Empresarios cuestionaron las pautas salariales y hablaron de un “Frankenstein” del Ejecutivo

Visiones cruzadas sobre el nuevo contexto salarial

Con una convocatoria amplia de empresarios, técnicos y asesores, la CCSUy organizó una jornada informativa sobre la próxima ronda de Consejos de Salarios. La actividad, que tuvo lugar el miércoles 23 de julio en el salón de actos de la cámara, reunió a economistas, juristas y actores relevantes del mercado laboral con el objetivo de debatir diagnósticos, proyecciones y advertencias frente al inicio de una nueva etapa de negociación colectiva.

La jornada organizada por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSUy) se realizó como respuesta a la reciente presentación de los lineamientos del gobierno para la 11ª ronda de Consejos de Salarios. Con la participación de empresarios, asesores y expertos, el objetivo fue analizar el impacto de estas nuevas pautas sobre el mercado laboral y la economía nacional.

La apertura estuvo a cargo del presidente de la cámara, Julio Lestido, quien valoró la necesidad de un diálogo “maduro” y “que sea bueno para todos” durante la negociación colectiva. Afirmó además que la institución “reafirma su compromiso y su disposición a participar activamente acompañando a las empresas en todo este proceso”.

Riesgos en el empleo y falta de ajustes por sector

El evento se estructuró en tres bloques temáticos. En el primer panel, de carácter económico, participaron el periodista Federico Comesaña; el economista y presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Hernán Bonilla; y la economista del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), Silvia Rodríguez; con moderación de Ana Laura Fernández, asesora económica de la CCSUy.

Rodríguez señaló que el diseño oficial busca mantener el peso de la masa salarial en relación al PBI. No obstante, recordó que “el consumo no llegó a niveles prepandemia hasta 2023”, y que el efecto sobre el empleo dependerá de la evolución de la productividad.

Bonilla fue más crítico con el contexto reciente y destacó que “el quinquenio 2015–2019 tuvo un crecimiento del salario real por encima de la productividad y se destruyeron más de 50.000 empleos”. Además, advirtió que “la franja más baja es la que tiene mayor riesgo de pérdida de empleo”.

Comesaña opinó que hay un “triunfo avasallante de la visión de Economía sobre la de Trabajo”. Según dijo, el nuevo esquema avanza hacia la desindexación, pero alertó que la meta de inflación usada como referencia “todavía no está validada del todo”. Y situó estos cambios en el marco de “un nuevo gobierno que asume con una tensión interna no resuelta entre sectores y que prima a la hora de tomar decisiones”.

Flexibilidad, diálogo y reglas claras

El segundo panel abordó los desafíos laborales, con participación del exministro de Trabajo, Pablo Mieres; el asesor laboral de Guyer & Regules, Leonardo Slinger; y el asesor jurídico de la CCSUy, Diego Yarza. La moderación estuvo a cargo de Juan Mailhos, asesor externo de la cámara.

Mieres planteó tres carencias clave en las pautas: “desindexación, ausencia de referencia a los sectores de actividad y productividad”, factores que podrían perjudicar el empleo. Sostuvo que “sin un salto de productividad la economía se ajusta por empleo o por salario”, como ya ocurrió en 2015 con la pérdida de decenas de miles de puestos.

También advirtió sobre la falta de criterios diferenciados por sector, especialmente en comercio, que enfrenta fuerte competencia externa y caída de ventas. “El riesgo sobre el empleo no se puede menospreciar”, remarcó.

Slinger coincidió en que “la desindexación fue una promesa que no se cumplió”, y criticó que los lineamientos no tomen en cuenta la heterogeneidad del mercado laboral. “Las franjas salariales son una verdad media”, afirmó, al señalar que no reflejan adecuadamente realidades distintas como las de “trabajadores domésticos” y “empresas grandes o chicas”.

También cuestionó la inclusión de aspectos no salariales en el Consejo de Salarios, considerándola un “retroceso”, y advirtió sobre la demora en el inicio de las negociaciones, que complica el pago de retroactivos. “Los trabajadores menos calificados son los más fáciles de sustituir por tecnología”, agregó.

Un Frankenstein económico

Diego Yarza calificó los lineamientos como el resultado de una “pulseada entre Economía y Trabajo” que terminó generando una suerte de “Frankenstein”, con visiones dispares; una que busca baja inflación y otra que apuesta a un crecimiento acelerado. Advirtió que “es imposible descontar absolutamente nada” en los correctivos, lo que asegura un “crecimiento encubierto” de los salarios.

Señaló también que “el piso económico de estos lineamientos radica justamente en las empresas”, que deben asumir los costos sin margen de maniobra. Afirmó que “por primera vez desde 2005” se observa una “clara pérdida salarial” para el nivel tres, mientras que los niveles uno y dos presentan aumentos significativos que reducen el margen de negociación. A su entender, los lineamientos dejaron de ser tales para convertirse en “una base rígida” que condiciona el proceso.

Cámara en acción

En el último bloque se abrió espacio para preguntas del público. CRÓNICAS consultó si la cámara podría plantear ante el Poder Ejecutivo la necesidad de incorporar correctivos a la baja, para evitar que los aumentos salariales se trasladen a precios.

Mailhos respondió que “es un planteo que podemos explicitar, pero ya lo hemos hecho en todas las rondas”, y que seguramente volverá a ponerse sobre la mesa cuando se activen los grupos de negociación.