En su último informe Escenario Macro, el banco Itaú mantuvo sus proyecciones de crecimiento para este año en 2,3%, pero revisó a la baja la de 2026 desde 2% a 1,8%, principalmente por los “efectos de contagio de Argentina”. Para la entidad financiera, “el escenario macroeconómico incluido en el proyecto de Ley de Presupuesto parece ambicioso pero factible”. Por su parte, también se redujo la estimación de inflación para este año a 3,6% desde el 4,5% anterior, ya que se espera un peso más fuerte respecto al dólar.
El informe de Itaú recuerda que en el segundo trimestre del año el PIB de Uruguay creció un 2,1% interanual, tras haber crecido un 3,6% en el primero. La demanda interna aumentó 2,2% interanual (3,9% en el primer trimestre), debido a un aumento del consumo de 1,7%, impulsado por el gasto privado (2,3%) y parcialmente compensado por un menor gasto público (-0,5%). Por su parte, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron apenas 0,5% interanual (desde 3,8% en el primer trimestre), debido al aumento de las ventas de celulosa, soja y carne, en tanto que las ventas de arroz y electricidad disminuyeron.
Respecto al futuro, “los indicadores adelantados sugieren un nuevo crecimiento secuencial a principios” del tercer trimestre. “Los préstamos totales aumentaron 8,3% interanual en términos reales en julio, mientras que las importaciones aumentaron 4,1%. La tasa de empleo alcanzó 59,8% en julio, 1,0 puntos porcentual más que en el mismo mes del año pasado. El índice adelantado Ceres muestra que la actividad económica se mantuvo prácticamente sin cambios en agosto (0,1% mensual desestacionalizado)”, describe el informe.
Respecto a las cuentas públicas, Itaú espera que el déficit fiscal se amplíe gradualmente en el cuarto trimestre. El déficit fiscal nominal a 12 meses del gobierno central aumentó a 3,7% del PIB en julio de 2025, sin cambios desde junio.
Difícil, no imposible
En relación al proyecto de Ley de Presupuesto, se entiende que contiene tres grandes prioridades: mayor crecimiento para fomentar mejores empleos, fortalecimiento de la protección social y mejora de la seguridad. Además, se define una “hoja de ruta fiscal quinquenal” sustentada en ciertos supuestos macroeconómicos. La política fiscal se gestionará considerando como ancla a medio plazo una deuda neta de 65% del PIB, en consonancia con la sostenibilidad de las cuentas fiscales. La deuda neta alcanzó 59,5% del PIB en el segundo trimestre de 2025. “En nuestra opinión, el escenario macroeconómico incluido en el proyecto de Ley de Presupuesto parece ambicioso pero factible, considerando nuestra visión de un menor crecimiento esperado en los principales socios comerciales de Uruguay y el crecimiento observado en la última década, que promedió 1,2% anual”, señalan desde la entidad.
Itaú mantuvo su previsión de crecimiento para 2025 en 2,3%, pero redujo su estimación para 2026 a 1,8%, desde 2,0%, en parte debido a los efectos de contagio de Argentina (efectos de un peso argentino más débil). Asimismo, se revisó la previsión de déficit fiscal del gobierno central para 2025 y 2026 a 4,1% del PIB y 4,0% para 2026, respectivamente (-4,0% y -3,5% en el informe anterior). “Las cifras están en línea con las estimaciones incluidas en el proyecto de Ley de Presupuesto presentado recientemente al Parlamento”, agrega Itaú.
La nueva normalidad
En relación al nivel de precios, el informe de Itaú señala que “las sorpresas a la baja de la inflación parecen ser la nueva normalidad”. En tal sentido, se destaca que en términos interanuales, la inflación general cayó a 4,2% en agosto (desde 4,53% de julio), mientras que la subyacente disminuyó a 4,92% desde 5,25% del mes anterior. La inflación acumulada en el año hasta agosto alcanza 2,75%. Ambas lecturas se han mantenido dentro de la meta de inflación del BCU durante los últimos dos años.
“La inflación bien comportada, junto con otros factores, está contribuyendo a una disminución gradual y bienvenida de las expectativas de inflación”, destaca el informe. En particular, se menciona que las expectativas de inflación basadas en encuestas a dos años, medidas por la encuesta de analistas del BCU, volvieron a caer en agosto a 4,88%, el nivel más bajo registrado. No obstante, se advierte que las expectativas de las empresas se han estancado en 6% durante varios meses, un tema que fue destacado por el BCU en la última reunión del Copom.
Al respecto, desde la entidad financiera se sigue esperando una tasa de política monetaria de 8% para fines de 2025, aunque para fines de 2026 se espera una tasa de 7,25%, por debajo del 7,5% del Escenario Macro anterior.
En cuanto a las proyecciones, Itaú estima una inflación cerrando el año en 3,6%, por debajo del 4,5% anterior, porque las últimas cifras fueron significativamente más bajas de lo esperado, combinadas con una visión de un peso uruguayo aún más fuerte para fin de año. En relación al tipo de cambio, se bajó la previsión para el dólar a 40,50 pesos por unidad para fin de 2025, desde los 41,70 pesos anteriores, en medio de un escenario externo benigno y debilidad del dólar global.