“El Estado tiene que regular los juegos porque tiene que recaudar con ellos, ese es el fin”

Ricardo Berois, director nacional de Loterías y Quinielas

Con una trayectoria de casi dos décadas en la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas (DNLQ), Berois ocupa la titularidad de la institución por segunda vez. Entrevistado por CRÓNICAS, explicó la importancia de la regulación de los juegos que operan en territorio uruguayo y dijo que al momento hay más de 1.500 que están bloqueados. Además, se refirió a la contienda del organismo con la Conmebol, que recientemente presentó un recurso de inconstitucionalidad para evitar ser multada, entre otros temas.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Ha sido funcionario de la DNLQ por muchos años y en 1993 ya había sido designado como titular de la institución. ¿Qué representa para usted ocupar este cargo nuevamente?

-Como vivía en el interior me vine a estudiar y empecé a trabajar acá con 19 años, en 1977. Comencé en el último cargo administrativo, hice toda mi carrera de escribano acá, después quedé como procurador y luego como escribano. Yo fiscalicé el primer sorteo del 5 de Oro que fue el 9 de setiembre de 1990, y fue un hecho que marcó uno de los juegos que ha trascendido.

Yo fui director en el gobierno de Lacalle Herrera, estuve en el cargo casi dos años y me retiré porque volví a Flores y probé suerte en la carrera política, y salí diputado por el departamento. Para mí esto es una familia, si bien ahora muchos de los funcionarios de mi época no están. Somos 100 funcionarios, ha habido grandes cambios en el juego, pero la base de la institución es la misma y yo tengo un gran sentido de pertenencia. Por eso no le podía decir que no al ofrecimiento del presidente de la República, porque estoy comprometido con mi partido desde hace muchos años.

-¿Cómo recuerda su pasaje por el Parlamento?

-Fui diputado por tres períodos por Flores. Ingresé a la Cámara de Representantes en el 95, repetí en el 2000, después perdí la banca y ahí hicimos un acuerdo con (Walter) Echeverría, el padre del actual intendente (Fernando Echeverría), y ganamos la Intendencia, por lo cual quedé como secretario general. Tuvimos la desgracia de que Echeverría falleciera antes de asumir y asumió Armando Castaingdebat en su lugar. Estuve cinco años en ese cargo. En 2009 salí otra vez electo por el departamento y ahí completé los 15 años. En el período pasado fui suplente de Castaingdebat y entré algunas veces al Parlamento. Para mí fue muy importante, me gusta el trabajo legislativo y tengo un sentido de pertenencia a la actividad, que injustamente está tan degastada.

-¿Cuáles fueron los mayores cambios que atravesó la Lotería?

-Yo soy de la época de los juegos presenciales. Cuando me fui de acá lo último era el 5 de Oro, y cuando retorné en el 2000 me encontré con una Lotería totalmente diferente: hubo una gran transformación cuando entró el internet. Eso cambió totalmente el funcionamiento de este organismo. Tuve que aprender, por más que la base la tenía.

Yendo hacia atrás, los juegos en Uruguay tienen tres etapas que son muy importantes. La institución Loterías se creó en 1856 y ahí el juego estrella era la vieja lotería que todavía sobrevive, que se hizo para beneficio de hospitales como el Hospital de Caridad, después se agregó la educación de deporte y otras cosas.

Todo es monopolio del Estado y había mucho juego clandestino en Uruguay, y como no se podía combatir tan fácil, los gobernantes de la época lo oficializaron. Ahí nacieron los agentes de Quiniela, que están en todo el país. Hubo una licitación que fue un fracaso, y en el año 39 se les consignó a los agentes la recepción de las apuestas de Quiniela. Ahí empezó la gran transformación de ese juego y con el correr del tiempo comenzaron sus modalidades.

Después nació la Tómbola y en el 90 el 5 de Oro como modalidad de juego de Quiniela, todo concesionado a través de los consignatarios, que son unos 800 en todo el país. Luego el Estado obligó a todas las agencias de Quiniela a agruparse en bancas, que son 28 en total. El Estado entendió que era importante aglutinar a los que recepcionaban juegos, ya que de esta forma le daban mucho más respaldo al apostador y se unificaba su cobro de impuestos.

En el año 2002 nació la ley de los juegos deportivos por internet, es decir, que daba la posibilidad de la recepción de apuestas por ese medio. Ahí comenzó el juego en línea y todos los juegos tradicionales empezaron a ser recepcionados por internet. Hoy el 95% de los juegos deportivos son por internet.

-¿Cuál es el porcentaje de participación de cada juego?

-Hoy el 31% de los juegos corresponde a la Quiniela, el 24% a los deportivos, el 18% al 5 de Oro, el 16% a la Tómbola, el 8% a la instantánea (Raspadita) y el 3% a la lotería.

-¿Hay una estimación de cuánto es lo que juegan los uruguayos por año en dinero?

-La DNLQ es una parte del juego, después están los casinos, las carreras de caballos, entre otros, pero no podría darte una estimación. Desde el punto de vista de la rentabilidad, la Lotería es muy importante porque todo lo que hace y lo que recauda, es bastante.

-¿Cuál es la recaudación actual de la dirección?

-Este es un organismo que en relación a productividad es muy bueno para el Estado, porque con 100 funcionarios y una infraestructura chiquita recauda más de US$ 80 millones por año. Tenemos esta casa, donde estamos todos, que es de 1889.

El único juego que la dirección explota directamente es la lotería, pero los otros son a través de concesionarios. Estas concesiones nacieron en el año 39, como decía, y en el 85 se reafirmó a todas las bancas y el Estado les cobra. Los juegos consignados empezaron a tributar como cualquier empresa y como tal tienen el IVA, el Impuesto al Patrimonio, el IRAE, el IRPF y el Impuesto a las Rentas de los No Residentes. El IVA es especial, porque no se traslada al jugador, lo asumen los agentes. Todos los juegos de azar están gravados con IVA excepto la lotería, que está exonerada porque es del Estado.

