real. Ante esto, subrayó que para el Ministerio no es una buena noticia, pero que a veces entiende que determinadas críticas se hacen sin reconocer que hubo una situación que golpeó al mundo entero. Finalmente, comentó que está trabajando muy activamente en continuar recuperándose.
La conflictividad laboral y el diálogo
Según el índice mensual que elabora la Universidad Católica, en el mes de abril hubo una multiplicación por 10 en términos interanuales de la conflictividad laboral, llegando a la cifra más alta en lo que va de este gobierno. Puntualmente, el informe expresa que el número de trabajadores involucrados en conflictos fue de 404.516 y se perdieron en el mes 414.784 jornadas laborables.
La responsable ministerial, al ser consultada por si existe preocupación sobre estos datos, comentó que la conflictividad laboral no es mala en sí, que lo que sí sería preocupante sería que “no hubiera un espacio donde solucionarla”. Destacó que los conflictos son hechos naturales y más en escenarios donde hay intereses encontrados. Reconoció, en tanto, que sí se está asistiendo a una escalada mayor de conflictos en menos tiempo, y ante esto la posición que se toma es la de “un Ministerio de puertas absolutamente abiertas al diálogo”. Considerando esto, calificó como valioso el hecho de saber entender el rol del organismo en clave de mediador, identificando que no debe encontrarse ni del lado de los empleadores ni de los empleados, y sabiendo que el objetivo final debe ser solucionar el conflicto poniendo todas las herramientas disponibles en cada caso.
Las brechas y la necesidad de seguir trabajando
La brecha de género es una realidad y, al respecto, Arlegui valoró lo que se venía haciendo en gestiones anteriores, destacando que la actual administración en este campo no tuvo que empezar de cero. Las diferencias que se encontraban establecidas tanto con respecto al empleo como al desempleo se han ido reduciendo en el periodo 2019-2022. En el 2019 la diferencia entre la tasa de empleo masculina y la tasa de empleo femenina era de 15,9%, y al cierre de 2022 era de 15,5%. Más allá de los datos, la directora apuntó a que se pretende que estas diferencias directamente no existan.
A su entender, esto va de la mano de un cambio cultural que es necesario, ante el cual subrayó que las mujeres se vienen insertando de mejor manera en el mercado laboral. Agregó que se necesita que se rompan estereotipos ocupacionales, que muchas veces terminan por ubicar a las mujeres en las profesiones menos remuneradas. Por último, puso énfasis en que la cartera a la que pertenece viene haciendo campañas al respecto, buscando ayudar a ese cambio que permita acudir “en pie de igualdad a las oportunidades de empleo”.
Otra de las brechas de cara a la accesibilidad a lugares de empleo cae sobre las personas con discapacidad. Consultada acerca de esto, Arlegui sostuvo que se trata de un gran debe. En esta línea, caracterizó al actual sistema como “estigmatizante, burocrático y difícil de implementar”. Indicó que con la actual ley las cuotas que se establecen no son aplicables. “A veces tratamos de dejar algo lindo en el Uruguay del papel, que es inaplicable en el Uruguay de la realidad”, concluyó al respecto. De cara al futuro, señaló que se viene trabajando en la modificación del acceso a posibilidades laborales de esta población, por lo cual en los próximos meses va a haber novedades vinculadas a un nuevo proyecto de ley.
El empleo y la situación del litoral
La jerarca se refirió a lo que está pasando en la frontera con Argentina, lo que caracterizó como una cuestión coyuntural marcada por la situación del país vecino. La marcada diferencia cambiaria se traduce en un amplio consumo de uruguayos del otro lado de la frontera, y por ende en un impacto en las fuentes laborales de los respectivos departamentos. Desde el Ministerio esto se vigila de cerca, específicamente, desde la Dirección Nacional de Empleo, donde se está trabajando en implementar medidas para contener el impacto. Más allá de esto, Arlegui fue sincera al respecto y concluyó que “es tal la diferencia que todo lo que podamos hacer como medida va a tener gusto a poco”.