-¿La pandemia cambió en algo el comportamiento de los ciudadanos en torno al juego?

-Lo que cambió fue la forma de jugar, o sea, el hecho de poder apostar por internet te da mucha más facilidad, y si bien para los juegos tradicionales se siguen utilizando los subagentes, la pandemia nos cambió las costumbres a todos, el hacer las cosas a distancia. Eso se vio reflejado en los juegos, se utiliza más internet. La lotería concretamente se puede comprar a través de internet, pero a la mayoría le gusta ver el billete físico.

-¿Por qué no se puede jugar en loterías del exterior? El Estado ha bloqueado varios sitios extranjeros de apuestas en línea dentro del territorio uruguayo. Luis Gama, expresidente de la DNLQ, afirmó en diálogo con CRÓNICAS en el período anterior que esta medida se tomaba para “reacomodar el mercado”. En ese sentido, aclaró: “Si nosotros tenemos juegos del Estado hay una competencia desleal que no está autorizada”. ¿Coincide?

-Esto va por encima de nuestra voluntad. La Ley 19.535 establece que la DNLQ debe bloquear todos los juegos no autorizados, entonces, la legislación nos obliga a controlar y bloquear. En este momento hay más de 1.500 juegos bloqueados en todo el país. En el caso de los casinos, ellos están preocupados por el gran desarrollo de estos juegos, que son competencia.

-¿A qué responde que no se pueda?

-Es por un tema de competencia desleal. El Estado tiene que regular los juegos porque, primero que nada, tiene que recaudar con ellos, ese es el fin. En el exterior, ¿cómo recaudás? Estamos hablando de juegos que están invadiendo nuestra plataforma, uruguayos que están jugando y por los que no se tributa absolutamente nada, y todavía con el peligro de lo que significa la ludopatía. El Estado tiene que regular también la responsabilidad en el manejo de los juegos en línea, tiene que recaudar y controlar, porque son un vicio social como otros, una adicción.

-¿Desde la dirección se le da importancia a ese tema?

-Sí, se le da mucha importancia, incluso presentamos un proyecto de ley para conformar una comisión que trabaje en eso. Es algo que nos preocupa, porque si bien vos no podés tapar el sol con las manos, sí tenés que tratar de corregir, y sobre todo los juegos no autorizados que entran en nuestro territorio. Los juegos que están acá, que son explotados por gente de acá, tenés la forma de controlarlos y de limitar la propaganda, el uso, la edad, identificar a los asiduos jugadores. La tecnología hoy te da un montón de herramientas para controlar eso.

La ilegalidad es la regla y a través de la legislación se mantienen las excepciones. Dentro de sus facultades, la DNLQ tiene los procedimientos para evitar violar la plataforma de nuestro país como juegos no autorizados, bloqueando los sitios web y prohibiendo la comunicación y la publicidad de los mismos.

-¿Usted está de acuerdo con esa legislación?

-Yo creo que sí, hay que bloquear, hay que regular, pero más allá de eso, hay una ley que nos mandata eso. Ahora tenemos una contienda con la Conmebol dado que los multamos porque se hizo comunicación y publicidad de juegos ilegales en territorio uruguayo. Yo no puedo controlar cuando el partido se juega en Argentina o en cualquier parte del mundo, pero sí cuando es en nuestro territorio.

La legislación en esta materia en Uruguay se ha hecho históricamente con apoyo de todos los partidos políticos porque esto es una política de Estado: a todos les importa que el Estado regule el juego y recaude lo máximo posible.

-¿Se ha avanzado en el caso de la Conmebol?

-La Conmebol presentó un recurso de inconstitucionalidad de la ley que ahora se está tramitando, y la que definirá será la Suprema Corte de Justicia.


“Siempre vas a encontrar gente que protesta por no ganar”

-Una crítica usual con respecto a la Raspadita es que hay quienes juegan con frecuencia y nunca obtienen premios. ¿Qué comentario puede hacer sobre esto?

-Hay un porcentaje comprobado que gana. Se habilita la serie, y allí tiene que haber determinada cantidad de premios, y después de que termina nosotros controlamos eso. Hay una declaración jurada de todos los premios pagos de la misma y tenemos que constatar que realmente es la serie, los que no se vendieron se raspan y se ven los premios. Todo eso lo hace la DNLQ. En una serie tiene que haber determinada cantidad de premios. En todos los juegos, como pasa con las rifas, que a veces es una emisión de mil números o más, lo saca uno solo; y en la lotería, los que sacan son menos que los que juegan. Siempre vas a encontrar gente que protesta por no ganar.


“Es muy importante lo que se puede recaudar con el Gordo de Fin de Año porque hay utilidades para los hospitales”

-¿Qué expectativas tiene para el Gordo de Fin de Año?

-Tenemos muchas expectativas. Las grandes ventas de lotería se hacen a fin de año y Reyes, y el Gordo de Fin de Año es un clásico, es como el Ramírez en los caballos de carrera o las jineteadas del Prado en Semana Santa. La gente participa porque juegan muchos colectivos, con el grupo de trabajo, de amigos. Estamos hablando de $ 160 millones. El entero sale $ 14.000 y el décimo $ 1.400, y la fracción por internet $ 350.

-¿Cuáles son las ayudas sociales que se brindan a través de este premio?

-Es muy importante lo que se puede recaudar porque hay utilidades para el Maciel, el Pereira Rossell y el Pasteur. Ojalá tuviéramos más posibilidades de colaborar con ellos, pero el dinero que se da no es poco y es significativo para esas instituciones.